miércoles, 25 de agosto de 2021

(1503) Hubo una epidemia. Luego los nativos mataron a sesenta y cuatro españoles y a varios indios amigos. A pesar de todo, el gobernador Cabeza de Vaca se esforzaba en conseguir pacificarlos.

 

     (1093) Después de que los tarapecocies aseguraron que el ataque de los de su tribu a los españoles había sido por creer que eran amigos de sus odiados guaraníes, el gobernador hizo lo que solía ser una ingenuidad en las Indias. Quiso saber si en aquel territorio se podía encontrar plata y oro abundantes, y, como casi siempre ocurría, le aseguraron que sí: "Le dijeron que los payzunoes se lo dan a los tarapecocies  a cambio de arcos y flechas y esclavos, y que los payzunoes lo reciben de los chaneses, chimenoes, carcaraes y candirees, que lo tienen en mucha cantidad, y que los indios lo contratan, como dicho es. Les mostraron un candelero de cobre para que declarasen si el oro que tenían en su tierra así, y dijeron que lo del candelero era duro y bellaco, y lo de su tierra era blando y más amarillo, y luego le fue mostrada una sortija de oro, y dijeron si era de aquello mismo lo de su tierra, y dijeron que sí. Asimismo le mostraron un plato de estaño y le preguntaron si la plata de su tierra era igual, y dijeron que la de su tierra era más blanca y dura. Siéndole mostrada una copa de plata, con ella se alegraron mucho y dijeron haber de aquello en su tierra gran cantidad en vasijas, brazaletes, coronas, hachuelas y otras piezas". Recordemos que, los españoles que habían estado en La Florida después del gobernador, se llevaron una gran decepción cuando los indios aseguraban que había mucho oro y plata en aquellas tierras, y resultó que lo confundían con el cobre y el estaño. En realidad, sí lo había, pero aún sin descubrir, y lo único que consiguieron de valor fueron las perlas.

     Ser conquistador en las Indias siempre fue un oficio lleno de riesgos mortales. Mataban los enemigos (también los viejos amigos en las guerras civiles), las condenas a muerte, los accidentes, los naufragios, el hambre y la sed, y, con mucha frecuencia, las enfermedades: "El gobernador envió a llamar a Gonzalo de Mendoza, para que  volviese de la tierra de los arrianicosies con la gente que con él estaba y se encargase de las cosas necesarias para seguir el descubrimiento de tierras. Cuando llegó Francisco de Ribera con los seis españoles que le acompañaban, comenzó a enfermar de calenturas toda la gente que estaba en el puerto de los Reyes, tanto españoles como indios guaraníes. También el capitán Gonzalo de Mendoza avisó por carta  que ellos enfermaban de calenturas, que enviaba a los  hombres  en los bergantines enfermos y flacos, y que la causa de aquella enfermedad era que se habían dañado las aguas de aquella tierra.  Ocurrió también que los indios de la isla que está a una legua del puerto de los Reyes, que se llaman socorinos y xaqueses, al ver a los cristianos enfermos, comenzaron a hacerles guerra, y dejaron de venir, como hasta allí lo habían hecho, a contratar y mercadear con los cristianos, y a darles aviso de los indios que hablaban mal de ellos, especialmente de los indios guaxarapos, con los cuales se juntaron en su tierra para desde allí hacerles guerra. Como los indios guaraníes que los españoles habían traído en su armada salían en sus canoas en compañía de algunos cristianos, a pescar en la laguna, a un tiro de piedra del campamento, una mañana, al amanecer, se produjo un incidente".

 

     (Imagen) Aparte de los guaraníes, la fidelidad de los demás indios a los españoles era muy inestable: "Habían salido a pescar cinco cristianos con los indios guaraníes. Yendo en sus canoas, salieron contra ellos los indios xaqueses y los socorinos y otros muchos de la isla, y cautivaron a los cinco cristianos, mataron a algunos indios guaraníes, y a otros los llevaron con ellos a su isla, donde mataron y despedazaron a los cinco cristianos y a los indios, los compartieron a pedazos con los indios guaxarapos y guatos, y se los los comieron. No contentos con esto, como la gente estaba enferma y flaca vinieron a acometerlos, y se llevaron ciertos cristianos, y entre ellos uno que se llamaba Pedro Mepen, y se los comieron como a los otros cinco. Cuando amaneció, fueron huyendo por la laguna adelante, dando grandes alaridos y se metieron por la isla que está en la laguna del puerto de los Reyes (la actual Bahía Negra, que originó una guerra entre Bolivia y Paraguay, quedando en poder de este país).  Allí nos mataron a cincuenta y ocho cristianos esta vez. Visto esto, el gobernador habló con los indios del puerto de los Reyes y les dijo que pidiesen a los indios de la isla los cristianos e indios que se habían llevado,  y, habiéndoselos ido a pedir, respondieron que los indios guaxarapos se los habían llevado. En adelante, venían de noche a recorrer la laguna, por ver si podían apresar a algunos de los cristianos e indios que pescasen en ella, o a  impedir que lo hicieran, diciendo que el territorio era suyo, que no habían de pescar en él los cristianos ni otros indios y que nos fuésemos de su tierra, porque, si no, nos habían de matar. El gobernador envió a decir que se sosegasen y guardasen la paz que con él habían asentado, y viniesen a traer a los cristianos e indios que habían llevado, y que los tendría por amigos, pero que, si no lo quisiesen hacer, procedería contra ellos como contra enemigos. Aunque se lo repitió muchas veces no lo quisieron cumplir, y no dejaban de hacer la guerra y los daños que podían. Viendo que no servía de nada, el gobernador pidió consejo sobre qué hacer contra los dichos indios, y, tras conocer la opinión de los oficiales de Su Majestad y de los clérigos, fueron declarados enemigos, para así poderles hacer la guerra. La cual se llevó a cabo, y fue la manera de terminar con los daños que cada día hacían". El cronista siempre muestra al gobernador Álvar Núñez Cabeza de Vaca como hombre moderado y estrictamente ajustado a los procedimientos administrativos, pero los fracasos lo iban acorralando.




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