lunes, 27 de noviembre de 2017

(Día 549) Xerez da detalles de la ejecución de Atahualpa: pide bautismo a fray Vicente y confía sus hijos a Pizarro. Considera que mereció ese castigo por sus pecados. Pizarro coloca como emperador títere a su hermanastro Tupac Hualpa.

     (139) Francisco de Xerez al habla: “Pizarro mandó por sentencia, por la traición por él cometida,  que Atahualpa muriese quemado si no se tornase cristiano, por la seguridad de los cristianos y por el bien de toda la tierra y conquista y pacificación de ella, porque, muerto Atahualpa, pronto desbarataría a toda aquella gente. Llevándolo a la plaza, dijo que quería ser cristiano. El Gobernador dijo que lo bautizasen, y bautizolo el muy reverendo padre fray Vicente de Valverde, que lo iba esforzando. El Gobernador mandó que no lo quemasen, sino que lo ahogasen (estrangulasen) atado a un palo en la plaza, y así fue hecho. Estuvo allí hasta el otro día a la mañana, que los religiosos y el Gobernador, con los otros españoles, lo llevaron a enterrar a la iglesia con mucha solemnidad y con toda la más honra que se le pudo hacer. Así acabó este que tan cruel había sido (no le tenía ninguna simpatía Xerez), con mucho ánimo, sin mostrar sentimiento, diciendo que encomendaba a su hijos al Gobernador. Al tiempo que lo llevaban a enterrar, hubo gran llanto de mujeres y criados de su casa. Murió en sábado a la hora en que fue preso y desbaratado (era el 26 de julio de 1533 y habían pasado ocho meses desde su derrota)”.
      Es curioso que, como dice Xerez, Atahualpa confiara sus hijos a Pizarro, pues demuestra que los consideraba más seguros con los españoles que con sus propios generales y tropas, o a merced de los partidarios del difunto Huáscar. Ninguno estaba junto a él durante su prisión. Algunos se encontraban retenidos en Quito por Rumiñahui, el capitán de Atahualpa; Pizarro se ocupó de enviarlos al Cuzco para que permanecieran bajo la protección de fray Vicente de Valverde.
    Sigue contando (y ‘atizando’ a Atahualpa) Xerez: “Algunos dijeron que por sus pecados murió Atahualpa en  tal día y hora como cuando fue preso (coincidió en sábado), y así pagó los grandes males y crueldades que en sus vasallos había hecho; porque todos a una dicen que fue el mayor carnicero que los hombres vieron; que por muy pequeña causa asolaba un pueblo, por un pequeño delito que un solo hombre de él hubiese cometido; y mataba diez mil personas. Y con tiranía tenía sujeta toda aquella tierra. Y de todos era muy mal quisto (querido)”. Está claro que la visión de Cieza y la de Xerez son muy distintas. Hay una diferencia: Xerez, soldado en aquella campaña, tuvo que vivir la constante amenaza del personaje Atahualpa, y Cieza, no; fueron otras las batallas en las que estuvo,  y además, quizá pesara más en su carácter lo intelectual.
     Curiosamente, parece seguro que Pizarro tenía planeado que hubiera un emperador títere, con autoridad sobre los nativos pero bajo el total control de los españoles, y se supone que pensaría adjudicarle el poco honroso papel a Atahualpa, así que, en cuanto murió, eligió a otro. Xerez lo deja caro: “Luego tomó el Gobernador otro hijo del Cuzco viejo (Huayna Cápac), llamado Tupac Hualpa, que mostraba tener amistad a los cristianos, y lo puso en el señorío en presencia de los caciques comarcanos y de otros muchos indios, y les mandó que lo tuviesen todos por señor, como antes obedecían a Atahualpa, pues era el señor natural por ser hijo legítimo del  Cuzco viejo. Y todos dijeron que lo tendrían por tal señor”.


    (Imagen) Aunque algunas princesas incas parientes de Atahualpa se situaron bien casándose con españoles, los herederos varones lo tuvieron más difícil. Atahualpa escogió el nombre de Francisco (como Pizarro) para bautizarse (los cronistas, erróneamente, dicen que como ‘Juan’), le pidió a Pizarro que velara por sus hijos, y fueron confiados a los religiosos. Los trataron bien, pero vivieron con estrecheces, como muestra el documento de la imagen: contiene una petición de ayuda a Felipe II por parte de DIEGO ILAQUITA, un nieto de Atahualpa residente en el Cuzco. Hay un error inicial que confunde bastante porque dice que Atahualpa era su padre. La redacción es astuta, pero me temo que poco oportuna. Dice: “Atahualpa conservó el imperio de Perú y Quito pacíficamente (?) hasta que llegó el Marqués don Francisco Pizarro, al que dio la obediencia (?) en vuestro real nombre, y habiéndose tornado cristiano, y debiendo recibir galardón por todo ello, don Francisco Pizarro y su gente le quitaron la vida sin causa ni razones legítimas (?)”. Alega también que Pedro Moctezuma, el hijo del emperador azteca, fue muy bien tratado, mientras que a su padre, Diego Atahualpa, solo le concedieron una pensión de 600 pesos que se habían quedado en 200. La nota al pie (firmada en Madrid en 1573) indica que se le reconoce parte de lo que reclama y que se ha de considerar el resto.


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