miércoles, 17 de junio de 2020

(Día 1137) Era un reguero de deserciones. Distintos capitanes y en distintas ciudades se rebelaron contra Gonzalo Pizarro. Uno de ello fue Hernando de Cárdenas.


     (727) Le deja Santa Clara a Gonzalo Pizarro con sus angustias, y enlaza de nuevo con la misión que estaba cumpliendo Diego de Mora. Después de volver a Trujillo y conseguir que toda la ciudad pasara al bando del Rey (algunos vecinos habría que lo hicieran a regañadientes), se encargó de lo que le pidieron Aldana y los capitanes que estaban con él en los cuatro barcos: "Cuando fue a la provincia de Cajamarca, envió a todos los vecinos de aquella zona copia de los perdones que le había dado Lorenzo de Aldana, para que se pusieran al servicio del Rey, y desengañándoles de todas las falsedades que les contaban. En la villa de San Miguel, estaba Bartolomé de Villalobos, como teniente de Gonzalo Pizarro, teniendo muchos espías que le avisaban de lo que ocurría en aquellas costas. Como la gente ya sabía de los avisos que había enviado Diego de Mora, y de la pasada de Lorenzo de Aldana con los navíos hacia Lima para enfrentarse a los rebeldes, determinó el dicho Bartolomé de Villalobos irse a Lima para servir a Pizarro. Se dio la mayor prisa posible para sacar gente de aquellos lugares, y decidió seguir el camino de la sierra, porque sabía que Diego de Mora estaba en Trujillo, tras haberse puesto al servicio de su Majestad. Según marchaban, se enteró Villalobos de que se acercaban los capitanes Gonzalo de Alvarado y Juan de Saavedra (se habían pasado al bando de La Gasca) con mucha más gente que la que él tenía. Viéndose amenazado, hizo alto, sin saber qué decisión tomar".
     Entre lo que iban con Villalobos, se encontraba un hermano de Don García López de Cárdenas, el madrileño Hernando de Cárdenas, "al cual, Gonzalo Pizarro, por haberle servido un poco de tiempo en la derrota del virrey, lo casó con una viuda honrada, y le dio su repartimiento de indios". Hernando, mientras Villalobos meditaba, también él lo hacía, viendo con claridad que los propósitos de Gonzalo Pizarro, tal y como se estaban poniendo las cosas, no tenían futuro: "Decidió volverse a San Miguel, alzarse con la ciudad en nombre de Su Majestad, y prender o matar a quien estuviese allí al mando en nombre de Gonzalo Pizarro, para luego unirse al presidente La Gasca".
     Fue tanteando a la gente y logró reunir un grupo de partidarios de la idea: "Apresaron de noche a Bartolomé de Villalobos, y le importunaron para que sirviera al presidente La Gasca, alzando bandera en nombre de Su Majestad. Además, le pidieron que volviese a San Miguel y tomase allí el mando en nombre de su Majestad, y él lo aceptó, más por miedo de que lo mataran que por propia voluntad. Y así, volvieron todos a la villa y la alzaron por Su Majestad".
     Estas noticias volaban, y la idea de abandonar a Gonzalo Pizarro y servir al Rey se hizo contagiosa, dándose la circunstancia de que también hubo capitanes que prefirieron morir a traicionar al 'tirano'. Así ocurrió en Puerto Viejo: "Los del cabildo fueron con soldados a la casa de Lope Sánchez de Ayala, teniente de Gonzalo Pizarro, pidiéndole que pusiera la ciudad al servicio del Rey, y, negándose a hacerlo, lo mataron a puñaladas. Luego se presentaron en la casa del capitán Juan Morales, que estaba al mando de la guarnición, le rogaron que se uniera a ellos para servir a Su Majestad, y a él, por no querer dejar al tirano Gonzalo Pizarro, lo mataron también a puñaladas, y luego alzaron bandera por Su Majestad". (Lo ocurrido con Bernardo de Villalobos ya nos lo había contado Inca Garcilaso, pero de forma mucho más escueta).

     (Imagen) Acabamos de ver que HERNANDO DE CÁRDENAS se jugó el tipo promoviendo un motín contra Bernardo de Villalobos, a quien obligó a ponerse al servicio del Rey. Por su relación de méritos (la de la imagen), nos enteramos de que todo le salió bien, y de que tuvo una vida muy azarosa. Fue de los pocos que habían batallado en México antes de llegar a Perú. Resumo lo que cuenta: "Estuvo luchando contra los chichimecas, indios mexicanos, en Mixtón y en Jalisco, bajo el mando del virrey Don Antonio de Mendoza y de Pedro de Alvarado, hasta que los sometieron. Él llevaba a su costa soldados y caballos. Pasó luego a Perú, y sirvió al virrey Núñez Vela. De vuelta de una misión, se encontró con que habían apresado en Lima al virrey; quiso liberarlo, pero Gonzalo Pizarro lo apresó también a él y, aunque estuvo a punto de cortarle la cabeza, no lo hizo por los ruegos de algunos amigos suyos. Gonzalo fue a Quito y él intentó sublevarse con algunos compañeros en Lima, para unirse al capitán Diego Centeno, pero fueron descubiertos y apresados. Logró escapar, y, enterado de que se acercaba el presidente Pedro de la Gasca, fue a la ciudad de San Miguel, que era del bando de Gonzalo Pizarro, y consiguió ponerla al servicio de su Majestad. Cuando llegó Pedro de la Gasca, se puso bajo su mando como capitán de infantería, participando en la batalla de la derrota definitiva de Gonzalo Pizarro. Más tarde, también luchó contra el rebelde Francisco Hernández Girón". En el escrito hay algo que no coincide con lo que cuentan los cronistas. Sin duda alguna, durante un tiempo sirvió, aunque probablemente forzado, a Gonzalo Pizarro, como nos ha dicho Santa Clara. Por el documento de HERNANDO DE CÁRDENAS, sabemos que aún vivía en 1568 y que se encontraba en Madrid, aunque es muy probable que muriera poco después. Queda otro dato curioso. Santa Clara dice de pasada que era hermano de DON GARCÍA LÓPEZ DE CÁRDENAS. Si el cronista no da ninguna explicación más, el tal García tenía que ser muy conocido, y hubo alguien con ese nombre que se hizo famoso en México (de donde era Santa Clara), casi con toda seguridad hermano de Hernando de Cárdenas, quien también anduvo por aquellas tierras. Le dedicaremos la próxima imagen.



No hay comentarios:

Publicar un comentario