lunes, 18 de enero de 2021

(Día 1320) EMPEZAMOS ahora la primera crónica que publicó (año 1605) INCA GARCILASO DE LA VEGA, a la que dio como título LA FLORIDA DEL INCA, y en la que narra la expedición de HERNANDO DE SOTO a aquellas tierras.

 

     (910) Empecemos con LA FLORIDA DEL INCA, publicada en 1605 por Inca Garcilaso de la Vega. Fue el primer libro que escribió, y espero que los lectores disfruten de su narración. Es curioso que le dedicara el libro a Don Teodosio de Portugal, Duque de Braganza. Probablemente le subvencionó el trabajo, pero el autor indica otros motivos. Le apasionaba, ya desde niño, la gran historia de los portugueses, porque se la contaba su padre. Pero añade: "Esta afición se convirtió después en obligación, porque la primera tierra que vi cuando vine de la mía, que es el Perú, fue la de Portugal, donde las autoridades y los ciudadanos me hicieron muy buena acogida, como si yo fuera hijo natural de esas tierras; por no cansar a Vuestra Excelencia, no doy cuenta en particular de los regalos y favores que me hicieron, uno de los cuales fue librarme de la muerte". No explica cómo, pero había ocurrido que, llegando a la costa, su barco se hundió, y fue un portugués el que le salvó la vida.

     La obra apareció titulada como HISTORIA DEL ADELANTADO HERNANDO DE SOTO, GOBERNADOR Y CAPITÁN GENERAL DEL REINO DE LA FLORIDA, Y DE OTROS HEROICOS CABALLEROS ESPAÑOLES E INDIOS, ESCRITA POR EL INCA GARCILASO DE LA VEGA. Y explica cómo la redactó. Fue como el trabajo de un periodista con dotes literarias que se sirve de fuentes de información. Algunas de ellas (para este trabajo y para los que siguieron después), fueron, aunque ahora no lo dice, las crónicas ya escritas por otros colegas. Pero tuvo otra muy importante: la de un testigo de las peripecias de aquella impresionante campaña, cuyo nombre no menciona; se trataba del conquistador GONZALO SILVESTRE (a quien ya le dediqué una imagen por sus andanzas en Perú): "Conversando mucho tiempo y en diversos lugares con un caballero (Silvestre), gran amigo mío, que se halló en esta expedición, y oyéndole muchas y muy grandes hazañas que en ella hicieron así españoles como indios (también simpatiza con los indios del norte de América), me pareció cosa indigna y de mucha lástima que obras tan heroicas que en el mundo han pasado quedasen en perpetuo olvido. Por lo cual, porque soy hijo de un español y de una india, importuné muchas veces a aquel caballero para que escribiésemos esta historia, sirviéndole yo de escribiente". El trabajo duró muchos años por repetidas interrupciones, en parte debidas a las obligaciones militares que tuvo Inca Garcilaso, pero también por repetidas ausencias del uno o del otro, hasta que, sintiendo los dos el temor de que tan importante asunto no llegara a convertirse en realidad, Inca Garcilaso, que vivía en Montilla (Córdoba), se trasladó a la localidad de Gonzalo Silvestre, Las Posadas (a 70 km), el cual sufría viejas heridas de guerra y una larga enfermedad de bubas: "Y allí nos dedicamos con cuidado y diligencia a escribir todo lo que en aquella campaña sucedió, para honra y fama de la nación española, que tan grandes cosas ha hecho en el Nuevo Mundo, y no menos de los indios que en la historia se mostrasen y pareciesen dignos del mismo honor".

 

     (Imagen) Ya vimos la azarosa vida de GONZALO SILVESTRE. Volvió a España y residió tranquilamente en Las Posadas, un pueblo cordobés. Allí fue donde INCA GARCILASO  se entusiasmó oyéndole hablar de sus aventuras (anteriores a las guerras civiles de Perú) con Hernando de Soto en el descubrimiento de las tierras americanas de La Florida. Inca Garcilaso vivía con su tío Alonso de Vargas en Montilla (Córdoba, ver imagen), a 70 km de Las Posadas, adonde decidió trasladarse para trabajar intensamente con Silvestre (enfermo crónico y con secuelas de sus heridas militares) en la preparación de una crónica sobre aquella campaña. Silvestre tenía cierto nivel cultural, pues aparecen anotaciones suyas junto a los textos del escritor. Diríamos que Inca Garcilaso era 'el periodista', y Silvestre el entrevistado. El trabajo en común fue largo e intenso. El peculiar Inca Garcilaso, que parece evitar el nombre de su informador, sin embargo le da la categoría de 'autor', llamándose a sí mismo 'el escribiente'. Tras llevar muchos años entregados a tan importante faena, algo los distanció. No obstante, cuando, en 1605, Inca Garcilaso publicó la que fue su primera obra, titulada LA FLORIDA DEL INCA, hacía  13 años que Gonzalo Silvestre había muerto, y no escatimó en ella grandes elogios a la valía personal y a la fiabilidad de su colaborador. Parece ser que GONZALO SILVESTRE también le aportó informaciones y apoyo al cronista para sus otras grandes obras, una traducción de Los Diálogos de Amor (de León Hebreo)  y la titulada Comentarios Reales de los Incas, cuya segunda parte, Historia General del Perú, nos ha venido muy bien para conocer las guerras civiles. Hay un documento en el que INCA GARCILASO explica algo que pudo ser la causa de que se estropeara su amistad con GONZALO SILVESTRE. En él dice que Gonzalo, "desde siempre fue mi deudor, porque gastaba mucho". Cuando murió Gonzalo, le debía ochocientos ducados (cantidad importante), pero antes se había quedado hábilmente con la escritura que certificaba la deuda, y el  dinero que tenía lo utilizó para casar a su sobrino, Alonso Díaz. Así termina el escrito de Inca Garcilaso: "Es mi voluntad que se hagan las diligencias pertinentes para que se procure cobrar estos ochocientos ducados al dicho Alonso Díaz". Pero nada empañará el valioso fruto de aquella colaboración.








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