(615) Indica Cieza que los españoles que estaban con Manco Inca tenían
allá una vida difícil: "Como le venían noticias a Manco Inca de que todas
las provincias estaban sublevadas (contra el virrey), deseaban los
españoles en gran manera salir de aquel cruel aunque voluntario destierro que
tenían. Manco Inca le preguntaba a Diego Méndez quién era el capitán tan grande
y poderoso que había llegado a la Ciudad de los Reyes, y si había de quedar
como universal gobernador de Perú. Méndez le respondió que el virrey podría no
solamente defenderse de Gonzalo Pizarro, sino incluso castigarle a él y a todos
los que le seguían".
Esos españoles van a morir, pero la versión que da Cieza no se
corresponde con la que escribió en una pequeña crónica Titu Cusi Yupanqui, hijo
de Manco, y testigo de los hechos siendo niño (como ya vimos). Titu, quizá
falseando la realidad, aseguró que, primeramente, los españoles habían matado a
Manco Inca sin ningún motivo. Escuchemos a Cieza: "Me dijo lo que pasó un
clérigo llamado Ortún Sánchez de Olabe, quien tenía a su cargo a Paulo Inca,
hermano de Manco Inca, y fueron a contárselo muchos indios que se hallaron
presentes. Según ellos, Manco Inca les pidió a Diego Méndez y a sus compañeros
que fuesen adonde estaba el virrey para suplicarle que no les hiciese ningún
daño (a los indios) por la rebelión pasada. Los cristianos le
respondieron alegremente que lo harían. Pero después, cuando ya tenían los
caballos ensillados, hubo algunas pláticas entre Manco Inca y ellos, las cuales
dieron lugar a que Manco Inca mandase a sus gentes que los matasen. Los
cristianos, como eran valientes, hicieron mucho daño a los indios, y uno de
ellos, llamado Diego Pérez, arremetió contra Manco Inca, y le dio tantas
puñaladas, que cayó muerto en tierra (según Titu Cusi, tardó mucho en morir).
Hecho esto, los españoles quisieron tomar sus caballos para salir de entre los
enemigos, pero, llegando entonces un capitán de los bárbaros con mucha gente,
fueron muertos ellos y sus caballos". Y así terminó la historia de los que
huyeron para no ser decapitados, como Diego de almagro el Mozo, por orden de
Vaca de Castro. Lo único que consiguieron fue vivir (en realidad, sobrevivir)
unos tres años más que él.
Cieza retoma lo que dejó pendiente. Recordemos que el virrey había
enviado a Gonzalo Díaz de Pineda al mando de varios hombres (sin imaginar que
lo traicionaría) con la misión de apresar o matar a Pedro de Puelles y a los
del grupo que iba con él, porque se dirigían al encuentro de Gonzalo Pizarro
para unirse a sus tropas. Acompañaban a los de Gonzalo Díaz otros soldados capitaneados por Juan
Velázquez Vela Núñez, hermano del virrey: "Pero Gonzalo Díaz no llevaba
aquel propósito, sino que deseaba estar con Gonzalo Pizarro: cosa mal hecha y
de gran traición. Llegaron a una iglesia que está en Guayacheri, y, después de
haber hecho oración, Gonzalo Díaz tuvo intención de matar a Vela Núñez,
habiéndose concertado con Juan de la Torre, Cristóbal de Torres, Juan de Piedrahita,
Alonso de Ávila y Jorge Griego".
No hay comentarios:
Publicar un comentario