martes, 19 de septiembre de 2017

(Día 490) Hernando de Soto se incorpora a las tropas de Pizarro, quien no le concede el cargo prometido; aun así, fue su mejor hombre. Con Soto llega su amante, Juana Hernández, la primera española en Perú.

     (80) Cuenta algo Cieza que le va dando más base a la sospecha de que la figura de Hernando Pizarro iba a resultar funesta para el porvenir de la campaña de Perú: “En este tiempo de lucha de los españoles con los de Puná, llegó Hernando Soto con caballos y gente de Nicaragua. Fueron bien recibidos del gobernador, pero no le dio el cargo de general (era cosa prometida), porque lo usaba Hernando Pizarro y, de quitárselo, fuera mal contento, mas nombrolo capitán. Soto encubrió lo que de ello sintió”. Una auténtica chapuza, amparada miserablemente en un hecho consumado. Lo que obliga a considerar que también lo que le habían hecho a  Almagro fueron puras ‘jugarretas’. Quizá el único punto débil de Francisco Pizarro fuera su hermano Hernando, quien, a pesar de su valía militar, va mostrándose como un tipo nada recomendable.
    También el cronista Pedro Pizarro menciona la llegada de Hernando de Soto, pero omite la ‘faena’ de su primo, aunque se fija en otro aspecto deprimente: “Llegó Hernando de Soto con los suyos, de lo cual el Marqués y los que con él estaban recibieron mucha alegría, aunque ellos ninguna por haber venido, porque, como habían dejado el paraíso de Mahoma que era Nicaragua, y hallaron la isla alzada y falta de comida, y la mayoría de la gente enferma, y no oro ni plata, todos se holgaran de volverse, si el capitán Soto, de vergüenza, no lo dejara, y los soldados por no poder (habría sido una deserción)”. El cronista Diego de Trujillo también anota la llegada de Soto, aunque con poco detalle, pero aporta un dato verdaderamente sorprendente: “Con Hernando de Soto vino la primera mujer que vino a este reino; se llamaba Juana Hernández”. No entra en detalles, pero el hecho cierto es que Juana era la amante de Soto y tuvo que echarle mucho valor para acompañarle a aquel infierno; no es extraño que fuera un caso único.
     Durante la campaña de Perú, vamos a ver el gran protagonismo de Hernando de Soto, sin duda el mejor hombre de Pizarro, aunque, al final, harto de todos los hermanos, volvió rico a España en 1535, se casó con Isabel de Bobadilla (hija del nefasto Pedrarias Dávila) y se entregó después en cuerpo y alma a una aventura que acabó con su vida en Florida. Pizarro, para suavizar el golpe de no darle lo prometido, le otorgó la categoría de tercero en el mando, un puesto por debajo de Hernando Pizarro, y le concedió importantes beneficios económicos. Las grandes cosas que hizo en Perú, ya las veremos. Pero ahora ‘toca’ hacer un pequeño inciso para trazar sus andanzas anteriores.

     Hernando de Soto nació en Jerez de los Caballeros (Badajoz) hacia el año 1500. En el mismo sitio que Vasco Núñez de Balboa. El hecho de que llegara a Indias en la armada de Pedrarias (año 1514) le permitió conocer a su paisano en Santa María la Antigua, la gloria de su gran hazaña descubriendo el Pacífico, y su trágico fin cuando Pedrarias lo decapitó. Resulta curioso que, a pesar de la mala baba de Pedrarias, Hernando se convirtió en uno de sus protegidos, permaneciendo a su servicio  durante muchos años con total fidelidad.


2 comentarios:

  1. No es seguro su nacimiento en Jerez de los Caballeros o en Villanueva de Barcarrota.

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    1. Parece ser lo más probable que naciera en Bararrota. Saludos, amigo.

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