(590) Ya cerca de Lima, el virrey había hecho noche. Cuando finalmente
llegó, salieron a recibirle las autoridades, y se adelantó el factor Illán
Suárez suplicándole en voz alta, pero con con humildad, que respetara los
privilegios y libertades que ya tenían, y el virrey le replicó que prometía
guardarlos, pero conforme a los deseos de Su Majestad: "Se dijo misa, y,
acabada, le llevaron a la casas del fallecido marqués don Francisco Pizarro, y
luego los alcaldes y regidores fueron a reunirse en cabildo para tratar sobre
lo que habían de hacer. El virrey, como el secretario Pedro López era muy bien
querido en el reino, le había mandado que fuera con las provisiones reales al
Cuzco, para notificárselas al cabildo y a los vecinos".
Los del cabildo de Lima le pidieron al tesorero Riquelme ("pues era
tan docto" dice Cieza) que hablara con el virrey para suavizar la
situación. Aunque tenía que trasladarse en una silla por sus achaques de gota,
se prestó a ello. Le habló al virrey (que se alegró de verlo) de la preocupación
de todos los vecinos, y le respondió de manera aparentemente tolerante:
"Le dijo alegremente que no dudaba de la lealtad que debían a su Rey
tantos caballeros como había en aquella ciudad, que fuese a reposar, y que él
aguardaría a los oidores, se fundaría la Audiencia y se ordenaría lo que más
conviniese al servicio de Su Majestad y al bien y la paz de las provincias. El
tesorero partió muy alegre con la buena respuesta (al menos prometía el
virrey no hacer nada hasta la llegada de los oidores), dio cuenta de ello a
los del cabildo, y todos se alegraron, y dijeron que estaría bien enviar mensajero
a la ciudad del Cuzco para que no hubiese ningún alboroto, haciéndoles saber la
buena noticia de lo que el virrey deseaba hacer por todos".
El virrey tuvo más visitas: "Diego Centeno y Pedro de Hinojosa,
alcalde y regidor de la villa de La Plata, se acercaban a la Ciudad de los
Reyes para cumplir lo que les habían mandado los vecinos. Les acompañaba Lope
Martín, vecino del Cuzco, y supieron que, tras salir de la Ciudad de los Reyes
Gaspar Rodríguez, Bachicao y otros, habían contado cosas del virrey que no eran
justas hablar de tal varón, y dicho que ejecutaba las ordenanzas y les quitaba
los indios a los que habían sido tenientes. Al enterarse, Pedro de Hinojosa y
Diego Centeno, como ya se habían visto con el capitán Gonzalo Pizarro y sabían
que pensaba ir al Cuzco, decidieron que Pedro de Hinojosa se volviese para
darle aviso de todo, y Diego Centeno prosiguiese con Lope Martín hasta la Ciudad
de los Reyes. Llegado Diego Centeno a la ciudad, fue recibido por el virrey con
gran amor". Es importante tomar nota de que, en aquellos momentos, el gran
Diego Centeno formaba parte de los leales a Gonzalo Pizarro. Más tarde, luchará
contra él, pero, cuando Gonzalo estuvo preso y poco antes de que lo ejecutaran,
Diego le mostró claramente con su trato que, en el fondo de su corazón, seguía respetándolo
y queriéndolo como un viejo amigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario