(1461) El viaje Magdalena arriba va a ser extraordinariamente
largo y muy dificultoso: “Partido el dicho Licenciado Jiménez de Quesada, subió
por el río descubriendo tierras durante más de un año por sus riberas y
superando en cien leguas lo recorrido por los anteriores. Se detuvo en un lugar
llamado La Tora, habitado por indios, al que se tardó mucho en llegar por
grandes dificultades de aguas, de malos caminos y de montes muy cerrados. Se
detuvieron allí para invernar porque era imposible seguir adelante, pero el Licenciado
decidió ir a
descubrir por un río pequeño. Teníamos ciertas esperanzas de éxito, porque
habíamos visto que, la sal que comen por
todo el río arriba los indios, les llega de unos a otros desde la costa de Santa Marta. Aunque la sal cuando
llega muy arriba ya es tan poca, que vale muy cara y solo la comen los indios importantes,
de forma que los demás la tienen que hacer de orines de hombres y de polvos de palma. Pero, además de esto, vimos
otra sal, no suelta como la anterior, sino en bloques macizos. Y, cuanto más
arriba subíamos, más barata era la sal. Por esto, vimos claramente que, si la sal
de grano subía por río, y la otra bajaba, la tierra de donde procedía había de ser
muy buena, porque llegaba en gran cantidad. Además contaban los indios que los
mercaderes que bajaban la sal decían que en su territorio había grandes
riquezas, y allí mandaba un poderosísimo señor”. Tuvo que ser un momento de enorme alegría
comprender que había muchas posibilidades de encontrar más adelante tribus y
territorios de gran importancia, totalmente desconocidos para los españoles.
Pero sigamos: “El Licenciado Jiménez de Quesada, como está dicho, fue por el
río pequeño yendo tierra adentro. Los bergantines volvieron a la mar,
quedándose la mayor parte de la gente con el dicho Licenciado, y también sus
capitanes, para suplir de alguna manera
a los muchos soldados que ya habían muerto. El Licenciado atravesó con hartas
dificultades montañas poco pobladas por los indios, pero siempre encontraba en
sus pueblos grandes cantidades de sal, por lo que comprendió claramente que
aquella era la ruta por la que se bajaba. Después el Licenciado llegó a tierra llana,
estando ya en el dicho Nuevo Reino de Granada, el cual comienza pasando las
dichas montañas”. Los españoles, aunque conscientes de haber encontrado lo que
buscaban, estaban desorientados y carecían de intérpretes, porque las lenguas
de aquellas alturas eran diferentes a las de los indios de la zona de Santa
Marta. No obstante, se dispusieron de inmediato a organizar la conquista de
las nuevas tierras. Y pronto vieron
riquezas: “Después de haber atravesado las sierras, en una tierra a la que se
puso el nombre de San Gregorio, los indios les dieron ciertas esmeraldas”. Así
que, ‘llegaron y besaron al santo’.
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