tag:blogger.com,1999:blog-36884630652098833892024-03-28T20:28:38.262-07:00Españoles en Las IndiasQueridos amigos: Terminadas, el día 6 de febrero de 2023, las crónicas relativas a Colombia, pasamos a la magnífica que escribió BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO sobre México, donde HERNÁN CORTÉS consiguió lo imposible. (El blog contiene ya 3.950 páginas).Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.comBlogger2107125tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-16780754644794573962023-08-02T15:04:00.003-07:002023-08-02T15:04:52.941-07:00(2099) Muerte del gran Cortés. Desengañado de su estancia en España, se puso en marcha de vuelta a México, pero enfermó, y falleció el día 2 de diciembre de 1547 en Castileja de la Cuesta (Sevilla), a los 62 años.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk127018341"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(152) –Esto es
el principio del fin, muchachuelo: Bernal recapitula.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk127018341;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Quedan unas cuantas páginas sabrosas, ectoplásmico clérigo, aunque las
mostrará como una vista panorámica de esta fabulosa historia, poniendo sobre la
mesa el corazón para descubrirnos sus afectos y emociones. Pero hay un
problema: habrá que resumir.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk127018341;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Lo entiendo, concienzudo secretario; pero<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no te pases: te daré un hisopazo cada vez que
abuses de la tijera. Vamos a ver qué estaba haciendo Cortés por Castilla,
prácticamente desterrado de México: “Cuando Su Majestad volvió de hacer el
castigo en Gante, hizo la gran armada para ir sobre Argel, y le fue a servir en
ella el marqués del Valle, llevando en su compañía a su hijo el mayorazgo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(el legítimo Martín)</i>. También llevó a
don Martín Cortés, el que tuvo de doña Marina <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(deliciosa indita)</i>, y llevó muchos escuderos y criados y caballos y
gran compañía y servicio <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(qué cara
ostentación)</i>; y se embarcó en una buena galera con Enrique Enríquez <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(el almirante de Castilla)</i>. Y hubo una
tan recia tormenta que se perdió mucha parte de la real armada, dando también
al través la galera en que iban Cortés y sus hijos, los cuales escaparon con
gran riesgo de sus personas. Y como en tales peligros no hay tanto acuerdo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(sensatez)</i> como debería haber, Cortés se
ató en unos paños revueltos al brazo ciertas joyas de piedras muy riquísimas
que llevaba como gran señor, y con la revuelta de salir en salvo entre tanta
multitud se le perdieron todas”. Le dijeron al rey sus consejeros más próximos
que, ante tanta pérdida de naves y hombres, lo mejor era abandonar, renunciando
al ataque, “sin que llamaran a Cortés para que diese su parecer”. Cuando lo
supo Hernán, sacó pecho y le dijo al rey que “con la ayuda de Dios y la buena
ventura de Su Majestad le dejara tomar Argel con los soldados que había, tal y
como pudo hacer proezas con sus valientes y sufridos hombres en México”. Hubo
caballeros que tuvieron en cuenta estas palabras, pero, finalmente, el rey
ordenó la retirada. Fue el último sueño de gloria del grandísimo Cortés, y el
preludio de su próximo final, que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nos va
a dejar un poso de amargura: “Volvieron, pues, a Castilla de aquella trabajosa
jornada, y como el marqués estaba ya muy cansado, deseaba en gran manera volver
a la Nueva España. Y fue a recibir a Sevilla a su hija, porque tenía concertado
casarla con don Álvaro Pérez Osorio”.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk127018341;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">(Llegó el momento, hijos míos: el sol se
nos apaga). La que venía a Sevilla era su hija mayor, María Cortés. “Y este
