(1502) Se iba a corregir el
reparto de tierras y encomiendas en Santísima Trinidad de los Muzos, la
población recién fundada, pero las luchas eran frecuentes con los indios
colindantes: “Los españoles se vieron en gran peligro en un lugar llamado Las
Tetas de Ibama, que son unas puntas de unos cerros, ya que estaba lleno de
indios que les impedían el paso. Lo consiguieron al fin, y, llegando a la
ciudad, se hizo la distribución a principios del año 1566”. El cronista nos va
a hablar de la riqueza de esmeraldas que allí había, piedras preciosas que,
años atrás, los conquistadores apenas las apreciaban, aunque ya hubo un fraile
que las ocultaba para llevarlas a España: “Es necesario escribir algo de las riquísimas
minas de esmeraldas que en tiempos del Gobernador Cepeda, el 9 de agosto de
1564, se descubrieron en un cerro llamado Itoco, donde había un poblado de
indios que le había tocado en suerte al encomendero toledano Alonso Ramírez
Gaseo, natural del Corral de Almaguer (vamos a dedicarle la imagen de su
lugar natal, ya que nunca se sabrá si él pudo sacar algún provecho de ellas).
Estas minas han sido tan ricas de lucidas esmeraldas, que han llenado el mundo
de ellas, e, incluso, han hecho bajar su precio. Entre algunas que se sacaron
los primeros días, hubo dos tan limpias, verdes, finas y brillantes, que,
estimándose que solo eran dignas de su Rey, las llevaron a la Corte, fueron
tasadas en 24.000 mil pesos de oro, y el Rey les dio ese importe a los que las
habían hallado. Al Corregidor que hemos mencionado, Álvaro de Cepeda de Ayala,
le sucedieron en esta ciudad Juan Suárez de Cepeda, Carlos de Molina, Gonzalo
de León y Álvaro Mejía Serrano. Después volvió a gobernar, con título de
Gobernador que trajo de España, Álvaro de Cepeda, durando sólo seis meses porque
no cumplió ciertas capitulaciones que había hecho con el Rey, asumiendo el cargo
otra vez Juan Suárez de Cepeda. En este tiempo, entrado ya el año mil
quinientos ochenta, quiso Dios que se descubriera, gracias a una india, un alzamiento
general que habían preparado los muzos para matar a todos los vecinos el Jueves
Santo por la noche, mientras duraba la procesión. Para impedirlo castigándolos,
unos días antes del que tenían fijado los indios para cometer la maldad salió
el Capitán Rafael de Pina, y ejecutó a más de cien, quedando el territorio apaciguado
del alzamiento de los indios colimas”. A Juan Suárez lo sustituyó Luis Carrillo
de Ovando, que ejerció seis años, y después se utilizó a corregidores, hasta
que se vio la necesidad de volver a servirse de gobernadores, siendo nombrado entonces
Nuño de Solís.
No hay comentarios:
Publicar un comentario