miércoles, 15 de abril de 2020

(Día 1083) Con sus mañas y su acoso incesante, Francisco de Carvajal atrapó a sus enemigos. A muchos los perdonó, pero, a Lope de Mendoza, Nicolás de Heredia y alguno más, los ejecutó.


     (673) Inca Garcilaso, de quien recuperamos ahora el hilo, se muestra cauteloso y se limita a comentar que 'según dicen' alguno de sus propios soldados le hirió a Francisco de Carvajal del arcabuzazo. Pasó la noche descansando lo mejor que pudo, y, el día siguiente emprendió de nuevo, furiosamente, la persecución de los de Lope de Mendoza: "Esperaba hallarlos la siguiente noche dormidos y descuidados. Y, efectivamente, los desbarató y prendió a muchos de ellos, y los demás se derramaron por diversas partes, por la oscuridad de la noche, entre ellos, Lope de Mendoza. Cuando amaneció, Francisco de Carvajal le siguió el rastro, y en el camino se enteró de que los enemigos le habían saqueado su hacienda, y la de sus compañeros".
     Con la rabia, Carvajal aceleró el acoso, y de nuevo los pilló desprevenidos. Huyeron desordenadamente y en distintas direcciones, pero él ya había logrado recuperar parte del botín robado, y, sin abandonar la persecución, acertó a encontrar la ruta que seguía Lope de Mendoza, su ansiada presa: "A la madrugada de la segunda noche que le siguió, llegó Carvajal a un pequeño poblado indio, en el que estaba Lope de Mendoza, quien, pareciéndole que no caminaría tanto, había parado allí. Y también lo hizo forzado por el sueño y cansancio que los suyos y él llevaban por las trasnochadas, por las jornadas tan largas sin comer ni descansar, de manera que estaban todos hechos pedazos, y dormidos como cuerpos muertos".
     A través de algunos indios, el impaciente Carvajal, que se había adelantado con solo ocho jinetes, se informó de cuántos hombres había con Mendoza, y supo que estaban en un galpón del cacique. Le pareció fácil la victoria, aunque, después de controlar las puertas de salida, simuló a gritos que estaba dando órdenes a varios capitanes, para dar la impresión de que su tropa era numerosa: "Con este ruido, alarmó Carvajal a los que estaban en el interior, entró con tres de los que llevaba, los desarmó y ató a todos, menos a Lope de Mendoza, al que respetaba por el oficio que tenía de Capitán General, y así los sacó fuera para que viesen los pocos que eran. Luego Carvajal hizo dar garrote a Lope de Mendoza, y cortarle la cabeza, y a Nicolás de Heredia, y a otros tres, perdonando a los demás. Lo mismo hizo con todos los que había ido apresando, y procuró hacerlos amigos suyos, para que se pasasen a su bando. Asimismo perdonó a Alonso Camargo y a Luis Perdomo, porque ellos le descubrieron donde tenía Diego Centeno enterrados más de cincuenta mil pesos de plata. Con la victoria alcanzada, viendo que ya no tenía enemigos en aquella tierra, se fue a la zona de Charcas, para residir algunos días en la Villa de la Plata, y recoger toda la que pudiese de las minas de Potosí, que se habían descubierto aquel año, de los indios de los vecinos muertos, y de los de quienes habían huido, con el fin de entregárselo todo a Gonzalo Pizarro para los gastos de la guerra".

     (Imagen) Acabamos de ver que Francisco de Carvajal alcanzó a los capitanes Lope de Mendoza y Nicolás de Heredia, los derrotó y les cortó la cabeza. Siempre aplicaba el máximo rigor con los enemigos más peligrosos, y perdonaba la vida a otros que, en su mayoría asustados, aceptaban ponerse bajo sus órdenes. Ese reclutamiento forzado no era muy fiable, y él lo sabía, por lo que los vigilaba de cerca. Veremos pronto que un grupo de los derrotados y perdonados tratarán de matarlo, pero no le pillarán desprevenido, y será implacable con todos los que pueda atrapar. Entre ellos estaban LUIS PERDOMO (quien ya andaba por las Indias en 1508) y HERNANDO DEL CASTILLO. Veo, en una declaración de herederos suyos, que eran hermanos y nacidos en la isla de Gran Canaria. Reclaman sus bienes, además de otros afectados, María Garrida de Cubas, viuda de Perdomo, y Ana del Castillo, hermana de los dos difuntos, "que sirvieron con el capitán Diego Centeno en la Villa de la Plata, presos y muertos por Francisco de Carvajal". En realidad, Luis Perdomo murió huyendo de una muerte segura a manos de Carvajal. Su hermano Hernando del Castillo tuvo un final más trágico. Ninguna esposa de Hernando aparece como heredera, por lo que hablaremos de su gran amor, una india que no le guardó mucho duelo. Lo cuenta Cieza: "Carvajal mandó al capitán Alonso de Mendoza (quien más tarde se puso al servicio de la Corona) que fuese a Pocona para prender a Hernando del Castillo. Llegando al lugar donde se encontraba, retuvo al servicio de indios y de indias que tenía, y él, con los otros que le acompañaban, pudo huir. Dándole pena que le hubiese tomado una india hermosa a la que quería mucho, volvió para ver si la podía liberar. Alonso de Mendoza lo descubrió acompañado de un tal Argüello, los apresó y los llevó adonde estaba Carvajal, el cual los hizo cuartos". Mejor que HERNANDO DEL CASTILLO no se enterara de lo que ocurrió luego: "La moza a por la cual vino, disfrutaba después con quien mejor compañía le hacía".



1 comentario:

  1. Estimado Félix quisiera hacerle una consulta acerca de su articulo, en el mismo menciona que Hernando del Castillo murió en condiciones terribles y que Luis Perdomo Murió Huyendo me podría ayudar indicándome de donde provienen esos datos.
    de antemano le agradezco su atención reciba un afectuoso saludo y mi admiración por sus interesantes artículos.
    atentamente Francisco desde la ciudad de México

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