casamiento se desconcertó por culpa de don Álvaro, de lo cual el marqués
recibió tan gran enojo que, de calentura y cámaras, que tuvo recias, estuvo muy
al cabo; y andando con su dolencia, salió de Sevilla y se fue a Castilleja de
la Cuesta para entender en su alma y ordenar su testamento. Y después de
ordenado y haber recibido los Santos Sacramentos, fue<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nuestro Señor servido llevarle de esta
trabajosa vida, y murió el día dos de diciembre de 1547 años <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(contando 62)</i>. Y llevóse su cuerpo a
enterrar, con gran pompa, mucha clerecía y gran sentimiento de muchos
caballeros de Sevilla, en la capilla de los duques de Medina Sidonia, y después
fueron traídos sus huesos a la Nueva España, porque así lo mandó en su
testamento. Y están en un sepulcro en Coyoacán, o en Texcoco, que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no lo sé bien”. Sin duda, el gran amor de
Cortés fue la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nueva España.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk127018341;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Fotos.- Qué honrado y fiable cronista es Bernal; dice lo que sabe y
nunca va más allá. Veamos lo que pasó con los restos de Cortés. La duda de
Bernal viene de que en el testamento quedó ordenado que se le enterrara en un
monasterio de Coyoacán que Cortés mandó construir. Pero no se edificó; por eso
lo llevaron al monasterio de San Francisco, situado en Texcoco. Las peripecias
posteriores no las pudo conocer nuestro gran cronista. Cortés había fundado el
Hospital de Jesús en la capital mexicana; sus herederos trasladaron los restos
a su capilla. Cuando llegó la independencia, y por miedo a profanaciones,
fueron ocultados el año 1823 en una pared junto al altar mayor. Allí
permanecieron hasta que en 1946 se sacaron del hueco (foto primera).
Certificada la autenticidad de los restos, se volvieron a colocar en el mismo
sitio y allí permanecen tras una sencilla placa (foto segunda); llama la
atención que, en el escudo familiar que figura sobre el nombre de Cortés, se
haya dejado sin<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>borrar un detalle muy
doloroso para el orgullo mexicano: las cabezas encadenadas de los siete grandes
caciques a los que sometió, entre ellos, Moctezuma y Cuauhtémoc. En las
letrucas de abajo, parece poner: “SE REINHUMÓ EN JUNIO 1954”).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk127018341;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk127018341;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD8_8NdLeuU9Wtvxb4HrL71ELsn9aGytF3bFZMdfuNopD8GI2UiJnd8YNTCupUM0fP455my6gp-SKV1MOOZHyscYLn5iHLsPVkl3QGm6s6C9kr8tiGSz-6CK7tz66epkU0ZoKvqQxOmgLXQ-i6siWNnjHR9tOBFrsgHHlS4sKmaZFD_5yNj5d08JsxzRll/s473/bernal%20tumba%20cortes%201.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="283" data-original-width="473" height="382" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD8_8NdLeuU9Wtvxb4HrL71ELsn9aGytF3bFZMdfuNopD8GI2UiJnd8YNTCupUM0fP455my6gp-SKV1MOOZHyscYLn5iHLsPVkl3QGm6s6C9kr8tiGSz-6CK7tz66epkU0ZoKvqQxOmgLXQ-i6siWNnjHR9tOBFrsgHHlS4sKmaZFD_5yNj5d08JsxzRll/w640-h382/bernal%20tumba%20cortes%201.jpg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2JtGstuf9kzmm_TWFuHN41a_XXDQAcrAqjt_OYQmXe2e5N8kd5DwRxIfMTTcGHFOx2dTlzYHeo21PVYLKZSLrXe0CLCaGgqBskeMU7ilwi6KPMSlhMqCrCZosSSRWPvcEF-Igr4o04R22KVnIrAId6RcZJFFo8MLA2vZSrQGgELhjIVWnQwVGaEqrwHNj/s1187/bernal%20tumba%20cortes%202.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="820" data-original-width="1187" height="442" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2JtGstuf9kzmm_TWFuHN41a_XXDQAcrAqjt_OYQmXe2e5N8kd5DwRxIfMTTcGHFOx2dTlzYHeo21PVYLKZSLrXe0CLCaGgqBskeMU7ilwi6KPMSlhMqCrCZosSSRWPvcEF-Igr4o04R22KVnIrAId6RcZJFFo8MLA2vZSrQGgELhjIVWnQwVGaEqrwHNj/w640-h442/bernal%20tumba%20cortes%202.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-66929189606351375562023-08-01T15:16:00.002-07:002023-08-01T15:16:38.755-07:00(2098) Pedro de Alvarado fue uno de los más importantes conquistadores de las Indias, pero, además de morir en un absurdo accidente, tuvo muchas tragedias en su familia. Las cuenta Bernal, quien, mucho después, fue enterrado junto a él.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126953459"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(151) –Es así,
