domingo, 12 de febrero de 2023

(1952) Los indios mataron a unos 50 españoles y se decidió regresar a Cuba. Aunque el gran piloto Alaminos insistiera erróneamente en que Yucatán era una isla, acertó al regresar por Florida, descubierta por él anteriormente.

 

     (5) –Da miedo verlo hasta desde la barrera, secre. Que vienen, que vienen los escuadrones de Potonchán, “con sus arcos, flechas, rodelas, espadas, hondas con piedras, y con las caras pintadas”. -De momento fue solo un acercamiento táctico, caro Sancio. “Esto pasó a las horas de las avemarías (anochecer)”. Los indios se marcharon, pero “cuando ya era de día claro, vinieron muchos más y nos dieron tal rociada de flechas y piedras que hirieron a unos 80 de nuestros soldados. Le dieron diez flechazos (al capitán Hernández de Córdoba), y a mí tres. Y a dos soldados llevaron vivos, que uno era Alonso Boto, y el otro un portugués viejo”. Bernal siempre procura conservar la memoria de sus compañeros; parte el alma saber su destino. Todos los soldados se vieron tan desesperados, que optaron por abrirse paso a las bravas hasta  los bateles de la playa. -Así fue, socio: “Hechos todos nosotros un escuadrón, nos acogimos a los bateles, y fuimos al navío que venía con gran prisa a buscarnos. Ya embarcados, hallamos que faltaban unos 50 soldados, más los dos que llevaron vivos, y cinco que echamos a la mar a los pocos días, muertos de las heridas. Los pilotos le pusieron por nombre al lugar en las cartas de marear Costa de la Mala Pelea. Y ciertos soldados maldecían al piloto Antón de Alaminos porque porfiaba que el lugar era una isla y no tierra firme”.  Estaba equivocado,  y el “cabreo” de la gente se debía a que, de no ser tierra firme, su descubrimiento tenía poco valor. Era muy experto, pero se pasó de listo. -Yo creo, reverendo, que para calibrar la dosis de terror de aquella aventura, lo mejor sería ver Apocalypto, la película de Mel Gibson. Con todos descalabrados, “sólo un soldado quedó sin herir, y acordamos volver a Cuba, pero teníamos  falta de agua, y era tanta la sed, que teníamos las lenguas y las bocas hechas grietas”. Y Bernal, con el recuerdo, explota. Te dejo la delicatesen. -Okay, joven: “¡Oh, qué cosa tan trabajosa es ir a descubrir tierras nuevas, y de la manera que nosotros nos aventuramos! No lo pueden ponderar sino los que han sufrido esos excesivos trabajos”. -A pesar del malestar con el piloto Alaminos por insistir equivocadamente en que no habían descubierto tierra firme, aceptaron su consejo de volver a Cuba por la Florida, puesto que conocía bien la ruta. Consiguieron llevar agua al barco, “con lo que se alegraron todos como si les diéramos la vida, pero  un soldado, por la gran sed que tenía tomó una botija a pechos y bebió tanta agua que se hinchó y murió a los dos días”. (La imagen es ilustrativa. Alaminos se aferró a la chapuza de creer que estaban costeando una isla, y se trataba en realidad del inmenso México. Pero era un grandísimo navegante, y acertó al escoger el camino de vuelta a Cuba subiendo hasta la Florida, tierra que había descubierto en 1513 bajo el mando de Juan Ponce de León, con el recorrido que muestra el gráfico).




No hay comentarios:

Publicar un comentario