lunes, 8 de febrero de 2021

(Día 1338) La hija del cruel cacique Hirrihigua le salvó la vida a Juan Ortiz, quien luego estuvo ocho años entre los indios del buen Mucozo, tras los cuales, pudo juntarse con la expedición de Hernando de Soto.

 

     (928) Cuando Juan Ortiz llegó y le  contó al cacique la historia, mostrándole las llagas de sus quemaduras como prueba de los malos tratos que le daba Hirrihigua, y, lo que era más importante,  de parte de quién iba, Mucozo lo recibió muy bien. El cronista añade que Alonso de Carmona apuntó en su breve relato: "Entonces el cacique lo abrazó y lo besó en el rostro en señal de paz". Por si fuera poco, le prometió que, mientras él viviese, no permitiría que nadie le molestara. Y así fue: "Todo lo que este buen cacique dijo en favor de Juan Ortiz lo cumplió, y mucho más de lo que prometió, y siempre de día y de noche lo traía consigo, haciéndole mucha honra. Y así lo trató hasta que el gobernador Hernando de Soto entró en la Florida.

Diez años fueron los que Juan Ortiz estuvo entre aquellos indios: el uno y medio en poder de Hirrihigua y los demás con el buen Mucozo". El ejemplo del cacique le sirve a Inca Garcilaso para subrayar el contraste  entre la fidelidad y generosidad de algunos infieles con el comportamiento mezquino y cruel que a veces tienen los cristianos.

     Hernando de Soto ya había oído hablar del caso de Juan Ortiz en la Habana, y ahora lo veía confirmado: "Al saber que Juan Ortiz estaba en poder del cacique Mucozo, envió  a por él para sacarlo de poder de indios, y también porque lo necesitaba como intérprete de quien se pudiese fiar. Para lo cual eligió un caballero natural de Sevilla, nombrado Baltasar de Gallegos (recordemos la reciente imagen), que iba por alguacil mayor de la armada y del ejército, el cual, por su mucho valor y esfuerzo, merecía ser general de otro mayor ejército que aquel. Y le dijo que, con sesenta lanceros fuese adonde Mucozo y le rogara que le entregase a Ortiz, y que, cuando le pareciese viniese a visitarle, pues le estaba muy agradecido, y se alegraría mucho de conocerlo y tenerlo por amigo".  

     El cacique Mucozo ya se había enterado de la llegada de los españoles por el mar, y, además, con un poderoso ejército, de manera que, temiendo un ataque, él mismo quiso que Juan Ortiz fuera a su encuentro para contarles todo el bien que le había hecho y les pidiera que correspondieran con una actitud amistosa. Lo envió acompañado de un grupo de indios, y se produjo un incidente cuando indios y españoles se vieron de frente por el camino. Empezó una pelea y el sevillano Francisco Morales, veterano de las guerras de Italia, hirió a un indio, e incluso Ortiz corrió riesgo, porque tenía toda la pinta de ser un nativo, ya que iba tan desarrapado como ellos, siendo atacado por un español natural de Alburquerque y llamado Álvaro Nieto (había partido de España en 1538 para la Florida con sus hermanos Juan Nieto y Esteban Torrejena). Hasta le costó expresarse en castellano, pero, finalmente, pudo explicar que era de Sevilla y darse a conocer.

     Cuando llegó Juan Ortiz al emplazamiento de los españoles le dieron una acogida entusiástica: "Hernando de Soto recibió a Juan Ortiz como a propio hijo, con lástima por tantos trabajos y martirios como él había dicho, y su mismo cuerpo mostraba haber pasado. Acarició a los indios que con él vinieron, y mandó que con gran cuidado curasen al que había sido herido. Despachó aquella misma hora dos indios al cacique Mucozo con mucho agradecimiento por los beneficios que había hecho a Juan Ortiz, por habérselo enviado libremente y por el ofrecimiento de su persona y amistad. Les pidió que le dijeran que, en nombre del emperador y rey de España, en el de todos aquellos capitanes y caballeros que con él estaban y en el suyo propio, le rogaba que viniese a visitarlos, pues todos tenían deseos de verlo y conocerlo".

 

     (Imagen) Cuando uno lee la historia de JUAN ORTIZ y ve que las hijas del cacique Hirrihigua, especialmente la mayor, evitaron que su padre lo matara, le viene de inmediato a la mente la historia de Pocahontas. He comprobado que, de hecho, pudo haber tenido mucho que ver lo uno con lo otro. No hay certezas, pero sí demasiadas similitudes. Inca Garcilaso publicó su 'La Florida del Inca' el año 1605, y, en 1624, hubo alguien que escribió un libro en el que, entre otras cosas, hablaba de que Pocahontas, hija de un cacique de Virginia le salvó la vida cuando su padre lo iba a matar, como se muestra en la imagen. El autor del texto fue el inglés John Smith (que también es casualidad que su nombre sea  casi equivalente al Juan Ortiz español), un soldado aventurero, muy culto y magnífico cartógrafo, que anduvo por las tierras de Virginia. Es de suponer que le interesaran las crónicas de Indias, que leyera con especial interés el libro de Inca Garcilaso, por referirse a La Florida (tan próxima a Virginia), y que, habiendo sido apresado por los indios, adornara su historia personal plagiando lo que le pasó a Juan Ortiz. De hecho, los historiadores ponen en duda que la romántica escena entre él y la india fuera cierta. No hay duda de que Pocahontas existió, y es casi seguro que John Smith la conociera, pero no se casaron. Hubo tiempos de paz y tiempos de guerra entre los colonos ingleses y los indios, y el año 1613 a Pocahontas la capturó un tal Samuel Argall, por ser hija de cacique, con la intención de canjearla en Jamestown por gente a la que habían apresado los indios. Ya liberada, convivió con los ingleses, y alcanzó el éxito social al casarse con John Rolfe, un  rico y viudo cosechador del primer tabaco de Virginia. Tuvieron un hijo, llamado Thomas, y el año 1616 hicieron un viaje a Londres para promocionar el tabaco que cultivaban. Pocahontas, con su belleza exótica (y la compañía de diez indios de su tribu powhatan) fue muy bien recibida por la alta sociedad inglesa, con gran éxito para el marketing tabaquero. En 1617, cuando la familia se preparaba para regresar, POCAHONTAS fue víctima de una grave enfermedad, de la que murió con solo 21 años. Después su hijo Thomas se convirtió en uno de los más ricos hacendados de Virginia, pero, al mismo tiempo, los conflictos de guerra fueron diezmando a los indios powhatan. También nuestro amigo JUAN ORTIZ morirá pronto.




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