viernes, 20 de marzo de 2020

(Día 1061) Gonzalo Pizarro no quiso castigar a Aldana, y, preocupado por el levantamiento de Diego Centeno, le encargó a Francisco de Carvajal que se enfrentara a él. Fue a su encuentro sembrando el terror por el camino. Aldana ejecutó a algunos que querían matarlo.


     (651) Parece bastante claro que Lorenzo de Aldana mostró, con su decisión de salvar la vida a quince vecinos de Lima, que defendía la causa del virrey. Y, con ello, se puso él mismo en grave peligro: "Los del bando de Gonzalo Pizarro quedaron muy descontentos del poco o ningún castigo que Lorenzo de Aldana hizo en aquellos hombres, y les creció la sospecha de que era del bando contrario. Le dieron aviso de ello a Gonzalo Pizarro, mas él no hizo nada contra Lorenzo de Aldana, pues, además de tenerlo como amigo, él estaba en el lejano Quito, y allí era tan bien querido Aldana, que los vecinos no aprobarían que le castigara".
     Por otra parte, a Gonzalo le había surgido una nueva y grave preocupación: "Se enteró del levantamiento de Diego Centeno en la zona de las Charcas, y quiso remediarlo. Dio sus poderes al maese de campo, Francisco de Carvajal, para que se encargase de aquella empresa. Los capitanes se lo aconsejaron con mucha instancia, unos por gobernar ellos a solas, y otros por el temor que tenían a la mala condición de Francisco de Carvajal, aunque todos decían que, para negocio tan importante, convenían la experiencia y consejo de tal persona".
     El expeditivo Carvajal, que a todos hacía temblar, se puso en marcha con veinte personas de su confianza. Como era de esperar, no solo se iba a ocupar del asunto de Centeno, sino que también aprovecharía el largo viaje para ir 'poniendo orden' a su manera por el camino (matando o aterrorizando): "Llegó a la ciudad de San Miguel. Prendió a seis regidores, les dijo las quejas que Gonzalo Pizarro tenía contra ellos por haber favorecido al partido del virrey, y que, por ello, había determinado meter a sangre y fuego la ciudad, pero que, considerando que aquel daño no lo había hecho la gente plebeya, había decidió castigar a los vecinos principales, y no a todos. A los que escogió, les dijo que se confesasen, e hizo dar garrote a uno de ellos, porque había ayudado al virrey para confeccionar un nuevo Sello Real, pues era experto en aquel arte. Los demás se libraron por la buena diligencia que sus mujeres y sus amigos hicieron contando con la ayuda de clérigos y frailes. Le rogaron a Carvajal que los perdonase, y lo concedió, pero condenándolos a destierro de aquella provincia y privación de sus encomiendas de indios".
     Carvajal siguió su amenazante viaje. En Trujillo reclutó gente y se apropió de todo lo que pudo. Llegado a Lima, consiguió aumentar su tropa con doscientos hombres, y desde allí se fue hasta Huamanga.
     Cuando partió de Lima, surgió un incidente en esta ciudad: "Se produjo otro motín, con la intención de matar a Lorenzo de Aldana. Y este, que fue el tercero que hubo, se apaciguó con la muerte de tres o cuatro de los autores, pero causó la de otros cinco o seis en Huamanga, de los que Francisco de Carvajal llevaba consigo porque los habían acusado los de Lima. Allí se enteró también Carvajal de todo lo que había ocurrido entre Diego Centeno y Alonso de Toro, por lo que, considerando que ya no había por qué temer a Centeno, decidió volverse a Lima. También lo hizo por no verse con Alonso de Toro".

     (Imagen) Acabamos de ver que PEDRO MARTÍN DE SICILIA estaba de alcalde en Lima. También se le conocía como 'de Don Benito', pues era originario de esa población extremeña. Que le llamaran 'de Sicilia', quizá tuviera que ver con las guerras de Italia, en las que, por su avanzada edad, pudo haber participado. Poco se sabe de su biografía, pero resulta llamativo el gran contraste entre él y su hermano ALONSO MARTÍN DE DON BENITO (eran hijos de Francisco Martín de Don Benito). Fueron una muestra de algo propio de aquellas guerras civiles: a pesar de ser hermanos, lucharon en frentes contrarios. Y, además, su talante fue muy diferente. Los dos nacieron en Don Benito (Bajadoz) a finales del siglo XV. Es muy probable que fueran juntos a las Indias, pero se conocen mejor las andanzas de Alonso, de quien consta que estuvo en momentos muy señalados de aquella aventura colosal (la imagen muestra parte de sus méritos). Sus afortunados ojos vieron por primera vez, con Vasco Núñez de Balboa, el año 1513, las aguas del Pacífico. Luchó bajo el mando del cruel Pedrarias Dávila y vivió con Francisco Pizarro la odisea del Perú desde sus inicios. Era hombre conciliador, y trató, inútilmente, de evitar la guerra ente Pizarro y Almagro. Estuvo presente con Pizarro en la fundación de la ciudad de Lima (donde murió el año 1558), y, en las guerras civiles, fue siempre leal a la Corona. Él y su hermano Pedro fueron alcaldes de Lima, y a los dos se les concedió un escudo de armas familiar. Le hemos visto a Pedro un ramalazo de crueldad, pero todo indica que era su carácter habitual, y dejó fama de serlo. Hay otra cosa sorprendente, aunque pocos lo saben. Es casi seguro que eran hermanastros de Francisco Pizarro por parte de su madre, Fancisca González. ALONSO MARTÍN DE DON BENITO, por añadidura, tuvo como pareja a Isabel Yupanqui, hermana de Inés Huaylas Yupanqui, la amante de Francisco Pizarro (siendo ambas hermanas de Atahualpa). El rebelde PEDRO MARTÍN DE SICILIA murió el año 1548 luchando al lado de Gonzalo Pizarro.



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