viernes, 23 de diciembre de 2022

(1915) Tras una masacre de españoles, colaboró en el castigo a los indios el extraordinario capitán Francisco de Cáceres, fundador de muchas poblaciones, como la de La Grita.

 

     (1515) Los alcaldes de San Cristóbal, al conocer por dos supervivientes la escabechina de españoles que habían hecho los indios, salieron escasos de gente para castigarlos, pero tuvieron la suerte de juntarse con otro grupo: “Viniendo de distinto lugar el Capitán Francisco de Cáceres y sus hombres, llegaron al sitio en el que había sido la matanza, y hallaron los cuerpos de los españoles clavados de flechas. Los indios se habían cebado en el de Pedro de Villarroel por ser el más valeroso, y también mataron a una mujer española. Viendo la tragedia, los españoles quedaron lastimadísimos porque eran compañeros de muchos de los muertos. Después de enterrarlos, siguieron camino, y, al llegar al valle de San Bartolomé, se encontraron con el Alcalde de San Cristóbal y los 30 hombres que le acompañaban para castigar a los autores”. No hubo ningún problema para que se juntaran ambas tropas con el fin de vengar la salvajada de los indios, y consiguieron aplicarles, como se pretendía siempre en casos similares, un castigo ejemplar. Resulta evidente que a cualquiera  de los soldados de las Indias hay que darle por supuesto un valor fuera de serie. Pero hubo también muchos, ya desaparecidos en el anonimato, que estaban dotados de cualidades extraordinarias. Y era el caso del mencionado FRANCISCO DE CÁCERES, del que me ha costado confirmar su identidad porque el cronista (o el copista) lo llama siempre Francisco de Cazares. Nuestro hombre nació en Sauquillo (Segovia) el año 1527. Siendo casi un adolescente, estuvo luchando en las guerras de Europa, y corriendo gran peligro de perder la vida. Llegó al Nuevo Reino de Granada (Colombia) con mando de capitán y lleno de prestigio, mostrando pronto una firme vocación fundadora de poblaciones, e hizo surgir las siguientes: Espíritu Santo, en 1573, que no duró mucho, pero en 1576 estableció la de La Grita (nombre puesto por la gritería de los nativos), y luego, sucesivamente,  las de  Altamira de Cáceres, Alcántara, Salazar de las Palmas, San José de Alcántara, Villa del Escorial, Medina de las Torres, Santiago de las Atalayas, Huesca y Valle de la Plata. Los oidores de La Real Audiencia de Bogotá le habían acusado de fundar Espíritu Santo sin  su permiso, y el expeditivo Francisco de Cáceres se fue a España para defenderse ante el Rey, el cual le dejó libre de cargas e incluso lo nombró Gobernador de La Grita (actualmente territorio venezolano). También soñó con encontrar El Dorado, de cuya campaña volvió fracasado y enfermo. Pero siguió peleando, y el año 1589 murió en un enfrentamiento contra los indios colombianos. Todo un carácter.




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