viernes, 14 de febrero de 2020

Día 1031) Salieron varios soldados en busca del padre Loaysa, le quitaron los documentos que llevaba, se los entregaron a Gonzalo Pizarro, y decidió matar a los principales responsables de la traición.


     (621) Para evitar que Bernardo de Loaysa lograra  entregar los despachos que le había dado el virrey, salieron de Lima tras él  veinticinco jinetes. Inca Garcilaso da el hombre de los principales protagonistas: "Don Baltasar de Castilla, hijo del conde de la Gomera (casi diez años después será unos de los últimos sublevados contra la Corona), Lorenzo Mejía, Rodrigo de Salazar el Corcovado, el que prendió en el Cuzco a Don Diego de Almagro el Mozo, Diego de Carvajal, al que llamaban el Galán, Francisco de Escobedo, Frrancisco de Carvajal y Pedro Martín de Sicilia, también llamado de San Benito. Alcanzaron a Loaysa, le quitaron las provisiones y se las enviaron a Gonzalo Pizarro con un soldado, el cual se las comunicó muy en secreto a Francisco de Carvajal, a quien, pocos días antes, Gonzalo había nombrado como su Maestre de Campo, por enfermedad de Alonso de Toro, que era el que asumió el cargo en el Cuzco". Inca Garcilaso no coincide con la versión de otros cronistas, entre ellos Cieza. Es posible que Alonso de Toro estuviera enfermo, pero parece ser que Gonzalo Pizarro le habría dado el cargo a Francisco de Carvajal aunque derrochara salud. De hecho, Alonso de Toro, que, de por sí ya tenía muy mal carácter, se irritó sobremanera cuando fue destituido. Conviene recordar que Gonzalo Pizarro, con toda su tropa, incluidos Gaspar Rodríguez y sus cómplices, estaban en un campamento situado fuera de Lima, aunque cercano a la ciudad.
     Acto seguido, Inca Garcilaso cuenta que los capitanes y los hombres de peso que no habían tenido nada que ver con quienes enviaron a Lima al clérigo Bernardo de Loaysa, en cuanto se enteraron de aquella traición, hablaron con Gonzalo Pizarro: "Algunos por enemistades particulares, otros por envidias y otros por la codicia de obtener más indios, le dijeron que le convenía castigar este asunto tan ejemplarmente, que escarmentasen los demás, para que no hubiera semejantes motines. Y, entre todos, se decidió matar a Gaspar de Rodríguez, a Felipe Gutiérrez, hijo de Alonso Gutiérrez, Tesorero de su Majestad, vecino de Madrid, y a un caballero  gallego, llamado Arias Maldonado, el cual, junto a Felipe Gutiérrez, se había quedado en la villa de Huamanga con apariencia de aderezar ciertas cosas. Envió Gonzalo Pizarro al capitán Pedro de Puelles con alguna gente, los prendió en Huamanga y les cortó las cabezas". De Felipe Gutiérrez hemos visto muchas cosas, y también comenté que fue ejecutado, pero puse como fecha el año 1548, habiendo ocurrido, en realidad, en 1544.
     El caso es que, de momento, no se atrevieron a matar a Gaspar Rodríguez, pero no tardaron en hacerlo: "Gaspar Rodríguez estaba en el campamento con casi doscientos piqueros, y, como era una persona tan principal, rico y muy querido, no quisieron ejecutar abiertamente en su persona lo que habían acordado, pero, según decidieron después, teniendo Gonzalo Pizarro ciento cincuenta arcabuceros y puesta a punto la artillería, llamó a todos los capitanes diciendo que les quería comunicar ciertos despachos que había recibido de Lima".

     (Imagen) Hablemos de RODRIGO DE SALAZAR Y CONTRERAS EL CORCOVADO. El hecho de que lo llamaran así haría pensar que  no era apto para la guerra, pero tuvo una larga carrera militar. Todo apunta a que fue un oportunista (alguien dijo que era tan retorcido de alma como de cuerpo). El documento de la imagen (año 1549) es parte del expediente que presentó ante el Rey, subrayando su papel de principal protagonista en hechos importantes. Estaba entre los que apresaron a Diego de Almagro el Mozo tras ser derrotado en Chupas. Nada dice de que luchó junto al rebelde Gonzalo Pizarro contra el virrey Blasco Núñez Vela, cuya viuda, Brianda de Acuña, lo incluyó en la lista de los demandados por haberlo asesinado. Ahora le vemos a Salazar haciendo piña con Pedro de Puelles contra el virrey, pero tres años después asesinará a su supuesto amigo, y presume de ello en el expediente ante el Rey porque Puelles era uno de los principales capitanes de Gonzalo Pizarro. También él lo era, pero fue entonces cuando se pasó al bando de Pedro de la Gasca, viéndole como muy previsible ganador de aquella contienda. Cieza nos contó que Salazar lo mató porque Puelles había ahorcado en Quito a una mujer que lanzaba vivas al Rey. Pero, según Inca Garcilaso, también Puelles estaba ya pensando en pasarse al bando leal a la Corona, y entonces RODRIGO DE SALAZAR, para apuntarse el tanto ante los ojos de La Gasca, se adelantó a matarlo (de paso, se quedó con la magnífica encomienda del difunto). Estuvo casado con la nativa Ana Palla Inca, de familia real. Con su segunda mujer, Leonor de Valenzuela, se produjo un curioso incidente. El año 1573, ella, que vivía en Lima, consiguió que el Rey le obligara a su marido a volver a la ciudad desde Quito, donde residía. El ya viejo veterano pidió que le dispensaran porque estaba muy enfermo, y que fuera ella la que se trasladara a Quito. Diez años después, murió RODRIGO DE SALAZAR EL CORCOVADO, siguiendo, probablemente, donde estaba, porque era el más rico de la ciudad.



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