(586) Fue entonces cuando, según se rumoreó, Vaca de Castro se dejó
seducir (pasajeramente) por la idea de recuperar el poder absoluto:
"Algunos afirman que Vaca de Castro le dijo en gran secreto a Gaspar Rodríguez que fuese a la
ciudad del Cuzco y que se pusiese de acuerdo con Gonzalo Pizarro para oponerse
al virrey. También dicen que hubo cierta trama entre Vaca de Castro y los
vecinos para que, figurando como autor
Gonzalo Pizarro, y creyendo que después le sería cosa fácil hacerle volver a su
casa desistiendo de lo que había comenzado, todos los del cabildo reconocerían de nuevo a Vaca de Castro como
Gobernador. Partió hacia la ciudad del Cuzco Gaspar Rodríguez de Camporredondo
acompañado de Hernando de Bachicao y Beltrán del Conde. También salieron Diego
de Maldonado y Pedro de los Ríos, pero por el camino de Los Llanos, con
voluntad de ir a la provincia de Andahuaylas, por evitar los movimientos que
creían que se habían de levantar, pues
ya los nublados estaban tan congelados, que de ninguna manera dejaría de
venir al reino gran trabajo y calamidad".
Hecho este paréntesis, vuelve Cieza a situarnos en las andanas de
Gonzalo Pizarro, quien llegó al Cuzco simulando que "iba a poner todas sus
fuerzas para el bien común, sin decir palabras que diesen a entender su mala
intención y su tiránico pensamiento, que era apoderarse del reino. Los
vecinos ya sabían que el virrey se
acercaba a la Ciudad de los Reyes, y que en casi todas las ciudades y villas
del reino habían reconocido su autoridad. De manera que, deseando cuerdamente
que en lo futuro no sufriesen ningún
daño por el levantamiento de Gonzalo Pizarro,
no solo acordaron no apoyarle, sino que pocas veces le visitaban.
Conociendo él cuán fríos estaban sus ánimos, se entristeció, y dijo que quería
volverse a la zona de Charcas". No obstante, decidió esperar a tener más
noticias de la Ciudad de los Reyes, mandando allá para tal fin a un criado suyo
apellidado Mezcua.
Pero Gonzalo Pizarro tuvo visitas que le animaron: "Llegó al Cuzco
el licenciado Benito Juárez de Carvajal (recordemos que después tuvo mucho
que ver con la muerte del virrey) hablando mal de las cosas del virrey, y
de cuán riguroso se mostraba en la ejecución de las Leyes Nuevas, y, con su
venida, se alegró en gran manera Gonzalo Pizarro. El licenciado De la Gama
volvía también al Cuzco muy alegre, por haber salido de la Ciudad de los Reyes
antes de que el virrey llegase, y muy enojado por las cosas que de él decían,
por lo que aconsejaba a todos los que encontró por el camino que no fuesen a
aquella ciudad y volviesen al Cuzco, porque la crueldad del virrey era grande.
El licenciado León salió asimismo de la
Ciudad de los Reyes, dejando escrita una carta para el virrey, en la que le
decía que no iba a hallarse en ninguna alteración, ni en deservicio del Rey, pues iba a sus
pueblos de encomiendas. Mas no lo cumplió, pues luego se fue al Cuzco,
donde mostró su alegría por estar allí
Gonzalo Pizarro, y lo siguió de inmediato".
(Imagen) El licenciado ANTONIO DE LA GAMA (del que ya hemos hablado) se
comportó en las guerras civiles de manera desconcertante. Abandonó su fidelidad
a la Corona, recuperándola más tarde. Otros datos de su forma de comportarse lo
hacían antipático por su dureza (comenté que luego ejecutará sin piedad a
Diego de Hoces), pero, el hecho de que el extraordinario obispo Fray Tomás
de Berlanga lo admirara, da que pensar. Quizá fuera debido a que lo conoció
cuando De la Gama tuvo grandes éxitos, porque hay que quitarse el sombrero ante
los cargos que llegó a ostentar y lo bien que los desempeñó, actuando como
letrado y como militar. El licenciado nació en Sevilla hacia el año 1495.
Consta que en 1521 se casó en Puerto Rico (de donde fue gobernador ocho años
después) con una hija del extraordinario conquistador Juan Ponce de León, que
también había sido gobernador de la isla. En 1529 aparece como gobernador de
Castilla del Oro (zona colombiana), donde conoció a Pizarro y a Almagro cuando
partían para rematar el éxito de la conquista de Perú. Tuvo la visión profética
de iniciar una carretera en Panamá que uniera los dos océanos, y un trato
humano para los indios. La carta de la imagen la escribió Carlos V dirigida al
obispo del Cuzco (el tantas veces mencionado fray Vicente de Valverde) y
al licenciado Antonio de la Gama para que le informasen de las cosas que
pasaron entre Hernando Pizarro y Diego de Almagro cuando este llegó al Cuzco (tras
su campaña de Chile) y sobre qué personas fueron a saquear a Hernando y a
otros que estaban con él. El documento es de abril de 1538, y lo que no
imaginaba el Rey era que, en julio de ese mismo año, iba a ser asesinado Diego
de Almagro. Siempre amigo de los Pizarro, Antonio de la Gama luchó en 1548
junto al rebelde Gonzalo Pizarro, pero, en el último momento, como otros
muchos, se pasó al bando de Pedro de la Gasca. La cabeza de Gonzalo rodó, pero
ANTONIO DE LA GAMA siguió viviendo, por lo menos, hasta el año 1560.
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