lunes, 7 de febrero de 2022

(1639) Dura crítica del cronista (o del jesuita que revisó el texto) contra el mal trato que los españoles daban a los indios de las encomiendas. Martín Ruiz de Gamboa funda Chillán e impone su autoridad frente al pretencioso Lope de Azócar.

 

     (1239 No era fácil practicar políticamente la caridad cristiana en la línea del dominico Bartolomé de las Casas: "Uno de los conflictos sociales que surgió entre españoles se debió a querer el nuevo gobernador, Martín Ruiz de Gamboa, pacificar la tierra suavizando la tasa de los tributos que habían de pagar los indios a sus encomenderos, ordenando que cada indio pagase siete pesos de oro y en algunas provincias ocho o nueve según la riqueza de cada una, sobre lo cual hubo grandes alborotos en los encomenderos, y mucho más porque el gobernador les prohibía el entrar en los pueblos de sus encomiendas para evitar agravios y vejaciones que los vecinos suelen hacer allí a los indios. También hubo algún disgusto debido al juicio de residencia al que el licenciado Calderón, teniente de gobernador, estaba sometiendo al doctor Azócar, que entraba en su oficio. Por entonces,  y para resolver otras cosas que sucedían en el reino de Chile, salió Martín Ruiz de Gamboa de la ciudad de Santiago a visitar los demás pueblos de su distrito. Lo primero que hizo al llegar al fuerte de Chillán fue fundar una ciudad, poblándola con cincuenta españoles que llevaba y otros sesenta que allí halló con el capitán Hernando. Habiendo edificado en ella su iglesia mayor, y puesto horca y cuchillo con regimiento y ministros de justicia, le dio al pueblo el nombre de San Bartolomé de Chillán y Gamboa, a 25 de junio del año de 1580".

     Lo que sigue da que pensar, ya que se diría que la influencia del jesuita Bartolomé de Escobar en la redacción definitiva de la crónica supondría una mejora de la redacción, pero también el añadido de la propia mentalidad del clérigo. Comenta que en la la zona de Santiago y  La Serena hubo siempre cierta tranquilidad desde que se fundaron las dos ciudades: "En el resto del país las cosas iban tan de mal en peor, que solo había guerras, desventuras y mucha hambre. Y, sobre todo, se debían tener por lastimosa calamidad las vejaciones hechas a los desventurados indios, por cuyas casas entraban los soldados tomándoles sus ganados, y aun las mismas personas para servirse de ellas, y, lo que es peor, las mujeres para otras cosas peores, de suerte que hubo semanas en las que parieron sesenta indias de las que estaban a su servicio aunque no en el de Dios. Por lo que no es de extrañar que los indios estuviesen tan justamente irritados, y hubiese tantos rebelados. Pero como la providencia nunca duerme, Dios trató a estos españoles empedernidos como a los egipcios, a los cuales afligió con diversas plagas para que dejaran sus pecados y atrocidades. Y la plaga que nuestro Señor envió a esta gente fue una gran cantidad de ratones que cubría la tierra y no solamente entraban por las casas a comer alimentos, sino que también acudían a las cunas de los niños y los mataban comiendo parte de ellos, dando señal de que aun hasta los primogénitos mataba Dios por las iniquidades de sus padres. Viendo los indios tan gran cantidad de estos animalejos, decían que los ejércitos de españoles se habían convertido en ejércitos de ratones, cosa que no se le ocurrió decir a Ovidio entre todas cuanto escribió en su Metamorfosis. Y para que no se creyera que esto era casual, quiso Nuestro Señor apoyarla con otra plaga, para que se pareciese en todo a la egipcia, de manera que envió a la ciudad de Angol tanta cantidad de langostas, que destruyó totalmente las viñas, no contentándose con cortar los racimos sin dejar uno solo, sino también royendo las mismas cepas para que no diesen fruto".

 

     (Imagen) El cronista se limita a decir que, aparte de otros problemas que le surgieron a Martín Ruiz de Gamboa cuando murió su suegro, el gobernador Rodrigo de Quiroga, dejándolo como sustituto en el cargo, tuvo otra dificultad con el recién llegado doctor LOPE DE AZÓCAR. Fue un asunto muy enredado, porque produjo un delicado conflicto sobre competencias. Resumo un viejo texto: "El doctor Azócar había llegado a Chile para reemplazar al licenciado Calderón, y con mayores poderes, pues el Rey mandaba que la Audiencia de Lima no pudiese quitarle su puesto ni tomarle el habitual juicio llamado 'de Residencia'. Consideraba, además, el doctor Azócar que tenía derecho a  reemplazar al gobernador de Chile en caso de ausencia o enfermedad, por lo que, al morir Rodrigo de Quiroga, pretendía asumir su cargo. Confiaba también en el apoyo de los muchos enemigos que tenía el nuevo gobernador interino, Ruiz de Gamboa, los cuales aumentaron cuando impuso normas que beneficiaban a los indios. Además, por entonces llegó a Santiago el capitán Pedro Olmos de Aguilera, enviado por Ruiz de Gamboa para hacer una leva importante de soldados, con vistas a frenar los ataques  mapuches. Esto produjo una protesta de los vecinos, por el esfuerzo y el costo que supondría, y el doctor aprovechó la oportunidad para ponerlos de su parte y tratar de ser reconocido como gobernador interino. Consiguió su propósito y desautorizó a Pedro de Olmos, lo que equivalía a desobedecer al gobernador. Gamboa se hallaba a más de 159 leguas de la capital cuando, en mayo de 1581, tuvo noticia de hechos tan graves. Aunque el invierno había dejado intransitables los caminos, el gobernador, poniéndose a la cabeza de unos cuarenta hombres, emprendió la marcha hacia Santiago, dispuesto a reprimir cualquier intento de sublevación. Cuando se supo que llegaba a la capital acompañado de buena escolta, el Cabildo decidió salir a recibirlo, llevando a su cabeza al mismo doctor Azócar en calidad de teniente general, y Ruiz de Gamboa, al verlo llegar ante su presencia, le dijo: 'Sed preso en nombre del Rey'. Lope de Azócar, mostrándole una cédula real, repuso que estaba a cubierto de tales golpes de autoridad. Pero la garantía de este documento no le sirvió de nada. Dos de los capitanes que acompañaban al gobernador se arrojaron sobre el doctor Azócar, lo derribaron de la mula que montaba y lo llevaron preso a la ciudad. Tres días después era transportado a Valparaíso, encerrado en un buque, que había en el puerto, y sometido a juicio, para ser enviado al Perú con un proceso en forma, en el que se hizo constar los delitos de que se le acusaba".





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