jueves, 18 de junio de 2020

(Día 1138) También los capitanes Juan de Saavedra y Juan Porcel se pasaron con sus hombres al bando de La Gasca. Santa Clara explica por qué Francisco de Olmos mató a Manuel Estacio.


     (728) A medida que pasaba el tiempo y que Pedro de la Gasca se acercaba a Lima, el andamiaje militar de Gonzalo Pizarro se iba tambaleando. Santa Clara narra hechos que ya hemos conocido de pasada, pero, como siempre, los condimenta generosamente. Así que escucharemos lo que dice: "Gonzalo  Pizarro envió a Hernando Alonso a Huánuco para decirle a su teniente Juan de Saavedra que viniese con la gente que había juntado, pero no quería salir de la ciudad porque, tras recibir unas cartas de Lorenzo de Aldana que lo animaban a pasarse al servicio de Su Majestad, determinó hacerlo así. Después preparó a sus hombres, haciéndole creer a Hernando Alonso que lo hacía para ir a Lima, donde estaba Gonzalo Pizarro. Salió cuatro días después con los suyos, y, en el camino les expuso su intención de irse adonde Pedro de la Gasca, explicándoles por qué lo hacía. Parece ser que los soldados lo deseaban, pues, sin que ninguno se opusiese, se le ofrecieron todos, de lo que el capitán se alegró mucho. De allí llevó a todos al pueblo de Cajamarca, menos a Hernando Alonso, Francisco de Espinosa el Zamorano, y tres soldados que no quisieron hacerlo, sino que fueron a dar noticia de ello a Gonzalo Pizarro, el cual recibió grandísimo pesar y enojo. Luego Pizarro envió a Francisco de Espinosa a Huánuco para que les quemasen las casas y les destruyesen las heredades a los que le habían traicionado". Se encontraron en un paso estrecho con resistencia de los indios, que estaban protegiendo las propiedades que tenían los españoles en Huánuco. No obstante, Francisco de Espinosa pudo volver con una pequeña partida de ganado. Gonzalo Pizarro comprendió que no tuvo más posibilidades, y luego le premió su fidelidad nombrándolo su maestresala, sustituyendo a Gómez de Solís, a quien había enviado a Panamá (quizá no supiera aún que también Solís le había traicionado).
     Asimismo, el capitán Juan Porcel (al que Santa Clara llama 'descubridor de tierras nuevas') se pasó al bando de Pedro de la Gasca, y se fue a Cajamarca con sus soldados para servirle al Rey. Recordemos que allí estaba Diego de Mora encargado de organizar nuevas tropas para ir contra Gonzalo Pizarro, a quien le quedaban pocos meses de vida. En cuanto a Porcel, ya dijimos que Pedro de la Gasca, aunque no se quejara de sus servicios, siempre le tuvo cierta desconfianza, porque había sido uno de los capitanes más adictos a Gonzalo Pizarro.
     La versión de Santa Clara sobre la muerte de Manuel Estacio (recordemos que tenía un carácter muy violento) es bastante más dramática que la que vimos anteriormente, y, además, nos muestra a su autor con más razones para hacerlo, no el simple deseo de agradar a Pedro de la Gasca: "Se rebeló contra Gonzalo Pizarro en Guayaquil su teniente, el capitán Francisco de Olmos, y envió mensajeros al capitán Manuel Estacio (que estaba reuniendo gente para ir  Lima, adonde Gonzalo Pizarro), para pedirle que se fueran juntos a servir a Su Majestad en Cajamarca. Con gran ira y enojo, Estacio les contestó diciéndoles que le iba a matar. Al saberlo, Francisco de Olmos tomó unos ocho hombres de su confianza, y fueron a ver a Estacio. Se recibieron bien, porque fueron viejos amigos sirviendo a Pizarro. Olmos fingió que solo iba a convencerle para que sirviera al Rey, y Estacio insistió en que fueran a Lima para servir a Gonzalo Pizarro. Así estaban las cosas, cuando Olmos le dio a entender que quería decirle algo en privado. Francisco de Olmos, con disimulo y tomándole la mano, le sacó fuera de su casa, y, ya solos en la plaza, lo mató a puñaladas, y se refugió en un convento".

      (Imagen) Vamos a dar un salto hasta México, porque el cronista Santa Clara, nacido en aquellas tierras, nos revela que el protagonista de la imagen anterior, Hernando de Cárdenas, anduvo por tierras aztecas con su hermano DON GARCÍA LÓPEZ DE CÁRDENAS, quien ha pasado a la historia por, entre cosas, haber descubierto el Cañón del Colorado. Tras la terrible aventura de Núñez Cabeza de Vaca recorriendo a pie miles de kilómetros por la frontera de Estados Unidos con México, contó que los indios hablaban de las riquísimas siete ciudades de Cíbola. En 1540, el Virrey Antonio de Mendoza escogió a su sobrino Francisco Vázquez de Coronado para ir a descubrirlas. Sufrieron peleas con los indios, y, a su maestre campo, Lope de Samaniego, lo mataron de un flechazo entre los ojos. Le sustituyó en el cargo DON GARCÍA LÓPEZ DE CÁRDENAS (nacido, de familia noble, en Llerena-Badajoz), y, en una situación desesperada, Coronado le envió en busca de un río del que hablaban los nativos. Iba con él Pedro de Sotomayor, quien hizo un relato de las incidencias del viaje. Fue entonces cuando (como se ve en la preciosa imagen de Ferrer-Dalmau, con Cárdenas a caballo) descubrieron el inmenso Cañón del río Colorado (446 km de longitud y 1.600 metros de altura). Dice el cronista: "Estaba la barranca tan acantilada de peñas, que apenas podían ver el río, y, desde donde se encontraban, parecía un arroyo. Estuvieron muchos días con harta necesidad de agua buscando la bajada, sin hallarla, hasta que García López se vio forzado a volverse". Ya todos juntos, Coronado y sus hombres siguieron avanzando, pero sufriendo ataques de los indios, a los que DON GARCÍA apaciguaba muchas veces con sus dotes diplomáticas, coda nada fácil, porque ya antes habían matado a tres frailes que decidieron entrar solitarios en aquellas tierras para evangelizarlas. La atormentada expedición regresó dos años después con su mito destrozado, pero habiendo obtenido importantes descubrimientos geográficos y étnicos. Poco más se sabe del resto de la vida de DON GARCÍA LÓPEZ DE CÁRDENAS.



No hay comentarios:

Publicar un comentario