jubileta: la suerte, buena o mala, puede acumularse.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126953459;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Gran verdad, sutil ectoplasma: a veces, te reparten gozos o dolores
‘suavecito’. Pero a algunos les vuelcan de golpe un contenedor entero. Así<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>quedó dividida en dos partes la epopeya de
Cortés: a la cegadora luz de su triunfo en México, le siguió la grisura de una
larga decadencia envuelta en fracasos. ¿Y lo de Alvarado?<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126953459;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-A eso vamos, melancólico poeta. Fue, probablemente, el más carismático
de los capitanes de Cortés. Ya vimos que Cristóbal de Olid trató de usurparle a
Cortés la conquista de Honduras, y fue degollado. Por el contrario (qué
contraste), Pedro de Alvarado consiguió hacerse gobernador de Guatemala sin problemas
con ‘el jefe’. Hemos visto que murió aplastado por un caballo luchando
generosamente para salvar a una tropa en serios apuros. Bernal no solo nos
cuenta la fatal muerte de ese eterno triunfador, sino que va a añadir las
toneladas de desgracias que cayeron sobre su familia. Pedro se había casado
años antes con Francisca de la Cueva, y ya le golpeó el destino: la recién
casada murió en cuanto desembarcó en Veracruz. Cuando consiguió la gobernación
de Guatemala, repitió boda con una hermana de la fallecida, Beatriz de la
Cueva, que, al parecer, lo amó apasionadamente, llegando al borde de la locura
al recibir la trágica noticia: “Se mandó que se entintasen todas las paredes de
las casas con un betún que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no se pudiese
quitar. Y muchos caballeros iban a consolarla para que no tomase tanta tristeza
por su marido, y le decían que diese gracias a Dios, porque de ello fue
servido. Y ella, como buena cristiana, decía que así se las daba; y como las
mujeres son tan lastimosas por los que bien quieren, deseaba morirse y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no estar en este mundo con estos trabajos”.
Con esto, Bernal se anticipa a la torcida interpretación que el cronista Gómara
hizo de otro espanto inmediato: “Afirma Gómara que aquella señora dijo que ya
Nuestro Señor no le podía hacer mayor mal, y por esa blasfemia vino pronto una
tormenta de agua, cieno y maderos gordos que descendió de un volcán, derribó la
mayor parte de las casas donde vivía aquella señora, y estando rezando con sus
doncellas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(y su hija de menos de un año)</i>,
las tomó todas debajo y se ahogaron. Y no ocurrió como dice el Gómara, sino que
la causa fue secreto de Dios”. Bernal se salta algo descorazonador. Un día
antes, la habían nombrado gobernadora de Guatemala. Aceptó, y firmó como “Doña
Beatriz la Sin Ventura”. Lo que no<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nos
ahorra Bernal es lo que sigue: “De sus hermanos, Jorge de Alvarado murió en
1540 en Madrid, yendo a suplicar que le gratificasen sus servicios; el Gómez de
Alvarado, en Perú; el Gonzalo de Alvarado, en Oaxaca o México, que no se me
acuerda; el Juan de Alvarado, en la isla de Cuba; pues sus hijos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(todos naturales)</i>, el mayor, que se
llamaba Pedro, fue a Castilla con su tío Juan de Alvarado el Mozo y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nunca más se supo de ellos, porque se pensó
que se perdieron en la mar o los cautivaron los moros; pues don Diego, el
menor, como se vio perdido, volvió al Perú, y en una batalla murió. Nuestro
Señor los lleve a su santa gloria, amén. Y ahora se han hecho en esta ciudad de
Guatemala dos sepulcros en la iglesia mayor para traer los huesos del adelantado
don Pedro de Alvarado y enterrarle en uno de ellos; y el otro<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para que, cuando Dios sea servido llevar de esta
