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HERNANDO PIZARRO como cronista. Dado que fue una figura central de la época más
intensa de la campaña de Perú, nos vamos a encontrar al personaje
continuamente. En su momento, aportaré datos más extensos sobre sus orígenes y
las experiencias que tuvo antes de embarcar para Las Indias, por lo que ahora bastará
indicar algunos detalles. De los cuatro hermanos Pizarro de esta historia, fue
el único hijo legítimo (aunque su progenitor les dio el apellido a todos),
recibió una esmerada educación y, como soldado en las guerras de Navarra,
obtuvo muy joven el grado de capitán. Méritos aparte, parece ser que tenía un
carácter demasiado soberbio, y más de un cronista le echó gran parte de la
culpa de los graves conflictos que hubo en Perú entre los propios españoles. Quizá
considerarle cronista sea una exageración, porque lo que escribió sobre el tema
fue sumamente breve (escasamente 20 páginas), pero tiene el valor de ser la
primera noticia oficial de los asombrosos acontecimientos de Perú, y hecha,
además, por uno de los personajes más notables, aunque no llegó a ser entonces
un texto conocido por el público, porque se trató de una carta dirigida al rey
el 23 de noviembre de 1533. Hay en ella un pasaje en el que me parece ver
confirmado el carácter prepotente y acaparador de Hernando. Comenta que su
hermano le había ordenado presentarse ante Atahualpa (el inca estaba muy cerca,
pero no se decidía a tener el primer encuentro con Pizarro). Hernando explica
que visitó al gran cacique acompañado de un capitán español. Pero no menciona
que ese capitán era Hernando de Soto (otra figura de primer orden), quien ya
había estado antes con el casi divino emperador, siendo el primer español que
llegó a verle, en un acto de extrema valentía porque Atahualpa estaba rodeado
de su inmenso ejército.
DIEGO DE TRUJILLO fue otro de los protagonistas del
Perú que nos aportó datos; su crónica es muy breve, pero sustanciosa porque
amplía la información recogida por Francisco de Xerez. La hizo muy
posteriormente, el año 1571, y a petición del extraordinario virrey Francisco
de Toledo, nacido en Oropesa y conocido como el Solón Virreinal por su ejemplar
sensatez. (En estas historias de Perú, los nombres de oriundos de Extremadura
irán saliendo encadenados como las cuentas de un rosario). Como indica su
apellido, el cronista Diego era trujillano, al igual que los Pizarro. Nació
hacia 1505 en una familia de hidalgos de segundo nivel, y, en 1530, cuando el
mismísimo Pizarro se presentó en su pueblo para llevarse a sus tres hermanos
consigo a Las indias y reclutar gente para aquella loca aventura, fue uno más
de los que se emborrachó de ilusión, no se preocupó de calcular el enorme
riesgo y se apuntó en la lista.
Diego de Trujillo, durante toda la campaña
peruana, luchó como soldado de a pie. Casualmente, fue uno de los que, con
Hernando Pizarro, fueron adonde Atahualpa para conseguir que se decidiera a
conocer a Francisco Pizarro. Poco después de terminar la ocupación con la toma
del Cuzco, Diego volvió a España hacia
1536, llegando a Trujillo como un hombre rico y prestigioso, pero en 1547
volvió a las aventuras de Indias, estableciéndose en la ciudad del Cuzco. Hay
algo curioso a partir de entonces. La 1ª guerra civil de los españoles en Perú
ya había pasado, pero hubo otras. Cuando Gonzalo Pizarro (sucesor de su hermano
Francisco) se alzó contra el rey, Trujillo luchó a su lado, lo que le convertía
también a él en rebelde. Gonzalo, finalmente derrotado, perdió la cabeza, pero
Diego se libró de tan duro castigo. En la última guerra civil, también escogió
el caballo perdedor, Francisco Hernández Girón, alzado contra el Rey y,
finalmente, ejecutado; pero, una vez más, Diego de Trujillo salió bien parado
(quizá, en ambos casos, por no haber tenido una jerarquía militar importante).
Todo parece indicar que disfrutaba de algún
carisma especial, porque vivió el resto de sus días en paz y muy respetado,
como lo prueba la confianza que le tuvo el gran virrey (uno de los mejores de
Indias) Francisco de Toledo. Hay un dato que muestra su carácter comprensivo y
responsable: tuvo acogidos en su casa a los
nietos de Atahualpa, de los que fue su tutor. Murió hacia 1575.
Un último comentario. Aunque su obra fue
breve, Trujillo la escribió muy bien y con gran expresividad, pero decepciona esa
escasez porque, de habérselo propuesto, nos habría regalado una crónica
sumamente interesante.
(Imagen) Si Extremadura fue origen de
muchos ilustres aventureros de las Indias, probablemente la cacereña Trujillo
bate el récord por metro cuadrado. Allí nacieron Hernando Pizarro (hermano del
‘glorioso’) y Diego de Trujillo, y los cito ahora juntos porque los dos dieron
noticia de la conquista del Perú (Hernando en una carta dirigida al rey, y
Diego en una crónica breve pero jugosa). La plaza de Trujillo es una delicia
donde por todos los rincones se repite el eco de viejas historias de ultramar.
El señorial palacio con escudo esquinado que se ve al fondo lo construyeron
Hernando Pizarro y su mujer (y sobrina), la mestiza hija del gran Pizarro,
llamada Francisca Pizarro Yupanqui, que era asimismo sobrina de Atahualpa
(hermoso lío).
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