(1245) Nuevamente el cronista (o el
jesuita Bartolomé de Escobar) va a criticar abusos contra los indios.
Primeramente habla de que el gobernador Gamboa, quien, como vimos, había
sofocado en Santiago un intento de rebelarse contra él, consiguió imponer una
derrama económica a los mercaderes y a otras
personas de la ciudad. Pero también necesitaba provisiones para ir de campaña,
y estas las obtuvo, al parecer, tomándoselas a los indios amigos:
"Consiguió tres mil quintales de bizcocho, cuatro mil tocinos, gran cantidad
de cargas de cecina y muchos carneros, todo lo cual salía del sudor de los
pobres indios sobre cuyos hombros ponía las cargas después de haber salido de
sus costillas. Y esto que escribo ha sido cosa ordinaria en todos los tiempos, lo
cual ha perjudicado al fruto que los cristianos podían haber obtenido en Chile
acerca de la conversión de los infieles". Y, como las luchas con los
indios eran tan repetitivas, añade lo siguiente: "Para evitar ese fastidio,
voy pasando muchas batallas dignas de memoria y tocando superficialmente
algunas en las que muchos soldados valerosos hicieron cosas dignas de ser
recordadas, pero es conveniente evitar la prolijidad en atención al gusto de la
lectura. En razón de esto apuntaré brevemente el cerco puesto a la ciudad de
Chillan por los indios araucanos y penquinos, cuyo capitán fue Buta Calquen,
hombre de gran sagacidad y valentía, contra el cual salió el capitán Miguel de
Silva con algunos soldados bien preparados, y mató a muchos de los enemigos
poniendo a otros en prisiones, volviendo el resto de ellos desbaratados el día
diecisiete de octubre de 1581. Y en el mismo tiempo salió el mariscal Martín
Ruiz de Gamboa de la ciudad de Santiago con doscientos españoles y algunos
indios amigos, llevando de camino el navío que les tenían preparado donde los promaucaes,
con lo que tuvieron sustento en abundancia para muchos meses que anduvieron por
los confines de la Concepción, Angol y Congoya, lidiando a los enemigos y
pasando calamidades. Viendo el mal camino que llevaban las cosas de Chile y la
poca esperanza de su remedio, envió al reino del Perú al capitán Rafael
Portocarrero, que era hombre de mucha suerte, para que le contase al virrey don
Martín Enríquez de Almansa el progreso de las cosas, y le pidiera algún socorro
para no dar con todo al traste".
Y quizá para hacer más ameno el relato,
añade: "Diré dos cosas que sucedieron en este tiempo en la ciudad de
Santiago. Una fue que apareció una nube muy grande, la cual era de color de
sangre, y comenzó a echar rayos resplandecientes y largos a manera de lanzas. Además, menguó la mar tan extraordinariamente,
que se quedaron en seco dos navíos que estaban en el puerto. Lo otro fue que un
hombre llamado Juan Caballero mató a un hijo suyo de poca edad, sobre lo cual
pedía justicia su mujer, sin que sirviesen de nada los muchos ruegos de
personas serias para que desistiese de su querella, de manera que el marido fue
ahorcado. No es cosa nueva en el mundo haber matado, como se lee en las
historias, pues consta, según Plutarco,
que Epaminondas mató a su hijo Estesibroto, Erichtes a su hija, también Lisímaco
a su hijo Agatocle, Ptolomeo al que le nació de Cleopatra, su hermana, y
finalmente Deyotaro a todos que engendró excepto uno. Pero el haber matado
muchas mujeres a sus maridos ha sido tan ordinario en el mundo, que no es
menester recurrir a los historiadores. Notorio es que Laudisea mató a su marido
Antíoco, Fabia al suyo, llamado Fabio, Agripina a Tiberio y Lucila a Antonio
Vero". (Se diría que vemos de nuevo la opinión personal y los alardes
culturales del jesuita Bartolomé de Escobar).
(Imagen) Van saliendo nombres de capitanes
cuya biografía permanece casi oculta. El cronista ha mencionado a Miguel de
Silva, cuyo nombre completo era MIGUEL GÓMEZ DE SILVA MANRÍQUEZ. Diremos algo
de él y de su hijo, MIGUEL GÓMEZ DE SILVA MORALES. Consta que el padre nació el
año 1553 en Ciudad Rodrigo (Salamanca), y que se casó en Chile, hacia el año
1590, con Isabel de Morales, nacida en Toro (Zamora). Miguel de Silva hijo (nacido
en Chile en 1594) presentó un informe de sus propios méritos (el de la imagen),
pero también de los de su padre, del que dice lo siguiente (resumido): "Mi
padre pasó de estos reinos de Chile a los de Perú en servicio del virrey Don
Francisco de Toledo, que lo remitió al de Chile con el general Don Miguel de Velasco
para llevar gente de refuerzo, y, en todo el gobierno de Rodrigo de Quiroga, le
acompañó en las batallas que se produjeron, como capitán de caballos, por
nombramiento del dicho gobernador, por cuya muerte, habiéndole sucedido en el
gobierno el mariscal Martín Ruiz de Gamboa, lo
nombró corregidor, justicia mayor y capitán de la ciudad de Angol, en lo
que se ocupó algunos años, y después lo nombró corregidor de la ciudad de San
Bartolomé de Gamboa (fundada por Martín)". Luego sigue hablando del
impresionante historial de su padre, a quien todos los sucesivos gobernadores
le confiaron los cargos principales, y da el detalle de que estuvo luchando, en
1598, contra los mapuches cuando mataron al gobernador Martín Óñez de Loyola
(sobrino nieto de San Ignacio). Es casi seguro que en la fecha de este informe
(año 1635) aún viviera su padre, porque no lo menciona como difunto, y además afirma que sirvió al Rey en Chile más
de cincuenta años. Y, de tal padre, tal hijo, pues también él brilló como
conquistador: MIGUEL GÓMEZ DE SILVA MORALES nació en la chilena La Serena el
año 1594. Aunque llegó a ser un funcionario real, luchó ya desde muy joven
junto a su padre contra los mapuches. Tuvo cargos oficiales del más alto nivel.
Fue alcalde de Santiago, la capital del país. En 1645 ejercía el cargo de
Corregidor de la Justicia Mayor de la Audiencia Real, que era el puesto más
alto de la administración de Chile. Fue también, en 1655, maestre de campo del
ejército chileno, y tres años después, tuvo que asumir provisionalmente el
cargo de gobernador, por haber sido destituido el oficial, Francisco de Meneses
Brito. MIGUEL GÓMEZ DE SILVA MORALES, hombre prolífico, tuvo diez hijos con su
primera mujer, Catalina Verdugo, y, con la segunda, Isabel de la Torre, otros
seis. Murió en Santiago de Chile el mes de mayo del año 1568.
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