lunes, 1 de mayo de 2023

(2019) Muerte de Moctezuma, y la situación se volvió desesperada. Hay versiones de que Cortés lo ejecutó, pero Bernal estaba allí, y es muy creíble su narración y su dolor. (Y así, cuando Cortés ejecute a Cuauhtémoc, Bernal lo contará muy críticamente).

 

     (72) -Y hubo, querido socio, otra tragedia para  el debate histórico.

     -Tendremos que emplear la lógica, sabio doctor, acerca de lo que realmente ocurrió. Moctezuma no quería intervenir para aplacar a los mexicanos. Da la sensación de ser un hombre harto de los dos bandos, el de Cortés y el suyo: “E fueron el padre de la Merced y Cristóbal de Olid, y le hablaron con mucho acato y palabras muy amorosas. E dijo el Moctezuma. ‘Yo tengo creído que no podré parar la guerra, porque ya tienen alzado a otro señor. Han decidido no dejaros salir de aquí con vida’. Y Moctezuma se puso en un pretil de una azotea con muchos de nuestros soldados guardándole, y les comenzó a hablar a los mexicanos con palabras muy amorosas, diciéndoles que dejasen la guerra porque nos iríamos de México. Y muchos principales bien le conocieron y mandaron a sus gentes que no tirasen piedras ni flechas, y se acercaron cuatro de ellos y le dijeron llorando a Moctezuma. ‘¡Oh, gran señor, cómo nos pesa de vuestro mal y daño!’. E le hicieron saber que ya habían levantado por señor a su hermano Cuitláhuac, señor de Iztapalapa, y no era Cuauhtémoc, pues fue señor después. Y dijeron también que la guerra no la habían de acabar hasta que todos nosotros muriésemos. Y de seguido tiraron tanta piedra y vara que los soldados que le protegían con las rodelas, como mientras Moctezuma hablaba con ellos no daban guerra, se descuidaron un momento y le dieron tres pedradas, una en la cabeza, otra en un brazo y otra en la pierna. Y aunque le rogaban que se curase y comiese, diciéndoselo con buenas palabras, no quiso; y en poco tiempo se supo que había muerto. Y Cortés lloró por él, y todos los capitanes y soldados, e hombres hubo entre nosotros, de los que le conocíamos y le tratábamos, que le lloraron tanto como si fuera nuestro padre; y no nos hemos de maravillar, viendo qué tan bueno era. Y decían que fue el mejor rey que en México había habido, e que por su persona había vencido tres desafíos que tuvo sobre las tierras que sojuzgó”.

     -Habría que hacer sonar, hijo mío, las tristes trompetas del Réquiem de Mozart para este desgraciado personaje digno de las tragedias griegas: con él se apagó para siempre el sol del mundo azteca. Y como te recordé al principio, surgió un debate histórico que nunca se ha cerrado. En México ha echado fuertes raíces la versión de que Cortés asesinó a Moctezuma. Todo es posible, pero, sin ser un santo, tampoco era un tonto, sino siempre un frío e inteligente calculador, y tuvo que ser consciente de que, especialmente en aquella desesperada situación, Moctezuma les valía más vivo que muerto. (Sigamos con la terrible tormenta). Era tanta la religiosidad de aquella época, incrédulos y descarriados materialistas, que los soldados llegaron a criticarle al fraile que no consiguiera convertir a Moctezuma antes de morir: “Nos dio tanta tristeza su muerte, que se lo tuvimos a mal al padre de la Merced que no le hubiese atraído a que se volviese cristiano, y él dijo por descargo que no había creído que de aquellas heridas muriese”. Luego Cortés tuvo una idea absurda: les envió el cuerpo de Moctezuma a los mexicanos con unos principales que tenía presos, para que les contaran lo que pasó, y con la petición de que “alzasen por rey a un primo de Moctezuma que estaba con nosotros, pues le pertenecía heredar, porque al que habían alzado por señor no le venía por Derecho, y de que se hiciesen paces para salirnos de México; con el aviso de que si no lo hacían, saldríamos a darles guerra e quemarles todas las casas”. La reacción de Cuitláhuac fue explosiva: “Nos dieron batalla con muy grandes gritas y silbos y rociadas de piedra y vara y flecha, y procurando poner fuego a nuestros aposentos”. Y de nuevo Cortés se equivocó creyendo que, echándose un farol heroico, se iban a arrugar: “Se acordó que, al otro día, saliésemos todos del real a luchar bravamente para ver si, por ventura, les hiciésemos que cesaran la guerra, y se pudiera tratar alguna paz para salir libres. Y aunque lo hicimos muy varonilmente, y matamos a muchos contrarios, todo fue nonada para el daño, así de muertes como de heridas, que nos dieron”. Preciosa situación: ¿qué podemos hacer, compañeiro?

     (Foto: El grabado muestra la versión española de la muerte de Moctezuma. Esa pedrada fue el preludio de la épica derrota de Cortés y los suyos).




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