(673) Inca Garcilaso, de quien recuperamos
ahora el hilo, se muestra cauteloso y se limita a comentar que 'según dicen'
alguno de sus propios soldados le hirió a Francisco de Carvajal del arcabuzazo.
Pasó la noche descansando lo mejor que pudo, y, el día siguiente emprendió de
nuevo, furiosamente, la persecución de los de Lope de Mendoza: "Esperaba
hallarlos la siguiente noche dormidos y descuidados. Y, efectivamente, los
desbarató y prendió a muchos de ellos, y los demás se derramaron por diversas
partes, por la oscuridad de la noche, entre ellos, Lope de Mendoza. Cuando
amaneció, Francisco de Carvajal le siguió el rastro, y en el camino se enteró
de que los enemigos le habían saqueado su hacienda, y la de sus
compañeros".
Con la rabia, Carvajal aceleró el acoso, y
de nuevo los pilló desprevenidos. Huyeron desordenadamente y en distintas
direcciones, pero él ya había logrado recuperar parte del botín robado, y, sin
abandonar la persecución, acertó a encontrar la ruta que seguía Lope de
Mendoza, su ansiada presa: "A la madrugada de la segunda noche que le siguió,
llegó Carvajal a un pequeño poblado indio, en el que estaba Lope de Mendoza,
quien, pareciéndole que no caminaría tanto, había parado allí. Y también lo
hizo forzado por el sueño y cansancio que los suyos y él llevaban por las
trasnochadas, por las jornadas tan largas sin comer ni descansar, de manera que
estaban todos hechos pedazos, y dormidos como cuerpos muertos".
A través de algunos indios, el impaciente
Carvajal, que se había adelantado con solo ocho jinetes, se informó de cuántos
hombres había con Mendoza, y supo que estaban en un galpón del cacique. Le
pareció fácil la victoria, aunque, después de controlar las puertas de salida,
simuló a gritos que estaba dando órdenes a varios capitanes, para dar la
impresión de que su tropa era numerosa: "Con este ruido, alarmó Carvajal a
los que estaban en el interior, entró con tres de los que llevaba, los desarmó
y ató a todos, menos a Lope de Mendoza, al que respetaba por el oficio que
tenía de Capitán General, y así los sacó fuera para que viesen los pocos que
eran. Luego Carvajal hizo dar garrote a Lope de Mendoza, y cortarle la cabeza,
y a Nicolás de Heredia, y a otros tres, perdonando a los demás. Lo mismo hizo
con todos los que había ido apresando, y procuró hacerlos amigos suyos, para
que se pasasen a su bando. Asimismo perdonó a Alonso Camargo y a Luis Perdomo,
porque ellos le descubrieron donde tenía Diego Centeno enterrados más de
cincuenta mil pesos de plata. Con la victoria alcanzada, viendo que ya no tenía
enemigos en aquella tierra, se fue a la zona de Charcas, para residir algunos
días en la Villa de la Plata, y recoger toda la que pudiese de las minas de
Potosí, que se habían descubierto aquel año, de los indios de los vecinos
muertos, y de los de quienes habían huido, con el fin de entregárselo todo a
Gonzalo Pizarro para los gastos de la guerra".
Estimado Félix quisiera hacerle una consulta acerca de su articulo, en el mismo menciona que Hernando del Castillo murió en condiciones terribles y que Luis Perdomo Murió Huyendo me podría ayudar indicándome de donde provienen esos datos.
ResponderEliminarde antemano le agradezco su atención reciba un afectuoso saludo y mi admiración por sus interesantes artículos.
atentamente Francisco desde la ciudad de México