(1252) Así como en otras partes de las
Indias las aventuras de los españoles
eran sumamente variadas, conquistándose tierras nuevas y logrando a veces
botines de gran riqueza, la historia de la conquista de Chile, que, en un
principio, tuvo también esas características, ahora nos nuestra constantes y
similares incidentes con los indios,
empeñados en recuperar lo que habían perdido y en destruir las
poblaciones que los extranjeros habían fundado, en cuyo empeño destacaron principalmente
los mapuches. Eran guerreros tenaces, a quienes no los desanimaban las derrotas,
y volvían a dar la carga. Seguiremos viendo este proceso, pero me ceñiré a lo
esencial y a lo más relevante: "En tanto que don Alonso de Sotomayor
andaba en los enfrentamientos sobredichos, hacía también el mismo trabajo el
coronel, su hermano Luis de Sotomayor, en los términos de Valdivia, Osorno y
Ranco. Y como nunca acabasen de apaciguarse los indios que habitaban en las
islas de la laguna, mandó hacer un barco para entrar en ella a castigarlos. Habiéndose
hecho el barco se metieron en él algunos españoles y otros en balsas de madera,
yendo delante el maestre de campo, llamado Francisco del Campo, en una piragua.
Pero fue tan recio un temporal que sobrevino aquella noche en la gran laguna,
que se volcaron algunas balsas, ahogándose ocho indios de nuestro bando y nueve
españoles, entre los cuales estaban don Pedro de Medina y un sargento".
Pasara lo que pasara, había que continuar
la tarea: "Viendo esta desgracia y que el tiempo era contrario, se
volvieron todos los del barco y de las balsas, cuyos capitanes eran Rafael
Portocarrero y Juan de Contreras, yendo por delante el maestre de campo en su
piragua. Pero decidieron acometer a los indios de día entrando en tres balsas
tres capitanes, que eran el maestre de campo Francisco del Campo, don Bartolorné
Morejón y Rafael Portocarrero. Por tierra acudió el coronel Luis de Sotomayor con
su gente y dieron todos a una en la fortaleza de los enemigos alanceando a muchos
de ellos y poniendo a los demás en huida hasta quedar victoriosos los españoles
y arruinada la fortaleza. Después de este éxito fabricó don Luis
de Sotomayor un fuerte junto a la laguna, y saliendo de él a visitar las
ciudades comarcanas, dejó allí al maestre de campo con suficientes
soldados".
Continuaron las salidas en campaña de
lucha contra los indios durante meses y en diferentes lugares, tras lo cual
hubo otro incidente: "El coronel Luis de Sotomayor tuvo noticia de que en
la punta de Ayllaquina andaba un indio valeroso con algunos escuadrones de a
pie y de a caballo, y, tomando consigo a los capitanes Pedro Ordóñez
Delgadillo, don Bartolomé Morejón y Tiburcio de Heredia, dio una trasnochada a
los enemigos y los desbarató, matando a muchos de ellos ayudado de los indios
amigos suyos, que eran animosos y fieles. De aquí pasó a los términos de Villarrica
donde salían ordinariamente a campear él y sus capitanes, haciendo frecuentes combates
con los paganos, sin suspender estos trabajos, de manera que gastó en ello todo
el año". El cronista, de pasada, nos deja claras dos cosas: que también
los mapuches peleaban a caballo con toda normalidad, y que, asimismo, muchos
indios amigos de los españoles luchaban a su lado con absoluta lealtad.
(Imagen) Hablemos del virrey MARTÍN
ENRÍQUEZ DE ALMANSA. Lo más probable es que naciera en Toro (Zamora) el año
1510, de familia de alto linaje, con ascendencia que llegaba hasta el rey
Alfonso XI. Fue virrey y capitán general por partida doble, primeramente en
México (1568-1580), y luego en Perú, el más importante de los virreinatos (1581-1583),
del cual dependía la Gobernación de Chile. Aunque algunos comentaristas lo han
considerado soltero, en realidad se casó en España hacia el año 1535 con María
Manrique, con la cual tuvo los siguientes hijos: Francisco Enríquez de Almansa,
Marqués de Valderrábano, Enrique
Enríquez, agustino, obispo de Osma y de Plasencia, Juan Enríquez, sacerdote, e
Isabel Enríquez de Almansa. Abreviaré sus andanzas por el virreinato de México.
Dio la casualidad de que fue elegido para ese destino el mismo año, 1568, en
que le adjudicaron el virreinato de Perú a Francisco de Toledo, puesto en el que fue sustituido por Enríquez en
1581. Lo primero que hizo el virrey Enríquez al llegar a la mexicana Veracruz
fue expulsar de la zona en la que estaban parapetados a los piratas ingleses,
entre ellos, a los famosos Drake y Hawkins. Luego puso fin hábilmente a un
absurdo enfrentamiento que había entre franciscanos y sacerdotes acerca del
trazado tradicional de una procesión, en el que los indios nativos, partidarios
de los primeros, trataron de resolverlo a pedradas. Durante su mandato se
estableció la Inquisición, facilitó la llegada de varios grupos religiosos,
como el de los jesuitas, dio gran impulso a la edificación de la catedral, y se
fundaron las poblaciones de Celaya, San
Felipe y León. Siendo ya un anciano enfermo y con muchas ganas de tranquilidad,
tuvo que aceptar el cargo de Virrey de Perú para sustituir al recién jubilado
Francisco de Toledo. Y le fue doblemente costoso porque el cesante había dejado gran fama de su valía. Quizá temiendo
ser comparado con él, criticó su forma de gobernar por considerarla demasiado
personalista, e incluso dio a entender que fue responsable de malversaciones.
En sus dos años escasos de virreinato dictó normas protectoras de los indios, facilitó
la reapertura del Colegio de los Jesuitas (algo a lo que se oponía el virrey Francisco de Toledo), los cuales,
con su vocación de maestros, acogían a estudiantes de la zona, e incluso les
permitió fundar el llamado Colegio Real de San Martín, dedicado a la
instrucción de alumnos procedentes de lugares lejanos. El 12 de marzo del año
1583 falleció en Lima el virrey MARTÍN ENRÍQUEZ DE ALMANSA, víctima de una
apoplejía. El cuadro de la imagen fue pintado en México el año 1568, y nos lo
muestra enjuto y con aspecto severo.
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