(398) Cuando llegó Hernando Pizarro,
asentó su tropa y preparó una estratagema para abortar el soterrado motín. Se
dirigió al campamento de Candía con solo veinte hombres, llevando todos
halcones como si tuviera intención de disfrutar de una cacería y no sospechara
de la trama: “Pedro Candía salió a recibirle acompañado de los más principales.
Villagrá y Mesa, al ver venir tan descuidado a Hernando Pizarro, creyeron que
no había tenido aviso de los que
conocían su intento, y esperaban el momento de poder matarle. Hernando Pizarro
los recibió muy alegremente, teniendo encubierto en su pecho lo que de ellos
sentía, e los abrazó, y luego dijo que había venido del Cuzco para permitirles
que entrasen a descubrir por la parte que les pareciese. Muy alegres por oírle
palabras tan amorosas, se volvieron con él al real, e comieron y tuvieron mucho
placer”.
El plan de Hernando Pizarro era tan audaz
como el de quien se mete en la boca del lobo. Pero manejó con gran habilidad
los tiempos y las circunstancias. Aunque no lo dice Cieza, se supone que
continuaron el paripé disfrutando de una cacería. Y siguió después su
estrategia: “Su deseo era llevar a su
campamento a los que habían conspirado
contra él, para prenderlos sin alboroto ninguno y castigar a los culpables. Le
dijo a Pedro de Candía que fuesen con él sus capitanes a su real para tratar
allí lo que convenía al descubrimiento de nuevas tierras. Pedro de Candía
estuvo conforme. Llegados al real, Hernando Pizarro se retiró con sus hombres a
su aposento, mientras que Pedro de Candía y sus capitanes veían que toda la
gente estaba preparada para lo que les mandasen hacer. Entonces Hernando
Pizarro ordenó que fuesen metidos presos en una tienda Pedro de Candía,
Villagrá, Mesa y otros. Candía, al verse preso, estaba espantado, diciendo que
no había hecho nada contra Hernando Pizarro, al tiempo que Villagrá y Mesa se
turbaron, e vieron claramente su muerte”.
Se hizo la oportuna investigación: “Tras
saber que, aunque había muchos en la conspiración, fueron Mesa y Villagrá quienes
convencieron a los demás para lo que tenían pensado, y viendo que había causa
suficiente para quitarles la vida, Hernando Pizarro los condenó a muerte. Luego
el capitán Mesa se confesó, le sacaron a ahorcar, y cuando le iban a echar la
soga, dijo (el noble mulato) que la
culpa era suya y que muchos de los que había nombrado estaban sin ella. Y
echándole la soga a la garganta, fue muerto”. Aunque Mesa fue el primer
promotor del motín, le andaba cerca en culpabilidad Villagrá, pero tuvo mejor
suerte, quizá por contar con mayores simpatías: “Cuando iban a hacer lo mismo
con Villagrá, Gonzalo Pizarro, el capitán Peransúrez, Pedro de Rojas, D. Pedro
de Portocarrero y otros muchos caballeros fueron adonde Hernando Pizarro y le
rogaron que quisiese darle la vida, pues, con la muerte del capitán Mesa, ya
había cesado la conjuración. Y tan ahincadamente se lo rogaron, que Hernando
Pizarro dio la vida a Villagrá cuando ya le iban a cortar la cabeza. E con la
muerte que se dio a Mesa, desterrando a Villagrá y reprendiendo a otros, se
contentó Hernando Pizarro sin querer hacer más castigo”.
(Imagen) Vemos al capitán Villagrá a punto
de que Hernando Pizarro lo ejecute por intento de traición, pero lo salva la
súplica de perdón que hacen varios compañeros suyos. Como suele ocurrir, unos
dicen que se llamaba Francisco, y, otros, que Pedro (hasta el apellido aparece
a veces como Villagrán, Villagrá y Villagra). Hay que optar por lo más
probable, y opino que el que se salvó de ser ahorcado fue PEDRO DE VILLAGRÁ
porque es el nombre que le da Cieza. No es extraño que se enreden las referencias,
porque los dos tuvieron vidas paralelas, aunque Francisco fue el más
importante. Deslindemos los datos. Eran primos, llegaron juntos a las Indias el
año 1537, y se incorporaron a las tropas de Pizarro, luchando en las Salinas
cuando Almagro fue derrotado. Formaron parte de la expedición de Pedro de Candía
en la que se fraguó el intento de asesinar a Hernando Pizarro, pero el
implicado fue Pedro, y no Francisco. Después, los dos partieron con Pedro de
Valdivia a la campaña de Chile, donde quien llegó a la cumbre del poder fue
Francisco, ocupando el cargo de Gobernador tres veces: de forma interina (sustituyendo
provisionalmente a Valdivia), luego con derechos dudosos cuando murió Valdivia,
y, finalmente, de manera fija por orden de Rey. En Chile había grandes
dificultades porque los araucanos eran los nativos más bravos de todas las
Indias. Francisco tuvo a su primo Pedro como uno de sus principales capitanes,
y tomó la disposición de que le sustituyera como Gobernador en caso de que él
muriese, lo que ocurrió en 1563. Pedro era de Mombeltrán (Ávila), y falleció en
1577. Francisco nació en Santervás de Campos (Valladolid), donde cuentan con
otro hijo muy ilustre, Juan Ponce de León, Gobernador de Puerto Rico y descubridor
de Florida (pero esa es otra historia).
No hay comentarios:
Publicar un comentario