viernes, 23 de junio de 2017

(Día 415) Pedro Pizarro, pariente lejano de los hermanos Pizarro, escribió una de las mejores y más completas crónicas de la conquista de Perú, en la que tuvo una notable participación.

(5)  PEDRO  PIZARRO. A él le debemos una magnífica crónica que tituló  “Relación del descubrimiento y conquista de los reinos del Perú” (narrando lo sucedido desde 1531 hasta 1555), y no fue parco en palabras, porque la edición publicada en Fondo de Cultura Económica tiene 236 páginas, escritas con sencillez y, según los especialistas, con evidente sinceridad, aunque hizo un comentario sobre el partidismo de varios cronistas que, en un caso concreto, no me parece creíble: metió en ese saco a Cieza (cuya crónica utilizó), y creo más bien que, lo que le molestó, fue precisamente que, por ser muy objetivo, no ocultó los abusos de los españoles, ni de Pizarro en particular, a quien, sin embargo, tanto admiraba. Ante la duda, me inspira más confianza Cieza que él. Pedro Pizarro tuvo también el mérito especial de haber sido protagonista de los hechos, aunque su obra fue tardía, ya que la terminó de escribir en 1571 a base de remozar sus recuerdos y adobarlos con crónicas anteriores.
    Es muy poco lo que se conoce de su joven vida en España, pero hay datos curiosos. Nació en Toledo hacia 1515 y era pariente lejano de los Pizarro (no es cierto que fueran primos hermanos, como se suele decir). Le pasó lo mismo que al cronista Trujillo: quedó abducido por el hechizo de Francisco Pizarro y por la gloria y riquezas que prometía, y, con sus 15 añitos, se embarcó con él para Indias en 1530. En la expedición iban los cuatro hermanos Pizarro y gente de todo pelaje, desde lo más humilde hasta lo más linajudo (bastantes, nobles pero arruinados o bastardos) y, lo que son las cosas, también coincidió con Francisco de Trujillo; los dos sabían que iban a luchar en las batallas, pero no se imaginaban que llegarían a ser cronistas de una aventura absolutamente espectacular.
     La proximidad familiar y su juventud lo convirtieron a Pedro, quizá ya en la travesía marítima, en paje de Francisco Pizarro. Pero, dos años después, se le ve ya batallando contra los indios, y a caballo, lo que es curioso porque ser jinete suponía tener buenos medios económicos (los caballos eran exageradamente caros en Indias). Formó parte del grupo de conquistadores que fundó Arequipa (algo que tendrán que agradecerles los allí nacidos, como Vargas llosa), y no pudo eludir verse enredado en las guerras civiles entre españoles. Estuvo a favor del grupo de los Pizarro, pero, cuando Gonzalo Pizarro (el último superviviente de la familia) se rebeló contra la Corona, no le quedó más remedio que hacer un encaje de bolillos con la ambigüedad. Su dudosa actitud no le costó la cabeza como a Gonzalo, pero salió perjudicado en sus bienes. Aun así, pudo seguir viviendo tranquilo y con buena posición social, en la Arequipa que fundó con otros españoles, hasta su fallecimiento, de fecha desconocida pero posterior a 1571.

    (Imagen) Pedro Pizarro escribió una de las mejores y más completas crónicas de la conquista de Perú. Su texto no recoge el comienzo de la campaña porque se incorporó en la fase definitiva, la del apresamiento de Atahualpa. Terminó de escribirla muy tardíamente, el año 1571, y,  lamentablemente, permaneció inédita nada menos que hasta el año 1844, si bien el manuscrito original ya fue conocido y utilizado por varios historiadores.


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