presente vida a don Francisco de la Cueva <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(quedó
como gobernador)</i> y doña Leonor de Alvarado, su mujer e hija <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(natural)</i> de Pedro de Alvarado, sean
enterrados en él”. Termina<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Bernal
diciendo: “Digamos en qué paró la armada de Pedro de Alvarado. Y es que,
fallecido su capitán, cada uno tiró por su cabo, y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un año después, el virrey Mendoza tomó los
tres mejores navíos de los trece de Alvarado, y mandó ir a descubrir por la
ruta prevista, pero tampoco tuvo fortuna”. Añadamos que también<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Beatriz fue enterrada junto a su marido, y
alguien más que Bernal supondría, pero<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>no lo pudo saber: él mismo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126953459;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto.- El monstruo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de esta
historia tiene el nombre de Volcán de Agua, situado a corta distancia de la
antigua capital de Guatemala. Paradójicamente era un volcán apagado, pero con
el cráter lleno de agua; la espantosa tormenta agrietó sus paredes,
despeñándose una enorme riada que arrasó la población. Fue necesario
desplazarla a un lugar próximo, y lo que vemos en la foto son las ruinas de una
vieja iglesia del nuevo emplazamiento, también derribada por las sacudidas de
uno de los terremotos tan frecuentes en la zona. Junto al viejo altar mayor hay
una lápida que completa lo que Bernal, regidor de la ciudad, no pudo
certificar: “</span></span><span style="mso-bookmark: _Hlk126953459;"><span lang="ES-GT" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-GT;">En ese sitio -en las catacumbas- se dio sepultura a
ilustres personajes de la conquista y fundación de Guatemala, entre ellos: <span style="mso-bidi-font-style: italic;">Don Pedro de Alvarado y Contreras</span> y
su esposa <span style="mso-bidi-font-style: italic;">Doña Beatriz de la Cueva</span>;
el primer <span style="mso-bidi-font-style: italic;">Obispo Francisco Marroquín</span>;
y el soldado e historiador <span style="mso-bidi-font-style: italic;">Bernal Díaz
del Castillo”</span>. Solo falta añadir: ‘Que Nuestro Señor los haya llevado a
su santa gloria, amén’). </span></span><span style="mso-bookmark: _Hlk126953459;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126953459;"><span lang="ES-GT" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-GT;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126953459;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSwQMYCszV8OQ3qYCMK8kl7cv5eWOzpP1k1Di8KqtDJJeRbYytriJy4GsXLrfwwi9EOxZStHFlyqynXawMstY-i5BpTbGweZel-2gGWG9FT9fZTW8wz1HcV5p2w84hOxVKqOBsGdZk5kJGyNXyiBwUupmikKCU9fL8xxCKfbWCwYlSiHUm3eiMc6eo10sh/s566/bernal%20tumba.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="425" data-original-width="566" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSwQMYCszV8OQ3qYCMK8kl7cv5eWOzpP1k1Di8KqtDJJeRbYytriJy4GsXLrfwwi9EOxZStHFlyqynXawMstY-i5BpTbGweZel-2gGWG9FT9fZTW8wz1HcV5p2w84hOxVKqOBsGdZk5kJGyNXyiBwUupmikKCU9fL8xxCKfbWCwYlSiHUm3eiMc6eo10sh/w640-h480/bernal%20tumba.jpg" width="640" /></a></div><br /><span lang="ES-GT" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-GT;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-9571244177241698922023-07-31T15:08:00.000-07:002023-07-31T15:08:01.943-07:00(2097) Carlos V marginó a Cortés creando el Virreinato de México a cargo del competente Antonio de Mendoza. Con gran valentía y generosidad, fue Pedro de Alvarado a socorrer a unos soldados, pero murió accidentalmente.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126940700"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(150) –Y México,
primoroso vate, siguió sin Cortés su propia deriva.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126940700;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Además, generoso abad, la situación administrativa cambió por completo.
