viernes, 7 de diciembre de 2018

(Día 695) Al ser apresados por Alonso de Alvarado, Don Alonso Enríquez de Guzmán protestó, y le dijo que Pizarro no tenía derechos sobre el Cuzco. Enterado Almagro, envió mensajeros exigiendo con amenazas que los liberara.


     (285) El espíritu ventajista y apasionado de Don Alonso Enríquez de Guzmán (muy amigo de sus amigos y muy enemigo de sus enemigos) intenta ‘colar’ en su crónica que, sin duda alguna, Almagro tenía derecho a la posesión del Cuzco: “Nosotros le respondimos a Alonso de Alvarado que Hernando y Gonzalo Pizarro estaban presos por delitos que habían hecho, por quejas que de ellos se daban de fuerzas y cohechos, y por haber levantado la tierra con mano armada contra las provisiones reales, las cuales llevábamos con nosotros y se la presentamos (a Alvarado) diciéndole que nosotros éramos mensajeros y que no teníamos culpa ninguna. Las cuales provisiones no quiso ver ni a nosotros acabar de oír, diciendo (de hecho, con absoluta lógica y buen criterio) que era menester que el Emperador enviase un repartidor de los límites de las gobernaciones, y que dejásemos las espadas, las cuales, aunque nos pesó (ya hemos visto la reacción altiva de Diego de Alvarado), nos quitó, y nos puso en grillos y cadenas a todos, con grandes guardas de centinelas. Con muchos indios, nos hizo una cárcel de cal y canto, no dejando que entrase nadie a vernos ni hablarnos, para que no alumbrásemos a la gente que estaba en su compañía y se pasase al otro bando al oír la justicia que tenía Don Diego de Almagro y la traición que cometían sus contrarios contra las provisiones de Su Majestad. Y puso en la cárcel a dos hidalgos para que no nos dejasen escribir, ni hablar con los que hacían guardia alrededor. Cuando lo supo Don Diego de Almagro, envió desde el Cuzco un alcalde, un escribano y el procurador para requerirle de parte del Rey que le devolviese a sus mensajeros que tenía presos y oyese las provisiones reales que de Su Majestad tenía, en las que le hacía Gobernador de esta tierra, con apercibimiento de que, si no lo hacía, (Almagro) iría con mano armada a hacérselas oír, a sacar a los prisioneros y a castigarles a ellos como a traidores”.
     Según Enríquez, Alonso de Alvarado solamente consultó con un capitán la respuesta. Se trataba de GÓMEZ DE TORDOYA DE VARGAS, lo que le va a servir al cronista y preso para despacharse a gusto con su estilo viperino contra este, sin duda haciendo una caricatura del personaje, pero, como siempre, partiendo de hechos ciertos. Tordoya era extremeño y había llegado a Perú junto a Hernando Pizarro, que lo había reclutado en su tierra. Era un hombre duro, y permaneció siempre fiel a los Pizarro, como veremos a lo largo de estas guerras civiles, muriendo al servicio de Gonzalo Pizarro en la batalla de Chupas. Allí también perdió la vida, en el bando contrario,  el hijo de Almagro, Diego de Almagro el Mozo. Fueron muchos los que acabaron trágicamente arrastrados por la espiral de las venganzas, y pocos como el Mozo tuvieron tan poderosos motivos para entrar en esa dinámica. Siendo un adolescente, sufrió al lado de su padre la enorme tensión de las rivalidades con Pizarro, y el insoportable drama de que lo ejecutaran. Se vengó organizando el asesinato de Pizarro, y su rebelión contra Vaca de Castro, el representante del Rey, le costó la cabeza.
    
     (Imagen) De GÓMEZ DE TORDOYA se sabe también que en España había dejado mala fama, teniendo cuentas pendientes con la justicia por haber matado a un funcionario real. Sin embargo, sus herederos consiguieron que su herencia fuera respetada. El documento que vemos parcialmente en la imagen es del año 1546, corresponde a la petición de derechos que los hijos de Tordoya enviaron al Rey, y aclara algunos datos que parecían dudosos: 1.-  Quien dirigió la confabulación para matar a Pizarro fue Diego de Almagro el Mozo. 2.- Después Tordoya mantuvo el Cuzco en orden hasta que llegó Vaca de Castro, el representante del Rey. 3.- Tordoya murió de un arcabuzazo en la guerra de Chupas cuando luchaba en el ejército de Vaca de Castro contra el Mozo. Así razonaban los herederos (resumido): “El Capitán Gómez de Tordoya hizo muchos servicios a Vuestra Alteza. Cuando Don Diego de Almagro (el Mozo) mató al Marqués Don Francisco Pizarro, (Tordoya) fue con gente al Cuzco e hizo que la ciudad estuviese en servicio de Vuestra Alteza hasta que fue el Licenciado Vaca de Castro. Después, en el reencuentro que tuvo Vaca de Castro con el dicho Don Diego, iba con él Gómez de Tordoya al servicio de Su Majestad, y lo mataron con un arcabuzazo”. El expediente tiene 31 folios, llenos, como de costumbre en estos casos, de declaraciones de testigos, las cuales sirvieron para que los hijos de Gómez de Tordoya lograran su propósito.



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