martes, 26 de enero de 2021

(Día 1327) Además de su propia flota, Hernando de Soto tenía, provisionalmente, el mando de otra destinada a México. En Cuba se haría cargo de ella Gonzalo de Salazar, pero, antes de llegar, uno de sus barcos hizo una maniobra que pudo acabar en desastre.

 

     (917) Pero había otra poderosa flota bajo el mando de Hernando de Soto: "Con esta armada de la Florida iba la de México, que era de veinte naos gruesas, de la cual iba también por general Hernando de Soto hasta el paraje de la isla de Santiago de Cuba, de donde se había de apartar hacia Veracruz. De allí adelante iba nombrado por general de ella un caballero llamado Gonzalo de Salazar, el primer cristiano que nació en Granada después de tomársela a los moros, por lo que los Reyes Católicos le dieron grandes privilegios. El cual había sido conquistador en México, y volvió como factor de la Hacienda Imperial". Partieron del puerto el día seis de abril de 1538. El cronista dice que iban tan bien abastecidos, que se le daba a la gente ración doble, lo cual censura como un derroche, y lo atribuye a que Soto se sentía feliz por llevar tan magnífico ejército y capitanes de tanto prestigio. Aunque él ya había demostrado su extraordinaria valía en las campañas de Perú, ahora estaba dando pruebas de su enorme atractivo como líder, con una armada digna de lo que creía merecer.

     Aparece en escena por primera vez el principal informador que tuvo Inca Garcilaso para redactar su libro sobre la campaña de Florida: "El primer día que navegaron, poco antes de que anocheciese, llamó Hernando de Soto a un soldado de los muchos que llevaba escogidos para traer cerca de su persona, llamado Gonzalo Silvestre, natural de Herrera de Alcántara, y le dijo: 'Decid esta noche a los centinelas cómo han de velar, y apercibiréis al condestable, que es el artillero mayor, que lleve toda su artillería puesta a punto, para que, si apareciere algún navío de mal andar, le disparen'. Y se proveyó todo como el gobernador lo mandó". Era buen momento para que Inca Garcilaso aclarara que Silvestre (a quien alaba) era su fuente de información, pero, no se sabe por qué, se resiste a decirlo. Sin duda era un hombre joven, pues murió el año 1592.

     Entonces ocurrió un estúpido incidente que pudo haber traído gravísimas consecuencias. La nave capitana que iba al mando del factor Gonzalo Salazar hizo algo que estaba estrictamente prohibido en el avance de un convoy de barcos. En lugar de seguir agrupada, se adelantó sobre todas las demás, "a tiro de cañón y a barlovento de la capitana, que por cualquiera de estas dos cosas que los marineros hagan tienen pena de muerte". El cronista sugiere algunas hipótesis sobre lo sucedido, todas ellas por descuido y no con intención de hacerlo: "Pero desconcertó a   Gonzalo Silvestre, que no dormía (como lo debe hacer todo buen soldado e hidalgo), despertó al condestable, y le preguntó si aquel navío era de la armada o pirata. Le respondió que, si lo fuera, no se atrevería a ir por donde iba, por tener pena de muerte los marineros que tal hacían. Entonces determinaron ambos dispararle, y al primer cañonazo le horadaron todas las velas de proa a popa, y al segundo le llevaron de un lado parte de las obras muertas, y, yendo a tirarle más, oyeron que la gente de la nave daba grandes gritos, pidiendo misericordia, que no les tirasen, pues eran amigos. El gobernador se levantó al oír el ruido, y toda la armada se alborotó y se dirigió hacia la nao destinada a México. La cual, como se le iba el viento por las roturas que tenía en las velas, perdió velocidad, y la capitana, que iba en su seguimiento, la alcanzó presto, sucediendo entonces otro mal mayor que el que se había temido".

 

     (Imagen) Es fácil saber dónde y cuándo nació GONZALO DE SALAZAR, porque, como dice Inca Garcilaso, fue el primer niño al que bautizaron en Granada en 1492, aunque era descendiente de judíos conversos. Pertenecía a una familia ilustre, lo  que le facilitó llegar a ser un protegido del más famoso secretario de Carlos V, Francisco de los Cobos, quien lo tuvo como criado suyo, y, de esa manera, vivió muy de cerca el entorno cortesano del emperador. En 1524 llegó a México con el cargo administrativo de factor de la Corona, gracias también a Francisco de los Cobos. Fue Gonzalo de Salazar quien le hizo saber a Hernán Cortés que uno de sus mejores capitanes, Cristóbal de Olid, pensaba traicionarle en Honduras, lo que dio como resultado que fuera ejecutado por un enviado suyo, Francisco de las Casas, en 1524, mientras el propio Cortés viajaba como gran señor hacia aquellas tierras, al mando de una expedición que resultó ostentosa y desastrosa, conocida como la de Las Hibueras, en cuyo recorrido ejecutó a Cuauhtémoc, que iba como acompañante, por sospechar que planeaba traicionarlo. El siempre triunfador Cortés, empezaba a cometer errores, y uno de ellos fue lanzarse a esa insensata aventura, dejando, además, México en manos indeseables. Hubo muchos conflictos entre quienes aspiraban al mando, y uno de ellos era  GONZALO DE SALAZAR. Abundaron los golpes bajos, y Salazar, que se alió con los impresentables oidores de la nueva Audiencia Real, haciendo labor de zapa contra Hernán Cortés, estuvo un tiempo apresado por sus competidores. Volvió a España en 1529, sin que le pidieran responsabilidades, quizá gracias a su poderoso amigo, aunque le prohibieron volver a México. Pero ahora, en 1540, le vemos regresar al mando de una flota, y en compañía de la de  Hernando de Soto, con quien, sin embargo, va a tener un serio conflicto. Nunca se sabrá si Gonzalo de Salazar se adelantó a propósito con su nave, dejando atrás el resto del convoy, o fue un incidente imprevisto, pero Hernando de Soto estuvo a punto de matarlo. La imagen muestra su expediente de méritos. Uno de ellos fue mantener preso el año 1566 a Martín Cortés (hijo del conquistador), quien, muerto su padre, tuvo un conato de rebelión contra la Corona. Enviado a España, no se le castigó, pero le prohibieron volver a México, como había ocurrido con GONZALO DE SALAZAR, el cual murió antes del año 1570.




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