Las grandezas de Cortés fueron casi una empresa privada, aunque había puesto a
México bajo el dominio de España. El rey sabía que necesitaba a un hombre suyo,
eficiente y trabajador, para asumir el máximo poder en la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nueva España. En cuanto lo consiguió,
aprovechó la venida de Cortés para cerrarle el camino de vuelta. ¿Quién era “la
joya” a la que le entregó todo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el
gobierno?<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126940700;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Esta vez, querido socio, acertó plenamente Carlos V. Creó un virreinato
para México, el primero de Indias, y le dio el cargo al linajudo don Antonio de
Mendoza y Pacheco. Aparte sus excepcionales cualidades personales, contaba con
dos añadidos muy valiosos: 1.- Asimiló todas las habilidades que vio ejercer a
su padre, don Íñigo López de Mendoza, como capitán general con funciones de
virrey en la recién conquistada Granada. 2.- Con ese bagaje, se le confiaron
misiones diplomáticas muy importantes por toda Europa. Así que, en 1535, cuando
Mendoza tenía unos 42 años, el rey<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no lo
dudó: este es mi hombre. Inevitablemente, iba a chocar con Cortés, pero
consiguió someterlo a su autoridad, teniendo además la suerte de que luego
quedara retenido en España. Ejerció de virrey en México 15 años, de donde fue
trasladado con el mismo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cargo al
virreinato de Perú, muriendo 10 meses después. Bernal nos va a hablar de las
empresas del virrey, en algunas de las cuales también buscará intereses
personales. Hay en concreto una en la que se va a asociar con Pedro de Alvarado
(el rubio Toniatu), el antiguo capitán de Cortés, que tenía licencia del rey
para descubrir por China y las Molucas. Casi en plan megalómano, Alvarado “puso
en la mar del Sur 13 navíos de buen porte, gastando en ellos tantos millares de
pesos de oro que no le bastó la riqueza que trajo de Perú <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(intentó competir con Pizarro)</i>, ni su oro de las minas de
Guatemala, ni los préstamos que le hicieron <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(es
decir, apostando muy fuerte)</i>. Sabiéndolo el virrey Mendoza, le escribió
para que hiciese compañía con él”. Llegados a un acuerdo, y cuando Pedro de
Alvarado se disponía “a hacerse a la vela, le vino una carta de un tal
Cristóbal de Oñate que estaba por capitán de ciertos soldados en una sierra de
Cochistlán, diciéndole que, en servicio de Su Majestad, vayan a socorrerles”.
¿Y luego?<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126940700;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Toma nota, competente escribano: lo que vamos a ver ahora es un
asombroso ejemplo de responsabilidad. Oñate le decía “que estaban cercados en
partes donde no se podían defender de muchos escuadrones de indios, que le
habían muerto a muchos españoles, que temía en gran manera que le acabasen de
desbaratar, y que, de salir los indios victoriosos, la Nueva España estaría en
peligro. Y cuando don Pedro de Alvarado vio la carta, sin más dilación mandó
apercibirse a algunos soldados y fue en posta a hacer aquel socorro. Y cuando
llegó estaban muy afligidos los cercados, y al verlo aflojaron algo los indios,
pero sin dejar de dar bravosa guerra”. Desgraciadamente, en esta ocasión, como
le pasó a Sandoval, su sempiterna buena suerte le dio la espalda y la tragedia
