domingo, 26 de marzo de 2023

(1988) Feliz romance de una hija del cacique Xicoténcatl con el bravo (y guaperas) Pedro de Alvarado. La temible Cholula se menciona por primera vez. Ordaz hace la proeza de subir a la cima del Popocatépetl.

 

     (41) –Afortunadamente, nocturno ruiseñor, Cortés renunció a hacer papilla los ídolos, y se conformó con instalar un altar.

     -Y en él, piadoso clérigo, “se dijo misa al otro día e bautizaron a las cacicas, y se puso a la hija de Xicoténcal el Viejo el nombre de doña Luisa, y Cortés la tomó por la mano (era para él) y se la dio a Pedro de Alvarado (el rubio “Toniatu”), y le dijo a Xicoténcal que lo tuviera por bien porque era su hermano y capitán y la trataría muy bien”.

     -Y tan bien que la trató, poético socio: fue un bello  romance que lo alargaron cuanto pudieron. “Y a las demás se les pusieron nombres de pila, y todas con sus dones”. El título de ‘don’ era muy distinguido: obsérvese que Cortés no lo tenía. A Bernal se le pone a tiro una digresión, y allá se lanza: “Aquella cacica, doña Luisa, era acatada y tenida por señora en la mayor parte de Tlaxcala. E della tuvo el Pedro  de Alvarado, siendo soltero, un hijo, don Pedro, e una hija, doña Leonor, que agora es mujer de don Francisco de la Cueva, buen caballero, primo del duque de Alburquerque; y es muy excelente señora, en fin, como hija de tal padre, que llegó a ser comendador de Santiago, gobernador de Guatemala, y es el que fue a Perú con una gran armada. Dejémoslo e volvamos a Cortés”.

     -Recuperado el hilo, dottore, Bernal dice que Hernán se reunió con varios caciques para que le hablaran de México. “Y Xicoténcal, como era muy avisado y gran señor, tomó la mano a hablar, y dijo que Moctezuma era tan poderoso que, cuando quería tomar un pueblo, ponía en campo 150.000 hombres. Y Cortés le dijo: ‘Pues con tanto guerrero, ¿cómo nunca os acabaron de vencer?”. Xicoténcal le dio varias razones: también ellos les mataban a muchos, había otros pueblos que odiaban a  Moctezuma, y, además, gran parte de sus soldados iban forzados a la guerra y luchaban sin ganas. Justo entonces, el cacique mencionó algo premonitorio, que sería el mayor obstáculo en el avance hacia México, y donde se daría el ataque español más criticado por los indigenistas: ¡CHOLULA! Le dijo Xicoténcal a Cortés “que de donde más mal les ha venido continuamente es de una ciudad muy grande que está de ahí a un día de andadura, que se llama Cholula, que son grandes traidores; y que allí metía Moctezuma secretamente sus capitanías, y como estaba cerca, les asaltaban de noche”. Añadió datos sobre Tenoctitlán.  Pero subamos al Popocatépetl.

     -Lo viste humear hace tres años con esos tus ojos pecadores, jubiloso corretón, y quieres que nos acerquemos con Bernal al volcán Popocatépetl. Nos cuenta una historia: “En aquella sazón que estábamos en Tlaxcala, el volcán que llaman Popocatépetl echaba mucho fuego, y un capitán nuestro que se decía Diego de Ordaz (ya saben, el que, según falsos rumores, fue asesinado por mi sobrino Pedro Ortiz de Matienzo) tomó codicia de ir a ver qué cosa era, y demandó licencia a Cortés para subir a él, y se la dio; llevó consigo dos soldados y ciertos indios principales, que le dijeron que no se atreverían a subir más arriba de donde  tienen unos cúes de sus ídolos”. En el ascenso pararon una hora hasta que se calmó algo una llamarada envuelta en ceniza y humo, y después los tres españoles continuaron adelante. “Subieron luego hasta la boca, que era muy redonda y que tendría el anchor de un cuarto de legua (no resulta muy exagerado, porque mide 840 metros), y que desde allí se aparecía toda la ciudad de México y la laguna y los pueblos que  están en ella. Y está este volcán obra de 13 leguas de México (casi exacto: son 70 km). Y después de bien visto, muy gozoso el Ordaz y admirado de haber visto México y sus ciudades, volvió a Tlaxcala, teniéndolo los indios en mucho atrevimiento, y nosotros nos admiramos de ello. Y cuando llegó Diego de Ordaz a Castilla lo demandó como armas (para su escudo) a Su Majestad, y así lo tiene ahora un su sobrino que vive en Puebla”.

     (Foto del Popocatépetl tomada desde Cholula. En esta ciudad quedó un pésimo recuerdo de las tropas formadas por españoles y tlaxcaltecas; era una población considerada especialmente sagrada por sus numerosos templos, y sobre una de esas pirámides-adoratorio se construyó la bella iglesia del primer plano: el santuario de Nuestra Señora de los Remedios).




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