(659) La extraña osadía de
Melchor Verdugo resulta algo confusa, aunque parece ser que su principal
intención, además de las venganzas personales, era la de ponerse al servicio de
la Corona. Para empezar, les dio una explicación a sus atónitos presos: "Les
dijo que quería ir en busca del virrey, y que, para llevar gente y armas, tenía
necesidad de dinero, por lo que todos ellos podían rescatarse dando la cantidad
que cada uno pudiese, y la pagase pronto, porque, de lo contrario, los llevaría
presos consigo. Los presos pagaron al contado, y, de la Caja Real, sacó lo que
había, y, con lo que él tenía, que era hombre rico, juntó gran fortuna".
Inca Garcilaso nos va a contar la enredada aventura de Verdugo, que al final
quedó en nada, pero sin decirnos qué fue después de él.
Resumiendo sus andanzas, ocurrió lo
siguiente. Se embarcó en un navío, y saqueó otro que iba repleto de mercancía
del capitán Bachicao, repartiéndola entre él y sus hombres. Temiendo a la
armada de Gonzalo Pizarro, evitó llegar a Panamá y fue hacia Nicaragua. Al
saberlo Pedro de Hinojosa, envió tras él, con dos navíos y ciento veinte
arcabuceros, al capitán Juan Alonso de Palomino, quien, viendo que Verdugo
había bajado a tierra en un punto de la costa, se apoderó de su navío. No
desembarcó para luchar contra Verdugo por temor a que los vecinos de la zona le
cortaran la salida a mar abierto, y decidió volverse adonde Hinojosa tras
haberse apropiado de todas las naves que vio en su entorno.
Perdida su embarcación y sin posibilidad
de comprar otra porque Palomino se las llevó todas, Verdugo no renunció a su
propósito de hacer alguna proeza contra el rebelde Gonzalo Pizarro:
"Consideró que, yendo a Nombre de Dios, podría hacer algún hecho grande en
aquella ciudad, porque imaginó que Pedro de Hinojosa tendría allí poca gente.
Con esta imaginación, preparó cuatro fragatas, y, con cien soldados, fue por la
laguna de Nicaragua (actualmente hay un proyecto de hacer allí un nuevo
canal como el de Panamá), saliendo por su desaguadero al Mar del Norte (el
Atlántico), para llegar a Nombre de Dios. Llegó a media noche a la ciudad,
saltó en tierra y cercó la casa donde estaban los capitanes Don Pedro de
Cabrera y Hernán Mejía con algunos soldados, los cuales, al oír gente, se
pusieron a defender la casa. Los de Verdugo le pegaron fuego, y los de dentro
se vieron en mucho peligro, aunque pudieron salir por medio de los enemigos sin
resistencia, porque tenían más intención de robar que de matar. Los huidos se
salvaron escondiéndose en las grandes montañas que había cerca".
Los escapados fueron a Panamá, y, enterado
Pedro de Hinojosa de lo ocurrido, quiso vengarse, pero amparado legalmente.
Para ello, denunció los hechos al gobernador, el Doctor Rivera, quien aceptó
sus razones y se dispuso a castigar a Verdugo, llevando como refuerzo a
Hinojosa y sus hombres, aunque. "previamente, para asegurarse de ellos,
tomó juramento de pleito homenaje a Pedro de Hinojosa y a sus capitanes de que
le obedecerían como a Capitán General, y, hecho esto, salieron de la ciudad de
Panamá en dirección a Nombre de Dios".
(Imagen) El Gobernador de Castilla del Oro
(zona panameña y colombiana) PEDRO DE RIBERA, fue un hombre sensato y fiel a la
Corona. Tuvo el acierto de unirse al rebelde Pedro de Hinojosa para una causa
justa: expulsar de Panamá a Melchor Verdugo, quien había llegado para defender,
supuestamente, la causa del Rey, pero con procedimientos piratescos. Luego Hinojosa
quiso apoderarse por la fuerza de Panamá, se le enfrentaron los vecinos bajo el
mando de Ribera, y fueron derrotados. Pero, una vez más, demostraron ambos
tener dotes diplomáticas. Aunque Hinojosa se apoderó del territorio para evitar
que llegaran fuerzas del Rey desde España que acabaran con la rebelión de
Pizarro, no paralizó el gobierno de Ribera (quizá recordando su ayuda para
expulsar a Verdugo), sino que, con buenas maneras, calmó a los vecinos y se
limitó a mantener un control militar. En una carta (la imagen muestra el primer
folio) que Ribera le escribió al Rey, le explicaba varios de los hechos
ocurridos justo antes de que llegara Melchor Verdugo. La referencia del
documento lo resume: "Carta al Rey del doctor Pedro de Ribera, dando
cuenta de las tropelías cometidas por Hernando Bachicao, general enviado por
Gonzalo Pizarro a Panamá, por lo que habían recibido al otro general del dicho
Pizarro, Pedro de Hinojosa, con 4 capitanes y 600 hombres bajo ciertas
condiciones. Panamá, 8 de marzo de 1546". Le escribió otra curiosa carta
seis meses después al corrupto licenciado Diego Vázquez de Cepeda, rebatiéndole
los tramposos argumentos que utilizaba para justificar la rebelión de Gonzalo
Pizarro. Y le daba una noticia que zanjaba el asunto: "Paréceme, señor,
que ya no hay para qué tratar de todo lo dicho, porque está a punto de llegar
para solucionarlo el licenciado Don Pedro de la Gasca, el cual es un santo
hombre de mucha ciencia y paciencia, y el clérigo de más crédito que en España
queda". Ya vimos que Cepeda salvó la vida abandonando a Gonzalo Pizarro
poco antes de que Pedro de la Gasca lo derrotara y ejecutara, y que luego murió
(probablemente, envenenado) estando preso por sus chanchullos.
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