se abatió sobre el ‘divino’ Alvarado: “Parece ser que a uno de los soldados que
defendían aquel paso se le desriscó el caballo, y vino rodando con tal furia
por donde Pedro de Alvarado estaba, que no tuvo tiempo de apartarse, sino que el
caballo le magulló el cuerpo porque le cogió debajo. Le llevaron en andas a
curar en una villa, y en el camino se pasmó, y luego se confesó y recibió los
Santos Sacramentos, mas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no hizo
testamento, y falleció. Dejemos de hablar de su muerte; perdónele Dios, amén”. Llámese
compañerismo, pundonor, espíritu de equipo, o simplemente disciplina militar,
resulta admirable el comportamiento de este capitán que tantas veces<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vio de frente el rostro de la muerte, y al
que, en alguna ocasión, se le acusó de duro con los indios. Dejaremos para
mañana lo que Bernal dirá sobre el destino trágico de los Alvarado. Solo falta
aclarar que, al tener la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>noticia de la
desgracia, se encargó personalmente el virrey Mendoza de salvar a los soldados
y derrotar a los indios. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126940700;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(Foto 1ª: Vemos a Don Antonio de Mendoza
llevando la ropa casi eclesiástica de virrey de México. Con esa autoridad, a la
que se unían la de capitán general y la de presidente de la Real Audiencia,
gozó de un poder prácticamente absoluto en la Nueva España; Cortés<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>merecía ese honor, pero el rey creyó oportuno
cortarle las alas. Foto 2ª: El retrato nos muestra a Pedro de Alvarado, cuyo
aspecto rubio y galanesco sedujo a los aztecas, que le llamaban Toniatu
(el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sol). Aunque apenas se aprecia en
los cuadros, los dos personajes lucían la cruz de caballeros de Santiago).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126940700;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126940700;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiom51_F6kCzZdHY5KUVKfnGOfU0BKUFhncsFWYG-PeKsIp1TSx1bhcYyGJSne4pujZ40aCPVXWKT2Wl_7SJAkl882SaAr1X2l3W-PdNrZfhlVBpfLs9a-kg8MLc4e4vTCJO5lE8FJUtzHp2OTARvUEDFgnqIP6wFmsnQaL5cPwLWkFJBNsokMFr6tcbPLy/s341/bernal%20antonio%20de%20mendoza.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="341" data-original-width="250" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiom51_F6kCzZdHY5KUVKfnGOfU0BKUFhncsFWYG-PeKsIp1TSx1bhcYyGJSne4pujZ40aCPVXWKT2Wl_7SJAkl882SaAr1X2l3W-PdNrZfhlVBpfLs9a-kg8MLc4e4vTCJO5lE8FJUtzHp2OTARvUEDFgnqIP6wFmsnQaL5cPwLWkFJBNsokMFr6tcbPLy/w470-h640/bernal%20antonio%20de%20mendoza.jpg" width="470" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSrZH-BBfUl9vgpHCSlzLQh2ktIRmwz3UxOQEK8TI8TfUuhH3-Yq1IYilHbxONah_WcQXyUryn-OfTYQ6bCJN4419nXG4L1dj5ETi7TxNYgdr5OaOucSnTdf3YLdX_2FSGvSGFiQ2LejKgS2WUwWuKgBwfe4C0xIRzVmxfuQ26DPyjGEvV0erylbRKxQRp/s350/bernal%20pedro%20de%20alvarado.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="278" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSrZH-BBfUl9vgpHCSlzLQh2ktIRmwz3UxOQEK8TI8TfUuhH3-Yq1IYilHbxONah_WcQXyUryn-OfTYQ6bCJN4419nXG4L1dj5ETi7TxNYgdr5OaOucSnTdf3YLdX_2FSGvSGFiQ2LejKgS2WUwWuKgBwfe4C0xIRzVmxfuQ26DPyjGEvV0erylbRKxQRp/w508-h640/bernal%20pedro%20de%20alvarado.jpg" width="508" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-15710041160433458872023-07-30T15:08:00.002-07:002023-07-30T15:08:24.314-07:00(2096) Grandes festejos en México por la alianza entre Carlos V y Francisco I, el trilero rey de Francia. Cortés decide volver a España, y también lo hará el entrañable Bernal, magnífico cronista aunque no fuera un literato. <p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126931117"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(149) –Y ahora,
