(621) Para evitar que Bernardo de Loaysa lograra entregar los despachos que le había dado el
virrey, salieron de Lima tras él
veinticinco jinetes. Inca Garcilaso da el hombre de los principales
protagonistas: "Don Baltasar de Castilla, hijo del conde de la Gomera (casi
diez años después será unos de los últimos sublevados contra la Corona),
Lorenzo Mejía, Rodrigo de Salazar el Corcovado, el que prendió en el Cuzco a
Don Diego de Almagro el Mozo, Diego de Carvajal, al que llamaban el Galán,
Francisco de Escobedo, Frrancisco de Carvajal y Pedro Martín de Sicilia,
también llamado de San Benito. Alcanzaron a Loaysa, le quitaron las provisiones
y se las enviaron a Gonzalo Pizarro con un soldado, el cual se las comunicó muy
en secreto a Francisco de Carvajal, a quien, pocos días antes, Gonzalo había
nombrado como su Maestre de Campo, por enfermedad de Alonso de Toro, que era el
que asumió el cargo en el Cuzco". Inca Garcilaso no coincide con la
versión de otros cronistas, entre ellos Cieza. Es posible que Alonso de Toro
estuviera enfermo, pero parece ser que Gonzalo Pizarro le habría dado el cargo
a Francisco de Carvajal aunque derrochara salud. De hecho, Alonso de Toro, que,
de por sí ya tenía muy mal carácter, se irritó sobremanera cuando fue
destituido. Conviene recordar que Gonzalo Pizarro, con toda su tropa, incluidos
Gaspar Rodríguez y sus cómplices, estaban en un campamento situado fuera de
Lima, aunque cercano a la ciudad.
Acto seguido, Inca Garcilaso cuenta que los capitanes y los hombres de
peso que no habían tenido nada que ver con quienes enviaron a Lima al clérigo
Bernardo de Loaysa, en cuanto se enteraron de aquella traición, hablaron con
Gonzalo Pizarro: "Algunos por enemistades particulares, otros por envidias
y otros por la codicia de obtener más indios, le dijeron que le convenía
castigar este asunto tan ejemplarmente, que escarmentasen los demás, para que
no hubiera semejantes motines. Y, entre todos, se decidió matar a Gaspar de Rodríguez,
a Felipe Gutiérrez, hijo de Alonso Gutiérrez, Tesorero de su Majestad, vecino
de Madrid, y a un caballero gallego,
llamado Arias Maldonado, el cual, junto a Felipe Gutiérrez, se había quedado en
la villa de Huamanga con apariencia de aderezar ciertas cosas. Envió Gonzalo
Pizarro al capitán Pedro de Puelles con alguna gente, los prendió en Huamanga y
les cortó las cabezas". De Felipe Gutiérrez hemos visto muchas cosas, y
también comenté que fue ejecutado, pero puse como fecha el año 1548, habiendo
ocurrido, en realidad, en 1544.
El caso es que, de momento, no se atrevieron a matar a Gaspar Rodríguez,
pero no tardaron en hacerlo: "Gaspar Rodríguez estaba en el campamento con
casi doscientos piqueros, y, como era una persona tan principal, rico y muy
querido, no quisieron ejecutar abiertamente en su persona lo que habían
acordado, pero, según decidieron después, teniendo Gonzalo Pizarro ciento
cincuenta arcabuceros y puesta a punto la artillería, llamó a todos los
capitanes diciendo que les quería comunicar ciertos despachos que había
recibido de Lima".
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