miércoles, 27 de octubre de 2021

(1551) Nuevo desastre: murieron 19 españoles, entre ellos, un sacerdote que también tuvo que pelear y el buen militar Pedro Gómez de Don Benito. La gente se quejaba de la indiferencia de Francisco de Villagra.

 

     (1141) Los indios vieron claro que los españoles estaban desmoralizados: "Comprendiendo que les tenían miedo y que trataban ya de huir al navío, los acometieron dentro de su propio fuerte, pero murieron muchos indios derribados a lanzadas. Estaba entre los cristianos un clérigo, natural de Lepe, llamado Hernando de Abrigo, valiente hombre, junto con un soldado de Medellín llamado Hernando Ortiz, para animar a los demás (está claro que era un caso de heroicidad generosa), y salieron del fuerte con intención de trabar pelea con los indios. A estos dos hombres valientes, mientras peleaban, y, aunque dieron muerte a muchos indios,  los cercaron por todas partes y los mataron a lanzadas. Viendo los demás que no podían dejar de perderse, salieron por una ladera abajo hacia la mar, y los indios mataron a seis cristianos, de los que iban a pie, al pasar un río pequeño. Francisco Peña, natural de Valdepeñas, como estaba tan mal herido de las lanzadas que en la empalizada le habían dado, se fue hacia el navío y pudo llegar a tiempo de subir al batel. Diego Cano, natural de Madrigal, cuando llegó a la playa vio que el batel se iba. Aunque los llamó, no querían volver porque estaba muy cargado. Entonces Cano espoleó a su caballo y fueron nadando tras el batel, y, cuando lo vieron acercarse, lo tomaron consigo, y el caballo, tras haberlo dejado libre, se volvió solo a tierra. Los demás españoles iban huyendo en dirección a Santiago, tomaron un camino por la costa del mar que era poco usado, y, aunque también lo hallaron cerrado por los indios, pudieron seguir adelante, pero a algunos los mataron".

     Por si no fuera bastante la desgracia de ser derrotados, con heridos y muertos, tuvieron que soportar críticas de los vecinos de cuando llegaron a la ciudad: "De esta desdicha y mal planteamiento, decían en Santiago que tenían ellos la culpa, y que les fue bien merecido, por querer poblar setenta hombres, sin artillería ni arcabuceo, una ciudad que ciento treinta se habían visto obligado a despoblar. Y, ciertamente, lo que les ocurrió, ya se lo habían avisado en la ciudad de Santiago algunos hombres que entendían de estos asuntos. Murieron en este enfrentamiento diecinueve soldados, y los que escaparon llegaron desbaratados a Santiago. Los que estaban en el navío, se fueron al puerto de Valparaíso, de donde habían partido. Decían que Francisco de Villagra no mostró pesarle esta derrota, pues, cuando él despobló Concepción, lo hizo pensando en el futuro, ya que, para no perder más de lo perdido, se retiró a tiempo, antes de que, queriendo, no pudiese". Recordemos que Francisco de Villagra no participó en este fracasado intento de repoblar Concepción, ya que, por el conflicto con Francisco de Aguirre, quedaron ambos al margen del mando, y fue la Audiencia de Lima la que dio la orden de que los vecinos de Santiago la repoblaran, los cuales pusieron al frente de la tropa al capitán Juan de Alvarado.  Pero hubo de repente un cambio, que tampoco le  satisfizo a Villagra: "Llegó entonces una provisión de la Audiencia de Lima, por la que aquellos señores nombraban a Francisco de Villagra corregidor de todo el reino de Chile. Pero también se supo entonces que Su Majestad había nombrado en España a Jerónimo de Alderete gobernador de Chile, por muerte de Valdivia, y le había concedido un Hábito de Santiago. Por lo cual Villagra no podía disimular el disgusto que recibía, porque había esperado que Gaspar Orense le negociaría la gobernación para él". No obstante, recordemos las rápidas carambolas ya conocidas: Jerónimo murió, Orense también, y años después, gracias a Agustín de Cisneros, Villagra será gobernador.

    

     (Imagen PEDRO GÓMEZ DE DON BENITO (también conocido como Pedro Gómez de las Montañas), nació en Don Benito (Badajoz) hacia el año 1492. Estaba ya en las Indias hacia año 1510 con Pánfilo de Narváez, el cual fue derrotado por Hernán Cortés en 1520, a quien después se unió Pedro Gómez. Luego le sedujo una nueva aventura: se trasladó a Perú en 1534, y un año más tarde participó con Diego  de Almagro en la primera expedición que fue a Chile. El viaje de ida fue un horror, muriendo por lo gélidos Andes gran cantidad de los indios que les acompañaban y bastantes españoles. Pero en Chile no encontraron lo que esperaban, y Almagro decidió regresar a Perú para reclamar a Pizarro competencias que consideraba suyas. El viaje de vuelta fue otro horror atravesando el terrible desierto de Atacama, y llegaron al Cuzco el año 1537. Poco después fue ejecutado Almagro, y Pedro Gómez se puso al servicio de Francisco Pizarro para luchar contra la rebelión de Manco Inca y sus indios. En 1540, partió de nuevo para Chile, yendo con Pedro de Valdivia y luciendo el importante cargo de maestre de campo. Fueron por Atacama, donde veían al pasar las cadáveres momificados de personas y caballos de la expedición de Almagro. El 12 de febrero de 1541 llegaron a un lugar apto para establecer un poblado, y así surgió Santiago, la capital de Chile. Como otros capitanes fundadores, ejerció allí cargos políticos, incluso el de corregidor, puesto de máximo relieve. Pedro Gómez se había casado pronto en Don Benito con Isabel Pardo Parraguez, y llegaron a tener seis hijos, pero un documento revela que, en un mismo día, el seis de mayo de 1553, legitimó a otros cinco, uno llamado como él, Pedro Gómez de Don Benito, más cuatro con los nombres de  Alonso, Diego, Inés y María, quizá tenidos con alguna nativa, y, sin duda, mientras convivía con su mujer. Se da la circunstancia de que en las biografías de PEDRO GÓMEZ DE DON BENITO hay, casi con seguridad, un evidente error en cuanto a la fecha en que murió. Algunos suponen que vivió más de cien años, y otros apuntan a unos setenta y cinco. Pero se debe a que lo confunden con su hijo del mismo nombre y apellidos. Prefiero apostar por lo que ha dicho anteriormente Marmolejo, quien, sin duda, lo conoció: "Luego salieron muchos indios con lanzas, y derribaron a cuatro cristianos, siendo uno de ellos Pedro Gómez de las Montañas, buen soldado, y los hicieron pedazos (y está refiriéndose al mes de diciembre del año 1556)".




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