mancebito, Bernal se<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hace cronista de
sociedad.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126931117;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-La ocasión lo merecía, vecchio dottore. Además, nos da un respiro en
medio de tanta calamidad, y veremos a la crème de la crème colonial inmersa en
festejos. Arriba el telón: “En el año 1538 vino noticia a México de que nuestro
cristianísimo emperador, <u>de gloriosa<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>memoria</u> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(expresión que
confirma lo que tardó Bernal en escribir su libro: Carlos V murió en 1558)</i>,
fue recibido en Aguas Muertas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(Aigues
Mortes)</i> por el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>rey de Francia don
Francisco <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(vaya pájaro)</i>, donde se
hicieron las paces y se abrazaron los reyes estando presente madama Leonor,
mujer del rey francés y hermana de nuestro emperador”. Se trataba de la tregua
de Niza, que debería haber supuesto una calma de diez años: Francisco I, menos
fiable que un trilero, la rompió a los cuatro. La celebración que hicieron en
México revela la angustia que producían aquellas guerras europeas: “E por
alegría de aquellas paces, el virrey don Antonio de Mendoza, el Marqués del Valle
(<i>Cortés)</i>, la Real Audiencia y ciertos caballeros conquistadores hicieron
grandes fiestas, y fueron tales, que como ellas no las he visto hacer en
Castilla, con justas y juegos de cañas, correr de toros y grandes disfraces. La
plaza mayor de México amaneció hecha un bosque, con árboles tan naturales como
si allí hubieran nacido”. Se hicieron representaciones de caza y de batallas.
“Y al otro día amaneció la plaza mayor hecha como la ciudad de Rodas, con sus
torres, almenas y troneras, estando 100 comendadores con sus ricas encomiendas
de oro y perlas, y por capitán general de ellos y gran maestro de Rodas el
marqués Cortés. Estaban a las ventanas de la gran plaza muchas señoras de
conquistadores y otros vecinos, con grandes riquezas de carmesí, sedas,
damascos, oro, plata y pedrería. El marqués y el virrey hicieron cada uno un
solemnísimo banquete”. ¿Seguimos describiendo, reve?<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126931117;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Habrá que parar, secre. Dejemos a la imaginación de nuestros
tertulianos todo aquel ostentoso derroche. Bernal se solaza recordando lo que
vio, que, más o menos, fue un desfile de comida y bebida como el de los
banquetes de los gotosos tragaldabas de Roma o de los tiempos feudales. O sea:
el polo opuesto del hambre enloquecedora que sufrieron, por ejemplo, en Honduras.
Terminadas las bacanales, Cortés, que ya había renunciado a seguir jugando como
explorador, decidió partir para España. “El marqués <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(ya le llamará así con frecuencia)</i> apercibió navíos y matalotaje <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(su riqueza era inagotable)</i> para ir a
Castilla”. En México, el virrey<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no le
resolvía varios asuntos económicos, y decidió tratarlo directamente con el rey.
