-Es realmente decepcionante, reverendo, pero él solo atendía a los
resultados. Veamos lo que ocurrió. Los totonacos estaban eufóricos por haberse
atrevido a cumplir lo que les mandaba Cortés, apresar a los 5 recaudadores de
Moctezuma. Pronto se extendió la noticia asombrando a los demás indios
sometidos y estimulando su rabia dormida. No llegaron a sacrificar a los presos
porque Cortés se lo impidió. Hasta ahí, todo muy bien. Pero luego ‘el
maniobrero’ logró con tretas liberar a dos, y tuvo la santa jeta de
preguntarles que por qué les habían apresado. “Y respondieron que los caciques
de Cempoala lo hicieron con su favor, y Cortes dijo que no sabía nada y que le
pesaba de ello, y les dijo muchos halagos, y que se fuesen luego adonde su
señor Moctezuma a decirle que éramos sus grandes amigos e servidores. Y cuando
amaneció y los caciques vieron que había dos presos menos, querían muy de hecho
sacrificar a los otros tres, pero Cortés no les dejó, e se hizo el enojado
porque se habían huido los otros”. El caso era quedar bien con Moctezuma.
-Esa es, querido secre, la primera parte de la maniobra. La segunda, y
más importante, cayó por su propio peso: “Los indios dijeron que qué harían,
que vendrían sobre ellos los poderes del gran Moctezuma y no podrían escapar de
ser muertos y destruidos. Y dijo Cortés con semblante muy alegre que nosotros
les defenderíamos y mataríamos a quien enojarlos quisiese. Entonces prometieron
todos aquellos pueblos y caciques a una que serían con nosotros en todo y
juntarían sus poderes contra Moctezuma. Y aquí dieron obediencia a Su Majestad
ante el escribano Diego de Godoy, y todo lo que pasó lo enviaron a decir a los
demás pueblos. Como ya no pagaban tributo ninguno, no cabían de gozo de haber
quitado aquel dominio”. Pues siento decirlo, querido socio, pero el método me
parece vergonzoso y pueril: Cortés se podía haber ahorrado el numerito de
soltar a los recaudadores y andar con esos fingimientos, porque lo importante,
la adhesión de los indios, ya la tenía bien cocinada, y el único recado que los
aztecas llevarían a Moctezuma sería el de que se trataba de un tramposo
congénito.
-Aunque es posible, reve, que el impaciente Cortés lo hiciera para acelerar
esa adhesión. Pero sí: resulta algo denteroso. Prosiga su reverencia.
-Vamos a ver cómo Veracruz se convierte en una ciudad corretona. Sigan
el hilo vuesas mersedes. La 1ª fundación fue más o menos donde está hoy en día,
y ya nos dimos cuenta de que Cortés la creó como un ente virtual, aunque con
todos los protocolos y nombramientos oficiales; no había edificios: ni iglesia,
ni ayuntamiento, pero, eso sí, plantó la picota y la horca por si alguien ponía
pegas a su decisión de poblar, que había supuesto un acto de rebelión contra el
gobernador Velázquez. Ahorita mismo Cortés ha conseguido que los indios
totonacos se declaren ante notario vasallos del emperador Carlos. Era la
ocasión de poblar de verdad la Veracruz ya fundada con tinta sobre el papel,
pero en un sitio mejor. Fue el 2º emplazamiento. Dice Bernal: “Después que
hubimos hecho liga y amistad con más de 30 pueblos que se decían totonacos,
acordamos fundar (en realidad, poblar)
la Villa Rica de Veracruz en unos llanos, a media legua del pueblo que se dice
Quiahuiztlán (en el mapa, Punta Villa
Rica), trazando (ahora sí)
iglesia y plaza y atarazanas (astilleros),
y todas las cosas que convenía para ser villa. E hicimos una fortaleza, y nos
dimos mucha prisa trabajando todos (Cortés
incluido), desde el mayor al menor, y con los indios, que nos ayudaban”.
Pronto se vio que el fondeadero del lugar no reunía buenas condiciones. El año
1525, se abandonó haciendo el tercer emplazamiento en lo que actualmente se
llama Antigua. Y bastantes años después, en 1599, se instaló definitivamente
Veracruz (4º emplazamiento), donde hoy se encuentra su poderoso puerto. Lo
que son las cosas: es el mismo lugar en el que Cortés hizo la primera
fundación, la virtual, en la costa que tiene enfrente el islote de San Juan de
Ulúa. Nos ha costado desenredarlo porque hay mucha confusión sobre el tema,
querido secre, pero ya está claro. ¿Qué tal un trago?
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