(668) Anulada la Audiencia de Lima, que
tenía autoridad sobre todo Perú, asumió Gonzalo Pizarro, ya en Quito, las
funciones de gobernador, y sintió la necesidad de establecer un control
político y administrativo. Y, además, como nos cuenta Inca Garcilaso de la Vega
(a quien retomamos), trató de hacerlo bien: "Como hombre que deseaba dar
buena cuenta de sí, procuró Gonzalo Pizarro hacer leyes y ordenanzas para el
buen gobierno, para la quietud y beneficios de los españoles y de los indios, y
para aumento de la religión cristiana". Recoge luego el encabezado de un
capítulo del cronista López de Gómara: "Gobernó Gonzalo Pizarro en
ausencia de Francisco de Carvajal, quien instigó a muchos para que le llamaran
rey. Pero, estando sin él, nunca Gonzalo Pizarro mató ni consintió matar a
español alguno sin que los de su consejo lo aprobasen. Y aun así, lo hizo
mediante proceso legal, y tras haberse confesado (ante un clérigo).
Prohibió que se cargase a los indios, y que se les tomase por fuerza su
hacienda, bajo pena de muerte. Mandó también que todos los encomenderos
enviasen clérigos a sus pueblos para enseñar a los indios la doctrina
cristiana. Procuró mucho que se entregara el quinto para la Hacienda del Rey,
diciendo que así lo hacía su hermano Francisco Pizarro. Mandó que, terminada ya
la guerra y habiendo muerto Blasco Núñez Vela, sirviesen todos al Rey, para que
revocase las Leyes Nuevas, les confirmase sus repartimientos de indios y les
perdonase lo pasado. Entonces todos loaban su gobierno, y aun Pedro de la Gasca
dijo, después de ver sus mandamientos, que, aunque era tirano, gobernaba bien".
Tengo que hacer un alto en el camino para precisar
varias cuestiones. Habrá que confiar en el cronista Santa Clara, que aporta
datos nuevos. Martín de Alarcón volvía por mar después de comunicarle a Pedro
de Hinojosa la derrota y muerte del virrey. Traía a varios presos de Hinojosa:
"Ahorcó a Juan de Saavedra y a Pedro de Lerma porque quisieron alzarse con
el navío y nombrar general a Juan Velázquez Vela Núñez, hermano del
virrey". Luego cuenta que, como ya sabemos, no ahorcó al también cómplice
Rodrigo Mejía porque el hijo de Gonzalo Pizarro (indica que se llamaba
Hernando Pizarro) le pidió que no lo hiciese, pues había sido muy bien
tratado por él. Creí que el cronista se equivocaba, porque el importante
capitán Pedro de Lerma había muerto en la batalla de las Salinas, cuatro años
antes. Pero he comprobado que tenía un hijo del mismo nombre. Por otra parte,
yo daba por hecho que el hermano y el sobrino del virrey, ambos con los
apellidos Velázquez Vela Núñez, se llamaban respectivamente Francisco y Juan, pero,
según lo que acaba de decir Santa Clara, los dos tenían el mismo nombre: Juan.
Sigamos con Inca Garcilaso, quien va a a dar un salto de mil kilómetros
para trasladarnos al otro gran escenario de las guerras civiles, que aún seguía
candente a pesar de la derrota y muerte del virrey. La resistencia contra la
rebeldía no había terminado, debido a que, con gravísimas dificultades, seguía
luchando contra una inteligente bestia, Francisco de Carvajal, un tipo heroico,
Diego Centeno. Todo ello en vísperas de la llegada de un ángel astuto y
salvador: Pedro de la Gasca.
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