(613) A los pocos días de haber salido Gonzalo Pizarro del Cuzco,
llegaron a este ciudad provisiones del virrey, en las que mandaba que todos se
uniesen a él, o serían considerados traidores: "Algunas vinieron a poder
de un clérigo llamado Ortún Sánchez de Olabe, el cual las fijó en las puertas
de la iglesia. A Diego de Maldonado el Rico, alcalde de la ciudad, y a quien
Gonzalo Pizarro le dio el cargo de Justicia, en su ausencia, no le había
parecido bien lo que petendía Gonzalo, lo cual mostró bien claro cuando dio su
voto en el cabildo, por lo que tenía voluntad de servir al Rey, a pesar de temer
grandemente al virrey porque había seguido al Marqués Pizarro en las
diferencias que tuvo con Diego de Almagro, y porque decían que por su causa se
había alzado Manco Inca. Temía que por
estos motivos le viniese algún daño, aunque, en lo de Manco Inca, siempre
afirmó no haber tenido culpa de su rebelión. Pero, sin mirar consideraciones,
mandó dar un pregón para que, todos los que quisiesen ir a la Ciudad de los
Reyes a servir al virrey, lo pudiesen hacer libremente". Había rumores de que Diego estaba en el grupo
que mantenía preso a Manco Inca, a quien se maltrató para que confesara dónde
guardaba oro, e incluso alguno fue acusado de 'haberle meado'. Lo cierto es que
el aristocrático Manco Inca estuvo muy alterado por el trato que recibió en su
prisión.
Como la situacion era muy confusa y peligrosa, Diego de Maldonado no
supo evitar sus titubeos: "El escribano Gómez de Chávez habló a un vecino
llamado Alonso de Mesa insistiéndole que alzase la bandera del Rey, lo cual oyó
alegremente Mesa, porque creyó que la gente le seguiría, y porque algunos
soldados prometieron ayudarle, mas, como no tenía fundamento aquel negocio, no
aprovechó cosa alguna. Dos soldados llamados Rabdona y Santa Cruz decían que
habían de tomar para sí las mujeres de Alonso de Toro y Tomás Vázquez, los
cuales habían ido con Gonzalo Pizarro. Luego Alonso de Mesa salió a la plaza
dando vivas al Rey, pero no le hicieron el caso que esperaba, y aun estuvo a
punto de perder la vida. Rabdona y Santa Cruz fueron apresados, y poco faltó para
que Diego de Maldonado los ahorcara. Pasado esto, Diego de Maldonado, creyendo
que el virrey tenía más pujanza que Gonzalo Pizarro, y también porque su deseo
no era otro, salió a la plaza diciendo a grandes voces: '¡Viva el Rey!, yo alzo
esta bandera por el Rey'. Y dio licencia de nuevo para que fuesen a servir al
virrey todos los que quisiesen".
(Imagen) ALONSO DE MESA nació en Toledo en 1514.
Si vemos ahora que el escribano Gómez de Chávez le animaba a encabezar una tropa
para atacar a Gonzalo Pizarro, se debe a que Mesa contaba con un gran prestigio
en diversas facetas. Había llegado a Perú con los hermanos Pizarro en 1530, lo
que le permitió encontrarse en el histórico momento del apresamiento de
Atahualpa (año 1532). Era todavía un bisoño soldado, y, aunque su participación
en el botín fue muy importante, solo recibió lo que le correspondía a la tropa
de a pie. Cuando volvió Diego de Almagro de Chile, luchó a su lado contra los
Pizarro. El resto de su vida militar se mantuvo firme al servicio de la Corona:
contra Diego de Almagro el Mozo (quien comentó que había sido uno de los que
'habían meado' a Manco Inca), contra Gonzalo Pizarro y contra Francisco
Hernández Girón. Residió habitualmente en el Cuzco, donde ejerció como alcalde. Espabilado negociante, fue uno de los hombres más
ticos de Perú. Los soldados del rebelde Francisco Hernández Girón, contra quien
Mesa luchaba, le quitaron de su hacienda una gran partida de plata que tenía
enterrada. Fue muy dado a relacionarse con amantes indígenas y negras, de las
que tuvo numerosos hijos, y reacio a casarse, hasta que lo hizo, ya muy tarde
(hacia 1557, y para no perder sus encomiendas), con una de ellas, Catalina
Huaco Ocllo, perteneciente a la nobleza inca. El primogénito de este enlace,
Alonso de Mesa el Mozo, también conquistador, se trasladó a España con la gran
fortuna heredada de su padre, y, ennoblecido, pasó a ser el primer Señor de
Piedrabuena (Ciudad Real), donde una calle lleva su nombre. Ya en el año 1572,
el gran virrey de Perú Don Francisco de Toledo tuvo al experimentado ALONSO DE
MESA EL VIEJO como asesor para la lucha contra el príncipe inca Túpac Amaru.
Aún le quedaban años de emociones, pues el trabajado conquistador murió en
1587, tras una larga vida, y excitante en todos los sentidos.
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