domingo, 9 de octubre de 2022

(1849) PARTE FINAL DEL DOCUMENTO. En estas situaciones, los soldados solían rebelarse, apresando o matando a su capitán. En este caso, decidieron obedecer, pero presentándole al Rey una denuncia contra ÑUFLO DE CHAVES.

 

     (1449) (Tercera y última parte del requerimiento oficial que le hicieron sus hombres a Ñuflo de Chaves): “Por este motivo, y por los que puedan suceder si en esta cruelísima tierra nos detuviésemos más, siendo, como todos dicen, los de esta comarca los de peor condición, y estando nuestra tropa en gran disminución, se supone que, de seguir adelante, nos abandonarán los indios amigos que traemos en nuestra compañía, de lo que puede resultar la perdición de todos los que aquí estamos. Por tanto, en la forma debida, unánimes y conformes requerimos al señor Capitán, cuantas veces sean precisas,  que con toda la brevedad posible salga de esta tierra con el mejor orden y seguridad que convenga, vuelva por el camino que vino y se asiente en tierra pacífica y segura, como es la que atrás hemos dejado. De forma que, convalecida y recuperada la gente de los trabajos pasados, se pueda consultar con deliberado consejo lo que más convenga al servicio de Dios y de Su Majestad. Y si, con todo, perseverase Su Merced en pasar adelante, como lo ha dado a entender, le hacemos responsable de todas las muertes y daños, y pérdidas y menoscabos que en tal caso se siguiesen y recrecieren, así de españoles como de indios amigos. Para lo cual ponemos nuestras personas y bienes, así como las encomiendas que de Su Majestad hemos recibido, bajo la protección de su real amparo, requiriendo a Su Merced el cumplimiento de la orden que le fue dada para llevar a efecto la fundación del poblado y su mantenimiento. Para lo cual, todos conformes, estamos dispuestos a cumplir lo que en este caso debemos y a lo que estamos obligados. Dicho todo lo cual, pedimos a vos, el presente escribano, nos lo deis por fe y testimonio en pública forma y manera, para que haga fe y se presente ante Su Majestad, y en los tribunales que nos parezcan más convenientes, y lo firmamos con nuestros nombres: Rodrigo de Osuna, Lope Ramos, Melchor Díaz, Pedro Méndez, Diego de Zúñiga, Francisco Díaz, Diego Bravo, Juan Hurtado, Andrés López, Martín Notario, Francisco Álvarez, Rodrigo de Grijalva, Francisco Rodríguez, Antón Conejero, Juan Riquel, Bernabé González, Juan de Pedraza, Pedro de Sayas, Antonio de Sanabria, Vasco de Solís, Julián Ximénez, Antón del Castillo, Diego de Peralta, Juan Vizcaíno, Diego Bañuelos, Gabriel Logroño, Nicolás Verón, Juan de Quintana, Bartolomé Justiniano, Cristóbal de Alzate, Baltasar García, Alonso Hernández, Pedro Coronel, Diego de Tobalina, Juan Ruiz, Bernabé de Vera, Juan Barrado, Bernardo Genovés, Juan Campos, Alonso López de Trujillo, Francisco Sánchez, Pedro Campuzano, Alonso Portillo, Juan Calabrés, Francisco Bravo, Pedro Cabezas, Alonso Parejo, Pantaleón Martínez, Alonso Fernández, Blas Antonio, Juan López, Hernando del Villar, Antonio Roberto, Francisco Delgado, Diego Díaz Adorno, Juan Salgado, Gonzalo Casco y Pedro de Segura”. Se supone que estos 58 que firmaron eran los miembros más notables de la heroica tropa.

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