(656) No le salieron bien las cosas a Rodrigo de Carvajal: "Estando
a tres leguas de Panamá, un hacendado le dijo que se encontraban en la ciudad
dos capitanes del virrey, Juan de Guzmán y Juan de Illanes, juntando gente para
llevársela como socorro a la gobernación de Belalcázar, donde los esperaba, y
que habían conseguido más de cien soldados, y que, aunque tenían todo
preparado, no habían partido, sino que permanecían allí para defender aquella
ciudad de los soldados de Gonzalo Pizarro, pues tenían por cierto que había de
enviarlos para ocuparla. Rodrigo de Carvajal envió en secreto a un soldado para
que enseñara las cartas a ciertos vecinos, los cuales avisaron a la Justicia, y
lo prendieron. Al enterarse de que iba a llegar Hinojosa y de las intenciones
que tenía, se puso en alerta la ciudad, y enviaron dos bergantines a tomar
la nave de Carvajal; el cual, viendo la
tardanza de su soldado, sospechó lo que ocurría, y, haciéndose a la vela, pudo huir
de los bergantines".
Los asustados vecinos prepararon su defensa con la mayor rapidez
posible: "El gobernador de Panamá, llamado Pedro de Casaos, natural de
Sevilla, fue con gran diligencia a Nombre de Dios (en la costa atlántica),
avisó a la gente que allí había, juntó las armas que pudo encontrar, lo llevó
todo a Panamá, y se preparó para resistir a Pedro de Hinojosa. Lo mismo
hicieron los capitanes del virrey, y, aunque habían tenido antes alguna
diferencia con Pedro de Casaos sobre la superioridad en el mando, lo eligieron
como general".
De nada sirvieron, pues, las cartas que Gonzalo Pizarro había enviado a
Panamá. Así que Pedro de Hinojosa iba a encontrar un ambiente muy contrario a
los deseos de Gonzalo Pizarro. Pero, en principio, algo le salió redondo.
Cuando llegó navegando a Río de San Juan, apresó a diez españoles, y uno de
ellos le hizo saber que el virrey, viendo que Juan de Guzmán y Juan de Illanes
no acababan de volver, "envió a Panamá a su hermano, Vela Núñez, para
recoger la gente que allí había y juntar mucha más, dándole mucho dinero de la
Hacienda Real, y entregándole un hijo
natural de Gonzalo Pizarro". Supo también Hinojosa que Vela Núñez estaba a
solo una jornada de distancia, y quiso atraparlo: "Envió a dos capitanes
con gente, y tuvieron la buena dicha de que los unos prendieron a Vela Núñez, y
los otros, a Rodrigo Mejía, natural de Villacastín, que traía al hijo de
Gonzalo Pizarro. Los llevaron adonde Hinojosa, que se alegró mucho, porque Vela
Núñez le podría haber sido de gran estorbo en Panamá, y la restitución del hijo
de Gonzalo Pizarrro había de ser de mucho contento para su padre. Con este
regocijo navegaba Pedro de Hinojosa hacia Panamá, cuando Rodrigo de Carvajal le
salió al encuentro, y le habló de lo que había sucedido, y de que aquella
ciudad le iba a recibir con las armas".
Pedro de Hinojosa, conociendo la situación, se preparó para la guerra:
"El mes de octubre del año mil quinientos cuarenta y cinco dio vista a
Panamá, con once navíos que llevaba, y doscientos cincuenta hombres. La ciudad
se alborotó grandemente. Todos acudieron a sus banderas, estando como general
Pedro de Casaos, quien se puso al mando de quinientos hombres, aunque la
mayoría de ellos eran mercaderes y gente tan poco práctica en cosas de la
guerra, que ni sabían tirar ni manejar los arcabuces".
(Imagen) Hemos visto al virrey BLASCO NÚÑEZ VELA sufriendo constantes
contratiempos, como si fuera una persona aplastada por el destino. De hecho,
así fue desde que desembarcó en las Indias. Como alma en pena, ha sido
destituido, apresado y, luego, perseguido tras su huida. En todas las crónicas
aparece como un hombre intransigente. Y, en verdad, ese rigor en el cumplimento
del deber fue la principal causa de sus desgracias. No valía para diplomático, y el conflicto con
el que le tocó lidiar era endemoniadamente complejo. Pero vamos a fijarnos en
otro aspecto: la brillantez de su previa carrera profesional. He topado con un
libro que hace un resumen de sus méritos. Lo publicó el año 1607 el benedictino
Fray Luis Ariz, con el título de 'Historia de las Grandezas de la Ciudad de
Ávila'. Si Blasco Núñez fue escogido por Carlos V para tan peliaguda misión,
fue porque valoraba en gran medida los servicios que había prestado. Fray Luis
resume textos originales de disposiciones reales que lo llenaron de cargos muy
relevantes. Empieza diciendo: "Fue el virrey Núñez Vela muy animado,
dotado de gran ingenio y discreto, por lo cual el emperador Carlos V le concedió
el Hábito de Santiago". La Reina
Juana (madre de Carlos V) lo nombró Capitán de Caballería siendo muy joven,
para que defendiera de los moros la ciudad de Orán. Fue nombrado Corregidor
(representante del Rey) de Málaga. La Reina le pide que, en esta ciudad, atienda
lo mejor posible al (legendario) capitán Andrea Doria. Después fue nombrado
Veedor General de todas las galeras de España. En una carta posterior, la Reina
le dice: "He recibido vuestras noticias del buen resultado de la toma (no
indica de cuál), por lo que he tenido mucho placer al saber que, para que
mejor se hiciese, os apeasteis en tierra, poniendo vuestra persona a todo
riesgo y peligro, de lo cual se obtuvo mucho provecho, como de vos se espera, y
tendré memoria de ello para haceros merced". Pero pronto, a este caballero
de la triste figura le vamos a ver morir injustamente, y con solo 51 años,
aunque bien aprovechados.
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