(1467) Habrá que añadir algo más acerca de
la disputa entre los tres rivales, Jiménez de Quesada, Belalcázar y Federman, y
de su viaje a España: “Estando en El Nuevo Reino de Granada, hubo cambios de
opinión. Belalcázar, que le había asegurado a Quesada que él solo quería
continuar viaje hacia las tierras del supuesto (y mítico) El Dorado, le
propuso a Federman aliarse para arrebatarle a Quesada su conquista, a quien
después le envió un mensajero exigiéndole que se retirara del Nuevo Reino de
Granada porque pertenecía a Perú, que era lo conquistado por Francisco Pizarro
(quien será asesinado dos años más tarde). Recibido el mensaje, Jiménez
de Quesada se negó por completo a aceptar sus exigencias. Al mismo tiempo,
Federman no quiso aliarse con Belalcázar para traicionar a Jiménez de Quesada,
y, después de muchas discusiones, los clérigos de cada uno de los tres ejércitos
lograron que llegaran a un acuerdo. Se comprometieron a ir los tres a España para aceptar las
decisiones de las autoridades, y dejar entretanto al mando del territorio a
Hernando Pérez de Quesada, hermano de Gonzalo Jiménez de Quesada. Incluso el
duro Belalcázar tuvo un gesto noble. Aunque Jiménez de Quesada quiso regalarle
oro, lo rechazó con dignidad para que nadie creyese que estaba traicionando a
Francisco Pizarro. Los tres firmaron este compromiso, y en febrero de 1539 fueron recibidos en Santa
Fe con un clamor de júbilo general, ya que la situación anterior parecía
explosiva. Después se dispusieron los tres caudillos a partir hacia España, y
prepararon embarcaciones a orillas del río Magdalena. Además, Belalcázar, que,
gracias a su gran veteranía, sabía perfectamente cómo había que dar firmeza a
las poblaciones recién establecidas y dejarlas bien aprovechadas, le aconsejó a
Gonzalo Jiménez de Quesada que cambiara el carácter militar de Santa Fe, que
hasta entonces era utilizada como lugar de preparación de nuevas exploraciones,
y la convirtiera en una ciudad más valiosa. Y, haciéndole caso, Gonzalo Jiménez
de Quesada repartió entre los soldados los primeros lotes de tierra para que se
asentaran en la ciudad y adquirieran hábitos de trabajo, dejando en segundo
lugar la vida aventurera. Después, los tres conquistadores emprendieron su
viaje por el río Magdalena, y siguieron desde Cartagena de Indias hasta España,
donde obtuvieron, como veremos, menos de lo que pensaban”. Con esto, damos fin a la breve crónica que he
estado siguiendo, la llamada “Epítome de la conquista del Reino de Nueva Granada”,
que, aunque se le ha atribuido a Jiménez de Quesada, carece de sentido, porque
él, hombre de gran cultura, escribía mucho mejor. De hecho, ahora se dice que
el verdadero autor fue Alonso de Santa Cruz. Pero seguiremos con otros
cronistas. (En la imagen, lugar de partida de los tres rivales).
No hay comentarios:
Publicar un comentario