martes, 23 de junio de 2020

(Día 1142) Diego de Urbina afirmaba que Pedro de Puelles tenía intención de ponerse al servicio del Rey, pero los informes redactados por Pedro de La Gasca parecen indicar que no era cierto. Muchos otros lo iban haciendo.


     (732) Santa Clara expone luego un tema discutido: "Acerca de la muerte de Pedro de Puelles, Diego de Urbina dijo muchas veces y con grandes juramentos que, si Rodrigo de Salazar no se hubiese anticipado matándolo tan pronto, se habría puesto al servicio de Su Majestad de ahí a pocos días, en una fiesta en la que iba a invitar a toda la vecindad, y a los capitanes y soldados, para hacerlo. También dijo que él, Pedro de Puelles y Rodrigo de Salazar lo habían platicado muchas veces, y que todo lo que decía Puelles públicamente en favor de Gonzalo Pizarro, había sido para engañar a los muchos seguidores que tenía en la ciudad. Otros dicen lo contrario, ya que Puelles estaba preparándose para ir a Lima y tampoco terminó de hacer su testamento. Sea lo uno o lo otro, Dios lo sabe, y lo cierto es que lo mataron a puñaladas y le hicieron cuartos, como merecía".
     Sin embargo, Pedro de la Gasca, que recibió pronto la noticia de la muerte de Pedro de Puelles, se lo comunicó en una carta del 11 de agosto de 1547 a Francisco de los Cobos, el poderoso secretario de Carlos V, y no hizo ninguna mención a que Puelles pensara abandonar a Gonzalo Pizarro. En un breve párrafo, lo explica: "Con las noticias de que Lorenzo de Aldana y los otros capitanes se habían pasado al bando de Su Majestad, Rodrigo de Salazar se animó a servir al Rey y hacerse con el mando en la ciudad de Quito. Se concertó con algunas personas para matar a Pedro de Puelles. Salazar, que era uno de sus capitanes, entró con Andrés Morillo y otros en una cámara donde estaba Puelles, y lo mataron a estocadas. Salieron dando vivas al Rey, y, a Pedro de Oña, teniente de Pedro Puelles, lo mataron por dar vivas a Pizarro. Salieron dando vivas al Rey, y lo mismo respondieron todos los del pueblo, excepto dos o tres que daban vivas a Pizarro, siendo uno de ellos Diego de Ovando, al cual ejecutó Rodrigo de Salazar".
          Santa Clara sigue con el rosario de deserciones que iba sufriendo Gonzalo Pizarro (asombra el éxito de Pedro de la Gasca).: "Fue muy grande la rapidez con que se se extendieron por todas las tierras del Perú las noticias de los alzamientos que los tenientes, capitanes y soldados habían hecho en muchas partes contra el tirano (de paso, aclaro que el grado de teniente era superior al de capitán, porque se trataba del representante de la máxima autoridad). Cada uno pretendía ganar honra y reputación poniendo su vida y hacienda al servicio de su Majestad. En un pueblo llamado La Nasca se habían juntado ciertos hombres leales, llamados Diego Álvarez del Almendral, Alonso de Esquivel, Juan de Segovia y el padre Domingo Ruiz, vizcaíno (vasco), los cuales estuvieron escondidos por los montes y despoblados por miedo a Gonzalo Pizarro y a su Maestre de Campo, Carvajal. Habían visto una carta que Juan de Badajoz enviaba desde Lima a un amigo que estaba en Arequipa".
     El contenido de la carta trataba de todo lo que ya sabemos sobre las trascendentales consecuencias de la llegada de Pedro de la Gasca: "Luego Diego Álvarez del Almendral echó sus pensamientos en alto, sacó una bandera que tenía liada, y dijo en alta voz que la alzaba en nombre de Dios y de su Majestad y que se nombraba capitán de Diego Centeno. Después se la dio al padre Domingo Ruiz, diciéndole que se la entregaba y le nombraba alférez de Su Majestad, hasta que otra cosa dispusieren Pedro de la Gasca o Diego Centeno.
Los reunidos eran unos diez hombres: "Como eran pocos, le enviaron luego recado, para que se juntase con ellos, al general Diego Centeno, que estaba metido en una cueva con Luis de Ribera y con Guazo, su criado"

     (Imagen) También el capitán DIEGO DE OVANDO mencionó a María de Ulloa diciéndole a Gonzalo Pizarro que se encontraba bien. Por su parte, el trágico Pedro de Puelles, en otra carta para Pizarro, le contó un detalle humano de la pobre María. Dos capitanes de Puelles se enzarzaron en una pelea sangrienta. Los apresó, y les ahorró un duro castigo "porque ella me pidió que, como celebración de haber alumbrado, gracias a Dios (la niña que se le murió enseguida), los perdonase, y yo, por complacerla, lo hice". Pero hablemos de DIEGO DE OVANDO, al que se le confunde (incluso en el registro de las cartas que guardaba Pedro de la Gasca) con otro capitán del mismo nombre. Era mestizo, y nacido en la caribeña Isla Española (Santo Domingo), algo que La Gasca aclara (la imagen es del siglo XVI). En la correspondencia de Gonzalo Pizarro, aparece Diego como un fiel seguidor, y Pedro de Puelles le dio a Pizarro muy buenos informes suyos. Este archivo de La Gasca revela que incluso murió a manos del peligroso Rodrigo de Salazar por defender la causa de Gonzalo Pizarro (año 1547). Hay un impresionante informe de Pedro de la Gasca en el que comunica al Consejo de Indias, tras la derrota y muerte de Gonzalo Pizarro, que se sometió a juicio a varios rebeldes ya muertos, en el que fueron declarados traidores y se confiscaron sus bienes. Entre ellos menciona a "Diego de Ovando, mestizo, nacido en La Española y vecino de Trujillo". Diego, en otra carta para Pizarro, confirma que Puelles no pensaba traicionar a Gonzalo Pizarro, pues "está preparado para llevarle cuatrocientos hombres bien armados". Otro dato curioso es el de que, poco antes de la muerte de Puelles, ya hubo un atentado contra él por parte de "algunos hidalgos a los que se les dio el trato que merecían". DIEGO DE OVANDO tuvo otra responsabilidad que lo inculpaba como servidor del rebelde Gonzalo Pizarro Pizarro, y Pedro de la Gasca la recoge en su informe:  "En cumplimiento de lo que se le mandó, había dado garrote a Blas de Vega y a Hoyos, por haberse puesto al servicio del virrey. Cuando lo hizo, los dos vivían en su casa sirviéndole en todo lo que podían".



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