miércoles, 5 de febrero de 2020

(Día 1023) Cuando salió Gonzalo Pizarro del Cuzco, hubo dos valientes que arriesgaron mucho en la ciudad por defender la causa del Rey: Diego de Maldonado el Rico y Alonso de Mesa.


     (613) A los pocos días de haber salido Gonzalo Pizarro del Cuzco, llegaron a este ciudad provisiones del virrey, en las que mandaba que todos se uniesen a él, o serían considerados traidores: "Algunas vinieron a poder de un clérigo llamado Ortún Sánchez de Olabe, el cual las fijó en las puertas de la iglesia. A Diego de Maldonado el Rico, alcalde de la ciudad, y a quien Gonzalo Pizarro le dio el cargo de Justicia, en su ausencia, no le había parecido bien lo que petendía Gonzalo, lo cual mostró bien claro cuando dio su voto en el cabildo, por lo que tenía voluntad de servir al Rey, a pesar de temer grandemente al virrey porque había seguido al Marqués Pizarro en las diferencias que tuvo con Diego de Almagro, y porque decían que por su causa se había  alzado Manco Inca. Temía que por estos motivos le viniese algún daño, aunque, en lo de Manco Inca, siempre afirmó no haber tenido culpa de su rebelión. Pero, sin mirar consideraciones, mandó dar un pregón para que, todos los que quisiesen ir a la Ciudad de los Reyes a servir al virrey, lo pudiesen hacer libremente".  Había rumores de que Diego estaba en el grupo que mantenía preso a Manco Inca, a quien se maltrató para que confesara dónde guardaba oro, e incluso alguno fue acusado de 'haberle meado'. Lo cierto es que el aristocrático Manco Inca estuvo muy alterado por el trato que recibió en su prisión.
     Como la situacion era muy confusa y peligrosa, Diego de Maldonado no supo evitar sus titubeos: "El escribano Gómez de Chávez habló a un vecino llamado Alonso de Mesa insistiéndole que alzase la bandera del Rey, lo cual oyó alegremente Mesa, porque creyó que la gente le seguiría, y porque algunos soldados prometieron ayudarle, mas, como no tenía fundamento aquel negocio, no aprovechó cosa alguna. Dos soldados llamados Rabdona y Santa Cruz decían que habían de tomar para sí las mujeres de Alonso de Toro y Tomás Vázquez, los cuales habían ido con Gonzalo Pizarro. Luego Alonso de Mesa salió a la plaza dando vivas al Rey, pero no le hicieron el caso que esperaba, y aun estuvo a punto de perder la vida. Rabdona y Santa Cruz fueron apresados, y poco faltó para que Diego de Maldonado los ahorcara. Pasado esto, Diego de Maldonado, creyendo que el virrey tenía más pujanza que Gonzalo Pizarro, y también porque su deseo no era otro, salió a la plaza diciendo a grandes voces: '¡Viva el Rey!, yo alzo esta bandera por el Rey'. Y dio licencia de nuevo para que fuesen a servir al virrey todos los que quisiesen".

     (Imagen) ALONSO DE MESA nació en Toledo en 1514. Si vemos ahora que el escribano Gómez de Chávez le animaba a encabezar una tropa para atacar a Gonzalo Pizarro, se debe a que Mesa contaba con un gran prestigio en diversas facetas. Había llegado a Perú con los hermanos Pizarro en 1530, lo que le permitió encontrarse en el histórico momento del apresamiento de Atahualpa (año 1532). Era todavía un bisoño soldado, y, aunque su participación en el botín fue muy importante, solo recibió lo que le correspondía a la tropa de a pie. Cuando volvió Diego de Almagro de Chile, luchó a su lado contra los Pizarro. El resto de su vida militar se mantuvo firme al servicio de la Corona: contra Diego de Almagro el Mozo (quien comentó que había sido uno de los que 'habían meado' a Manco Inca), contra Gonzalo Pizarro y contra Francisco Hernández Girón. Residió habitualmente en el Cuzco, donde ejerció como alcalde. Espabilado negociante, fue uno de los hombres más ticos de Perú. Los soldados del rebelde Francisco Hernández Girón, contra quien Mesa luchaba, le quitaron de su hacienda una gran partida de plata que tenía enterrada. Fue muy dado a relacionarse con amantes indígenas y negras, de las que tuvo numerosos hijos, y reacio a casarse, hasta que lo hizo, ya muy tarde (hacia 1557, y para no perder sus encomiendas), con una de ellas, Catalina Huaco Ocllo, perteneciente a la nobleza inca. El primogénito de este enlace, Alonso de Mesa el Mozo, también conquistador, se trasladó a España con la gran fortuna heredada de su padre, y, ennoblecido, pasó a ser el primer Señor de Piedrabuena (Ciudad Real), donde una calle lleva su nombre. Ya en el año 1572, el gran virrey de Perú Don Francisco de Toledo tuvo al experimentado ALONSO DE MESA EL VIEJO como asesor para la lucha contra el príncipe inca Túpac Amaru. Aún le quedaban años de emociones, pues el trabajado conquistador murió en 1587, tras una larga vida, y excitante en todos los sentidos.



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