jueves, 26 de marzo de 2020

(Día 1066) Al saber que llegaba Pedro de Hinojosa, los vecinos de Panamá se prepararon para defenderse. Hinojosa apresó a Vela Núñez, el hermano del virrey y liberó a un hijo de Gonzalo Pizarro; luego se dispuso a iniciar el ataque.


     (656) No le salieron bien las cosas a Rodrigo de Carvajal: "Estando a tres leguas de Panamá, un hacendado le dijo que se encontraban en la ciudad dos capitanes del virrey, Juan de Guzmán y Juan de Illanes, juntando gente para llevársela como socorro a la gobernación de Belalcázar, donde los esperaba, y que habían conseguido más de cien soldados, y que, aunque tenían todo preparado, no habían partido, sino que permanecían allí para defender aquella ciudad de los soldados de Gonzalo Pizarro, pues tenían por cierto que había de enviarlos para ocuparla. Rodrigo de Carvajal envió en secreto a un soldado para que enseñara las cartas a ciertos vecinos, los cuales avisaron a la Justicia, y lo prendieron. Al enterarse de que iba a llegar Hinojosa y de las intenciones que tenía, se puso en alerta la ciudad, y enviaron dos bergantines a tomar la  nave de Carvajal; el cual, viendo la tardanza de su soldado, sospechó lo que ocurría, y, haciéndose a la vela, pudo huir de los bergantines".
     Los asustados vecinos prepararon su defensa con la mayor rapidez posible: "El gobernador de Panamá, llamado Pedro de Casaos, natural de Sevilla, fue con gran diligencia a Nombre de Dios (en la costa atlántica), avisó a la gente que allí había, juntó las armas que pudo encontrar, lo llevó todo a Panamá, y se preparó para resistir a Pedro de Hinojosa. Lo mismo hicieron los capitanes del virrey, y, aunque habían tenido antes alguna diferencia con Pedro de Casaos sobre la superioridad en el mando, lo eligieron como general".
     De nada sirvieron, pues, las cartas que Gonzalo Pizarro había enviado a Panamá. Así que Pedro de Hinojosa iba a encontrar un ambiente muy contrario a los deseos de Gonzalo Pizarro. Pero, en principio, algo le salió redondo. Cuando llegó navegando a Río de San Juan, apresó a diez españoles, y uno de ellos le hizo saber que el virrey, viendo que Juan de Guzmán y Juan de Illanes no acababan de volver, "envió a Panamá a su hermano, Vela Núñez, para recoger la gente que allí había y juntar mucha más, dándole mucho dinero de la Hacienda Real, y entregándole un  hijo natural de Gonzalo Pizarro". Supo también Hinojosa que Vela Núñez estaba a solo una jornada de distancia, y quiso atraparlo: "Envió a dos capitanes con gente, y tuvieron la buena dicha de que los unos prendieron a Vela Núñez, y los otros, a Rodrigo Mejía, natural de Villacastín, que traía al hijo de Gonzalo Pizarro. Los llevaron adonde Hinojosa, que se alegró mucho, porque Vela Núñez le podría haber sido de gran estorbo en Panamá, y la restitución del hijo de Gonzalo Pizarrro había de ser de mucho contento para su padre. Con este regocijo navegaba Pedro de Hinojosa hacia Panamá, cuando Rodrigo de Carvajal le salió al encuentro, y le habló de lo que había sucedido, y de que aquella ciudad le iba a recibir con las armas".
     Pedro de Hinojosa, conociendo la situación, se preparó para la guerra: "El mes de octubre del año mil quinientos cuarenta y cinco dio vista a Panamá, con once navíos que llevaba, y doscientos cincuenta hombres. La ciudad se alborotó grandemente. Todos acudieron a sus banderas, estando como general Pedro de Casaos, quien se puso al mando de quinientos hombres, aunque la mayoría de ellos eran mercaderes y gente tan poco práctica en cosas de la guerra, que ni sabían tirar ni manejar los arcabuces".

     (Imagen) Hemos visto al virrey BLASCO NÚÑEZ VELA sufriendo constantes contratiempos, como si fuera una persona aplastada por el destino. De hecho, así fue desde que desembarcó en las Indias. Como alma en pena, ha sido destituido, apresado y, luego, perseguido tras su huida. En todas las crónicas aparece como un hombre intransigente. Y, en verdad, ese rigor en el cumplimento del deber fue la principal causa de sus desgracias.  No valía para diplomático, y el conflicto con el que le tocó lidiar era endemoniadamente complejo. Pero vamos a fijarnos en otro aspecto: la brillantez de su previa carrera profesional. He topado con un libro que hace un resumen de sus méritos. Lo publicó el año 1607 el benedictino Fray Luis Ariz, con el título de 'Historia de las Grandezas de la Ciudad de Ávila'. Si Blasco Núñez fue escogido por Carlos V para tan peliaguda misión, fue porque valoraba en gran medida los servicios que había prestado. Fray Luis resume textos originales de disposiciones reales que lo llenaron de cargos muy relevantes. Empieza diciendo: "Fue el virrey Núñez Vela muy animado, dotado de gran ingenio y discreto, por lo cual el emperador Carlos V le concedió el Hábito de Santiago".  La Reina Juana (madre de Carlos V) lo nombró Capitán de Caballería siendo muy joven, para que defendiera de los moros la ciudad de Orán. Fue nombrado Corregidor (representante del Rey) de Málaga. La Reina le pide que, en esta ciudad, atienda lo mejor posible al (legendario) capitán Andrea Doria. Después fue nombrado Veedor General de todas las galeras de España. En una carta posterior, la Reina le dice: "He recibido vuestras noticias del buen resultado de la toma (no indica de cuál), por lo que he tenido mucho placer al saber que, para que mejor se hiciese, os apeasteis en tierra, poniendo vuestra persona a todo riesgo y peligro, de lo cual se obtuvo mucho provecho, como de vos se espera, y tendré memoria de ello para haceros merced". Pero pronto, a este caballero de la triste figura le vamos a ver morir injustamente, y con solo 51 años, aunque bien aprovechados.







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