viernes, 24 de enero de 2020

(Día 1013) Hubo muchos en el Cuzco que se arrepintieron de haber obedecido a Gonzalo Pizarro, y planearon pedirle perdón al virrey. En Huamanga, los vecinos aceptaron a disgusto lo que les exigía el virrey, cuyos emisarios siguieron de camino hacia el Cuzco.


     (603) Después del primer entusiasmo con el liderazgo de Gonzalo Pizarro, numerosos vecinos del Cuzco se enfriaron: " Les pesaba que se hiciese cargo de aquella empresa y fuese con mano armada contra el virrey, y decían: '¿Quién fue el que nos engañó para que nos opusiéramos contra el Rey? ¿Qué alegación podemos hacer con arcabuces? Detrás de esto, vemos a Pizarro inclinado a querer mandar'. Otros querían acudir cuerdamente al Rey antes de que la cosa pasara adelante. De manera que, con un clérigo llamado Baltasar de Loaysa, acordaron Diego Centeno, Gaspar Rodríguez de Camporredondo,  el maese de campo Alonso de Toro, Diego de Maldonado el Rico, Pedro de los Ríos y algunos otros escribir al virrey para que les perdonase lo que habían inventado, sin darles ninguna pena por ello. Para que Loaysa pudiese ir sin que le impidiesen hacerlo, le dijeron a Gonzalo Pizarro que sería bueno que el clérigo fuese a la Ciudad de los Reyes como espía y supiese lo que allí pasaba, volviendo a avisar con toda presteza. Gonzalo Pizarro estuvo de acuerdo y le dio licencia al padre Loaysa para hacerlo". Todo esto confirma las tormentosas dudas que obligaban a dar bandazos, por puro miedo, a muchos de los protagonistas principales. Algunos de los que ahora quieren ser perdonados por el virrey, como Rodríguez  de Camporredondo y Alonso de Toro, habían sido entusiastas promotores de la rebelión de Gonzalo Pizarro. El más cabal fue Diego Centeno, manteniéndose después siempre fiel a la Corona y convertido en enemigo mortal de Alonso de Toro, quien, dando otro volantazo, terminará siendo uno de los principales capitanes de Gonzalo Pizarro.
     Los dos grupitos de mensajeros que había enviado el virrey al Cuzco se encontraron por el camino, pero el de Pedro López  prefirió adelantarse yendo más deprisa. De uno de los que le acompañaban, Francisco de Ampuero, comenta Cieza que era muy querido por Gonzalo Pizarro porque había sido criado de su hermano Francisco. (Este detalle basta para confirmar que la separación entre Pizarro e Inés Huaylas Yupanqui, así como el matrimonio de esta con Ampuero, fueron bien aceptados por los Pizarro). En su viaje hacia el Cuzco, pararon en Huamanga: "Allí, al conocer los vecinos a lo que venían, y sabiendo la pujanza que tenía Gonzalo Pizarro, les pesó, y les gustaría no verlos en la ciudad. Se reunió el Cabildo, tuvieron sus pláticas, y acordaron hacer lo que su Majestad les mandaba, y reconocer a Blasco Núñez Vela como virrey. Habiéndoles notificado Pedro López la provisión por la que el virrey mandaba que acudiesen con sus armas y caballos a la Ciudad de los Reyes, les pidieron que señalasen vecinos que les acompañasen para llevar las reales provisiones al Cuzco. Estaban tan temerosos, que no se atrevieron a nombrarlos, y le rogaron al secretario Pedro López que señalase los que él quisiese. Se nombró a Juan de Berrio, Antonio de Aurelio y a otros, con los cuales partieron de la ciudad de Huamanga".

     (Imagen) JUAN DE BERRIO VILLAVICENCIO nació en la zona de Las Alpujarras (Granada). Sería probablemente muy joven cuando, al parecer, llegó el año 1529 a las Indias con el gobernador García de Lerma. Luego aparece en 1536 junto a Pizarro en Lima, cosa indudable porque lo demuestra el documento de la imagen. Los indios rebeldes de Manco Inca se habían rebelado, y Pizarro le confió una misión a Berrio. El autor del escrito, Pedro Vázquez, era juez en Nombre de Dios (Panamá), y le comunica al Rey lo siguiente (resumo): "A esta ciudad (Nombre de Dios) ha venido un caballero llamado Juan de Berrio, desde la Ciudad de los Reyes, enviado por el Gobernador Pizarro para poder hacer gente de guerra y llevársela, pues los indios habían cercado el Cuzco". Otras muestras de que Pizarro lo estimaba son que figura como testigo en su testamento, y que le encargó la fundación de la villa de Huamanga (actualmente, Ayacucho), lo que llevó a cabo inicialmente en 1536. El establecimiento definitivo (con el nombre de San Juan de la Frontera de Huamanga) fue obra del mismo Pizarro en 1539, pero, en el documento de aprobación, el Rey no  olvidó cuál fue el nombre que le había puesto Berrio:  "Y la villa que se empezó a fundar se llamaba Villaviciosa de Huamanga". No está clara su trayectoria en las guerras civiles, aunque es posible que se librara de parte de ellas, ya que anduvo de expedición por Chile. Pero sí le vemos en una situación muy comprometida. Residente habitual en Huamanga, había aceptado, como la mayoría de los vecinos, a Diego de Almagro el Mozo como Gobernador, y ahora tiene que ir con Pedro López al Cuzco para presentar ante un resentido Gonzalo Pizarro las duras órdenes del virrey Núñez Vela. En cuanto a su origen familiar, es casi seguro (por su apellido) que estaba en el País Vasco. Además, los dos de su primera mujer también lo eran: Orozco y Hormaza. Está documentado que JUAN DE BERRIO aún vivía el año 1576.



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