jueves, 23 de enero de 2020

(Día 1012) El virrey le encargó a Pedro López la peligrosa misión de ir al Cuzco para comunicarle a Gonzalo Pizarro que tenía que obedecer las leyes dictadas por el Rey. Llegaron los oidores a Lima y se fundó la Audiencia.


     (602) El virrey Blasco Núñez Vela, sabiendo que las negociaciones del obispo Loaysa con Gonzalo Pizarro no tendrían muchas probabilidades de éxito, estaba sumamente nervioso: "Después de haber escuchado el parecer de Francisco Velázquez Vela Núñez, su hermano, de Diego Álvarez de Cueto, su cuñado, y de otros caballeros principales, determinó hacer un llamamiento general, despachando provisiones para todas las ciudades y villas, por la cuales mandaba que acudiesen a la Ciudad de los Reyes todos los vecinos, para servir a Su Majestad con sus armas y caballos, sin atreverse ninguno a favorecer a Gonzalo Pizarro, so pena de traidores y de perder todos sus bienes".
     También le encargó una misión sumamente peligrosa al secretario Pedro López. Como de costumbre, Cieza no indica que era pariente suyo, aunque suele alabar sus néritos: "Le mandó que fuese al Cuzco con las provisiones reales, a requerir a Gonzalo Pizarro que, él y todos los que estaban en aquella ciudad, las obedeciesen pecho en tierra, como vasallos leales. Pedro López, no obstante el peligro grande que le suponía, respondió que lo haría, a condición de que no declarase la guerra hasta que él volviese, para que no le matasen. El virrey se lo prometió, mas, si Pedro no tenía las orejas sordas, antes de que saliese del ámbito de la ciudad, pudo oír el son de los tambores y los pífanos. Para que pudiese ir más seguro, mandó el virrey que fuese con él Francisco de Ampuero, criado que había sido de Don Francisco Pizarro. Iría también con ellos, llevando los despachos y provisiones, el notario público Simón de Alzate".
     No se sabe qué asuntos retenían a los oidores sin acabar de llegar a Lima para la urgente fundación de la Audiencia que había de administrar la justicia de todo el territorio peruano. Pero, por fin, van a aparecer. Cieza apunta detalles de la poca simpatía que le tenían al virrey, que más tarde se convertirá en un desastroso enfrentamiento: "Los oidores partieron con sus mujeres en unas naves desde Panamá. Llegados al puerto de Tumbes, fueron caminando hacia la Ciudad de los Reyes, y eran grandes las quejas que les daban sobre el virrey, diciendo que, por sus mandamientos, habían muerto más de cuarenta españoles de hambre por los caminos, pues los indios no querían proveerles de cosa alguna. Respondían los oidores que el virrey era un temerario, y que, llegados a Lima, se fundaría la Audiencia, y se pondrían de acuerdo para que no hiciese tan grandes desatinos como había hecho. Cuando llegaron a la Ciudad de los Reyes, la hallaron puesta en armas, porque el virrey empezaba ya a pregonar la guerra contra Gonzalo Pizarro".
     Los oidores fueron bien recibidos en la ciudad, y el virrey, cuando fueron a visitarle, les puso al corriente de todos los  preparativos que estaba llevando a cabo Gonzalo Pizarro. Acto  seguido se formalizó lo más importante: "Fue metido el sello real debajo de un palio, llevando los regidores sus varas, y se fundó la Audiencia".

     (Imagen) Cieza nos dice que, con Pedro López, el secretario de virrey, salieron para el Cuzco (con el fin de 'suavizar' a Gonzalo Pizarro) varios acompañantes, y que uno era FRANCISCO DE AMPUERO. Poco amigo de chismes, añade solamente que había sido criado de Francisco Pizarro. Ya vimos anteriormente que Doña Angelina, la princesa inca amante de Pizarro se casó con Juan de Betanzos, experto en el idioma quechua. Pues bien: algo muy parecido había ocurrido antes. Francisco de Ampuero se casó el año 1538 con Doña Inés Huaylas Yupanqui, la primera amante de Pizarro. Así como el segundo matrimonio se debió a la muerte de Pizarro, en este caso la pareja se separó voluntariamente. No se sabe si fue una ruptura pacífica, pero hay dos cosas que lo hacen suponer. Pizarro concedió a la pareja una magnífica encomienda, y, por otro lado, Doña Inés convenció a su padre para que, con sus indios, rompiera el cerco al que tenía sometido Manco Inca a Pizarro con los suyos. Aunque Doña Inés era, a un tiempo, encantadora y temperamental, el matrimonio se mantuvo hasta que la muerte los separó. FRANCISCO DE AMPUERO había nacido en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) hacia el año 1515. Llegó a Perú en 1534 junto a Hernando Pizarro, y pasó por el trago de ver, ya casado, cómo mataban a Francisco Pizarro. En las guerras civiles tuvo algún cambio de lealtades, pero no recibió ningún castigo. Es más: en 1551, el Rey le confió al matrimonio el encargo de llevar a España, para su seguridad, a dos hijos de Pizarro (aún menores de edad), Francisca (hija de Inés) y Francisco (hijo de Angelina). La imagen nos muestra que esto dio origen en 1553 a un pleito, en el que Francisco de Ampuero rechazaba una reclamación de Hernando Pizarro (entonces preso en el castillo de La Mota) sobre los bienes de Francisca y Francisco que habían llevado en el viaje, alegando que ya le había entregado el importe del dinero que faltaba. FRANCISCO DE AMPUERO murió en Lima el año 1578.



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