lunes, 12 de junio de 2023

(2055) Los dos vencidos, Narváez y Garay, se hicieron amigos de su vencedor, Cortés. Garay enfermó y murió pronto. Enemigos de Cortés lanzaron el bulo de que él lo había envenenado. Garay fue uno de los primeros en llegar a Las Indias.

 

     (108) –Qué espectáculo, coleguita: Narváez y Garay con Cortés.

     -Tres grandes personajes, querido Sancho, uno rebosante de gloria, y los otros dos con el orgullo malherido, pero todos caballerosos; aunque el fondo del alma de Cortés era un misterio. Oigamos a Bernal: “Y llegado que fue a México Garay, el mismo Cortés y muchos caballeros salieron a recibirle, y Garay iba asombrado de ver tantas ciudades, y especialmente por la de México”. Le habló a Hernán de su mala fortuna y le pidió ayuda. “Cortés se ofreció de muy buena voluntad y se habló de casar  una hija suya, que se llamaba Catalina Pizarro, que era niña (tendría 9 años y nació fuera de matrimonio), con un hijo de Garay, que venía como capitán en la armada; y también le prometió ayudarle para que fuese a poblar donde el río de Palmas. Y con estos prometimientos, Garay estaba muy alegre”. Puesto que luego hubo otro sospechoso enigma, Bernal anticipa una muestra de confianza en Cortés: “Yo tengo por cierto que así como lo había capitulado y ordenado, lo cumpliera”.  Garay se quedó en casa de un amigo, “porque Cortés estaba haciendo sus palacios, tan grandes y con tantos patios que parecían el Laberinto de Grecia. Como estaba en México Pánfilo de Narváez vino a ver a Garay, y abrazándose el uno al otro, se pusieron a hablar de sus trabajos y desdichas; y Narváez, medio riendo le dijo: ‘Hanme dicho que solía decir vuestra merced a sus capitanes que pelearan muy bien con los soldados de Cortés, para que no les tomaran descuidados como tomaron a Narváez. Pues sabed que nunca me han vencido descuidado, y que no ha habido en el mundo otro hombre más venturoso que Cortés, que lo ha sido como Octaviano, y en el vencer, como Julio César, y en el trabajar en las batallas, más que Aníbal’. A lo que respondió que en sus obras se veía. Luego Garay suplicó a Cortés que le diese licencia a Narváez para volver a Cuba con su mujer, que estaba rica de minas. Cortés lo concedió, y le ayudó con dos mil pesos”. Pero hay heridas que cierran en falso: más tarde Narváez, ya en España, testificó contra Cortés. ¿Qué fue de Garay, daddy?

     -Otro misterio, peque: “La noche de Navidad de 1523, después de maitines, almorzaron Cortés y Garay con  mucho regocijo, y después de una hora, con el aire que le dio a Garay, que ya estaba mal dispuesto, le dio dolor de costado con grandes calenturas. ¿Y?

Cortés, irremediablemente, provocaba envidias. Pero sus abusos dieron origen al odio; y el odio de sus enemigos se cebó en él buscándole la ruina en virulentos procesos; y los procesos incidieron principalmente en posibles asesinatos. Nadie le tenía más ganas que mi sobrino, el oidor Juan Ortiz de Matienzo, deseoso de degollarlo, a ser posible con cuchillo herrumbroso y mellado, y en sus manos estaba la instrucción judicial. Pero también de estas guerras salió bien librado. De sobra conocía Bernal todas las habladurías contra su gran jefe; pero solo le criticaba en cosas probadas. Una de las acusaciones contra Cortés fue la de haber envenado a Garay. Bernal, después de decir que se había puesto malo, reduce su versión a esto: “Mandaron los médicos sangrar y purgar a Garay, y desde que vieron que arreciaba el mal, le dijeron que se confesase e hiciese testamento. Dejó por albacea a Cortés (prueba evidente de que le tenía confianza), y a los cuatro días de tener el mal, dio el alma a Nuestro Señor, que la crio. Y esto tiene la tierra de  México, que en tres o cuatro días morían de aquel mal de costado muchos de nuestros soldados en Texcoco y Coyoacán. Pues ya muerto Garay –perdónele Dios, amén- le hicieron muchas honras en el enterramiento, y Cortés y otros caballeros se pusieron de luto. Y como algunos maliciosos estaban muy mal con Cortés, decían que le había dado rejalgar (arsénico) en el almuerzo, y fue gran maldad decirlo, porque ciertamente de su muerte natural murió, porque así lo juraron sus médicos (probablemente en el juicio posterior)”.

(Foto 1ª.- Francisco de Garay se merece una extensa biografía, y es injusto que no la tenga. Llegó a Indias nada menos que  el año 1493, en el segundo viaje de Colón. Se hizo tan rico que construyó la primera casa de piedra del Nuevo Mundo, en Santo Domingo: la de la foto, conocida como Casa del Cordón. Foto 2ª.- Ese adorno, que contradictoriamente representaba la pobreza y la humildad franciscanas, se hizo muy popular en los palacios de la época: basta recordar la maravillosa Casa del Cordón que construyeron en Burgos los poderosos Velasco).





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