(598) Los llantos y las lamentaciones van a ir 'por barrios': "El
Adelantado Belalcázar fue a la ciudad de Popayán (territorio colombiano),
donde estuvo algunos días. Por entonces llegó a la ciudad de Cali (cerca de
Popayán) la noticia de las ordenanzas reales y de la ida al Perú de Blasco
Núñez Vela. Tuvieron, al saberlo, algún alboroto los vecinos, pero siempre
creyeron que los de Perú habían de tirar coces para no obedecer las ordenanzas,
pues el agravio era grande. Pronto se supo que había sido recibido ya como
virrey en la Ciudad de los Reyes, lo cual desagradó a muchos, pareciéndoles que
habían enido poco ánimo los de Perú. Entró también en el puerto de Buenaventura
un navío que traía la copia de las Leyes Nuevas e una carta del muy alto
príncipe, señor nuestro, Don Felipe, en la cual le decía al Adelantado
Belalcázar que ejecutase las nuevas leyes que para la gobernación de las Indias
se habían hecho. Venida esta cédula real, todos los vecinos se alborotaron,
diciendo que no se había de consentir que se les hiciese agravio tran
grande".
La reacción de Belalcázar va a ser sensata, pero, al mismo tiempo,
mezquina, puesto que jugará con ventaja personal: "Hablándoles cuerdamente
a los vecinos, les dijo que no se alterasen, porque Su Majestad volvería a
recompensarles con mercedes, y mandó que se juntaran procuradores de todas las ciudades y villas
de la provincia para ver lo que se podía hacer con las ordenanzas. Llegados a
la ciudad de Popayán, el Adelantado Belalcázar quiso ejecutar las Leyes Nuevas,
pero habiendo puesto primero gran suma de indios a nombre de sus hijos, para
que, a la hora de cumplir, no se los pudiesen quitar a él". Se entiende
que les cedió a sus hijos indios que él ya tenía, pues sabía que, como
gobernador de la zona, las leyes le prohibían seguir con ellos.
El siguiente paso que dio fue lavarse las manos como Pilatos: "Al
ver los procuradores que Belalcázar quería ejecutar las leyes, le pidieron en
nombre de toda la provincia que otorgase la apelación de las leyes, y así fue
hecho. Se dejaron, pues, de ejecutar, y nombraron a un Francisco de Rodas para
que fuese como procurador a España, donde ya Su Majestad había nombrado
Comisario General y Juez de Residencia al licenciado Miguel Díaz de Armendáriz.
De esta manera, se sosegó aquella provincia e no hubo en ella ningún
alboroto".
Nuevamente Jiménez de Espada, el autor de esta edición, critica al
cronista Herrrera por decir, suprimiendo el párrafo de Cieza, que Armendáriz le envió las leyes desde
Cartagena de Indias y que Belalcázar las hizo cumplir, dejando, además, de lado
el fraude que cometió al ceder los indios a sus hijos. Recordemos, de paso, que
la llegada posterior de Armendáriz, le sirvió de oportunidad a Belalcázar para matar al gran capitán Jorge Robledo
basándose en triquiñuelas jurídicas.
Mientras tanto, en el Cuzco el previsor Gonzalo Pizarro se daba mucha
prisa en preparar gente y armas: "Le venían cartas, la mayoría cifradas,
para que con brevedad bajase a la Ciudad de los Reyes, y diciendo no poco mal
del virrey. Como ya tenía el mando que deseaba, decidió nombrar capitanes y
oficiales de guerra".
(Imagen) Nos habla Cieza de que, en Popayán, con la conformidad de
Belalcázar, se nombró a 'un' FRANCISCO DE RODAS para pedirle al Rey en España
que se suspendieran las Leyes Nuevas. A pesar de la imprecisión de Cieza y de
que apenas hay rastro histórico de Francisco, fue el principal capitán de
Belalcázar. Encuentro también un dato importante sobre su viaje a España, que
se lo explica el mismo Belalcázar al Rey: "Con Francisco de Rodas le envié
una carta a Vuestra Majestad de las sediciones que en esta tierra han sucedido,
pero fue tan corta la ventura nuestra, que el mensajero y los despachos se
perdieron en un río grande que pasa por esta provincia (el Magdalena)".
Francisco había llegado a Perú en 1537, y (otro dato curioso) era hijo de un
clérigo del mismo nombre, quien, según un cronista, "fue un religioso de
gran autoridad en la iglesia de Trujillo (Perú)". Eso es todo. Pero
nos queda hablar de un primo de Francisco, GASPAR DE RODAS, de fulgurante
carrera y carácter arrollador. Nació el año 1518 en Trujillo (Cáceres). Llegó a
las Indias en 1539, y toda su trayectoria militar la vivió principalmente en
territorios de la actual Colombia. En 1541 andaba por Popayán bajo el mando de
Belalcázar, coincidiendo con su primo Francisco de Rodas. Estando en Antioquia
(sin tilde), consiguió en 1558 el puesto de primer gobernador de la zona (como
indica el busto de la imagen). Tuvo largas épocas de trepidante acción. Fundó
varias poblaciones, y resultó un magnífico administrador, en un tiempo en el
que las minas de oro de Antioquia eran las más importantes de las Indias. En
1562, fue desterrado por haber matado en un duelo de honor a Francisco Moreno
de León. Vuelto a su cargo, lo siguió desempeñando casi hasta su muerte,
ocurrida el año 1607. Algún historiador ha considerado a GASPAR DE RODAS como "la
más importante autoridad del territorio de Antioquia durante todo el período
colonial".
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