sábado, 29 de febrero de 2020

(Día 1044) Para doblegar la resistencia de los oidores, Francisco de Carvajal, con su sádica ironía, ahorcó a tres capitanes partidarios del virrey.


    (634) Y se produjo la tragedia: "Al día siguiente, por la mañana, vinieron a la ciudad algunos capitanes de Gonzalo Pizarro, y les dijeron a os oidores que entregasen ya la provisión de su conformidad, pues, si  no, entrarían a sangre y fuego, empezando por ellos. Los oidores se excusaron cuanto pudieron, diciendo que no tenían poder para hacerlo, por lo cual, el maese de campo, Francisco de Carvajal, en su presencia, sacó de la cárcel a cuatro personas, y, a tres de ellos, que fueron Pedro del Barco, Martín de Florencia y Juan de Saavedra, los ahorcó en un árbol que estaba cerca de la ciudad, diciéndoles muchas cosas de burla y escarnio, y, además, no les dio tiempo para confesarse y ordenar sus ánimas. Y, a Pedro del Barco, que fue el último, le dijo (ya en el colmo de sadismo) que, por haber sido capitán, conquistador, hombre muy principal en aquella tierra, y casi el más rico de ella, le quería dar su muerte con una preeminencia señalada, de manera que escogiese de cuál de las ramas de aquel árbol quería que le colgasen, Y, a Luis de León (el cuarto de los que había sacado de la cárcel), le salvó la vida un hermano suyo que era soldado de Gonzalo Pizarro, a quien se lo pidió como una merced especial".
     Va a ser necesario hacer alguna precisión. De los tres ejecutados, ya hice una referencia, basándome en datos que parecían fidedignos. Pero lo que cuenta Inca Garcilaso no tiene réplica porque lo narra de la misma manera Agustín de Zárate. Según eso, procede que haga dos rectificaciones. Fue Carvajal quien ejecutó a Pedro del Barco, pero no, como yo recogí, tras salir derrotado en una batalla contra Gonzalo Pizarro. El gazapo con Juan de Saavedra ha sido mucho mayor. Este ilustre descubridor de la bahía de Valparaíso no murió plácidamente en su pueblo natal, sino de esta forma tan trágica que nos acaban de contar. De paso, diré que hemos visto confirmada la 'calaña' de Francisco de Carvajal, adicto al peor humor negro (incluso cuando le tocó a él perder la cabeza). Pero llama la atención que Inca Garcilaso, quien ahora lo presenta como un salvaje, nos vaya a decir más adelante que esa crueldad estaba puesta al servicio de la eficacia militar, y hasta que, cuando lo conoció siendo niño, le caía simpático.
     Añadiré un último y triste comentario. Se puede deducir que tanto Luis de León como el hermano que le salvó, más pequeño que él y llamado Francisco de León, militaron más tarde contra Gonzalo Pizarro, (sin duda enrabietados por la brutalidad de Pizarro y Carvajal), porque todo indica que tres años después los dos fueron ejecutados por Gonzalo. La reseña del siguiente documento deja pocas dudas de que fuera así: "Real Cédula del príncipe a la Audiencia de Lima para que se traigan a la Casa de la Contratación de Sevilla los bienes que quedaron a la muerte de Luis y Francisco de León, a petición de Pedro de León, racionero de la catedral de Plasencia, María de León y María de Almaraz, esposa de Francisco de León, tutora y curadora de sus hijos, como herederos de Luis y Francisco de León quienes, por ser leales a la corona, fueron degollados por Gonzalo Pizarro en Cuzco y dejaron a su muerte tanto en Cuzco como en Arequipa y otros lugares muchos bienes en oro, plata, caballos, yeguas, esclavos y otras muchas cosas".

     (Imagen) Inca Garcilaso es una mina de datos personales relativos a los conquistadores. Y así, incluye, en el grupo de vecinos del Cuzco que huyeron para evitar la sumisión a Gonzalo Pizarro, a uno al que llegó a conocer personalmente: ALONSO DE HINOJOSA, natural de Trujillo (Cáceres). Su inicial participación en las guerras civiles tuvo lugar en los enfrentamientos de Pizarro con Diego de Almagro. Al margen de que le pareciera, lógicamente, más legal el bando pizarrista, tuvo que pesar también el afecto por su paisano, y decidió luchar junto a Francisco Pizarro. Es de suponer que esa oposición a los almagristas se le haría más intensa cuando asesinaron al propio Pizarro, y se puso bajo el mando de Vaca de Castro, con quien participó en la derrota y muerte de Diego de Almagro el Mozo. Hasta ahí, no tuvo el corazón dividido. Sin embargo, cuando ya vivía feliz en el Cuzco, rico y respetado, llegaron los hombres de Gonzalo Pizarro exigiendo que fuera reconocido como gobernador, en oposición frontal al virrey Blasco Núñez Vela. Sin poder tragar aquella barbaridad, no le quedó más remedio que huir. Pero, al saber que ya habían apresado al virrey, se unió a las tropas de Diego Centeno. Salieron derrotados en la batalla de Huarina. Tuvo que huir de nuevo y, curiosamente, le acompañaba, confirmando lo que vimos en la imagen anterior, el aguerrido obispo JUAN SOLANO. Pero pronto iban a cambiar las tornas para Hinojosa y el obispo, porque, unidos a Pedro de la Gasca, aplastaron a Gonzalo Pizarro y a su siniestro maestre de campo, Francisco de Carvajal. Aún le esperaba otra victoria a Hinojosa, esta vez contra el último rebelde, Francisco Hernández Girón. Retirado definitivamente, disfrutó el resto de su vida un merecido descanso en la ciudad del Cuzco. Donde, además, resulta que, en 1558, durante esa feliz 'jubilación', ALONSO DE HINOJOSA fue el padrino en el bautizo (previo a su matrimonio) del príncipe inca Sayri Túpac, a quien vimos (también en la imagen anterior) casarse con Cusi Huarcay bajo la bendición del OBISPO SOLANO.



No hay comentarios:

Publicar un comentario