Pero, oh sorpresa: va a venir también Bernalito, después de ¡28 años de
ausencia!<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Y entonces Cortés me rogó que
fuese con él para solicitar mejor mis pueblos de indios. Y me embarqué <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(Cortés partió dos meses después)</i>, y fui
a Castilla en el año de 1540. Como el primero de mayo de 1539 había muerto en
Toledo nuestra emperatriz, doña Isabel, yo, como regidor de la villa de
Coatzacoalcos, me puse grandes lutos. Y en aquel tiempo también vino a la Corte
Hernando Pizarro cargado de luto, con más de 40 hombres”. Hernando, el más
presuntuoso de los Pizarro, fue apresado después por sus responsabilidades en
las revueltas de Perú; su carrera política terminó, pero se salvó de morir
degollado en Indias como su hermano Gonzalo, y vivió muchos años. “Y luego
llegó Cortés con luto, él y sus criados”. Pronto se dio cuenta Cortés de que su
viaje fue una equivocación; la perfecta encerrona: quiso volverse a México y, a
pesar de sus viejas influencias, no le dejaron, probablemente porque el rey
seguía sin fiarse de su lealtad. “Y desde entonces, nunca más volvió a la Nueva
España”. Su declive se irá acelerando, aunque todavía participará en una
fracasada batalla contra los turcos al lado del rey, que apenas le tuvo en
cuenta.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126931117;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto- ¡Qué penuca, hijo mío!: se<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>nos está acabando el libro de Bernal. Nos ha contado su vuelta a España,
y seguro que visitó su pueblo natal, Medina del Campo, del que vemos en la foto
el Ayuntamiento, y, pegando a los arcos, el palacio en el que murió Isabel la
Católica; la excepcional reina tuvo entre sus grandes amores, aparte Granada,
Arévalo (donde se crio), Madrigal de las Altas Torres (donde nació), y esta
población, famosa<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por su mercado en la
Europa de aquel tiempo. Demos la bienvenida al gran Bernal, llamado “el Galán”,
lo mismo que su padre, regidor de Medina, como él lo fue de Coatzacoalcos y de
la capital de Guatemala. No ha podido existir indiano alguno que haya vuelto
con la cabeza más alta y el corazón más caliente a su querido terruño).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126931117;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126931117;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-M1ovcaKYlGhNAdUkliTNMD1aSvF39Ri9EgN4_RjpWHZEG7hqdl3jZWMY0W9r009xZJQe9JhVeHsBM1zcP1qtUskvNrqRpA5DYwNQKM-N4rlgwa456I4P4Hofl4ADaMAshngPajFNJ4YnMQWYyxjg_EMCBBlJHIfgHg3TQHF3sdCNxaGlhZTChvcXm8sC/s566/medina%20del%20campo%20bernal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="389" data-original-width="566" height="440" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-M1ovcaKYlGhNAdUkliTNMD1aSvF39Ri9EgN4_RjpWHZEG7hqdl3jZWMY0W9r009xZJQe9JhVeHsBM1zcP1qtUskvNrqRpA5DYwNQKM-N4rlgwa456I4P4Hofl4ADaMAshngPajFNJ4YnMQWYyxjg_EMCBBlJHIfgHg3TQHF3sdCNxaGlhZTChvcXm8sC/w640-h440/medina%20del%20campo%20bernal.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-56351906374047831432023-07-28T15:07:00.002-07:002023-07-28T15:07:53.188-07:00(2095) Cortés decidió dirigir personalmente otras campañas marítimas, pero los resultados fueron casi nulos, salvo el descubrimiento de California. Sufrieron tanta hambre que después muchos murieron de atracones. <p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126860244"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(148) –Un gran
líder, soñador poeta, no para: solo ve el objetivo.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126860244;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Certo, dottore; prefiere la muerte al fracaso: todo o nada. Así que, no
son fiables, porque la vida de los demás les importa poco. En esa obsesión por
seguir siendo el número uno le estamos viendo ahora a Cortés, aunque con
frustración garantizada, porque su pasado triunfo en México y lo que acababa de
conseguir su primo Pizarro en Perú era ya insuperable. Tras el fracaso de la
última flota que envió por el Pacífico, tomó una decisión drástica: “Cortés
tuvo gran pesar de lo acaecido. Y como era hombre de corazón, que no reposaba
con tales sucesos, acordó no enviar más capitanes, sino ir él en persona <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(este es mi chico)</i>”. Su carisma estaba
vivo, así que, “cuando se supo en la Nueva España que el marqués iba en
persona, creyeron que era cosa cierta y rica, y vinieron a servirle unos 286
hombres y 34 mujeres casadas”. Equipó a lo grande tres navíos. “Cortés se
embarcó<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con los que estimó necesarios
(al resto lo dejó esperando en el puerto) para ir a la isla Santa Cruz (allí
había muerto el vizcaíno Ortuño con sus hombres), donde decían que había
perlas”. Llegó en abril de 1537, haciendo que la nave retornara para que
hiciera el viaje la flota completa, bajo el mando de su gran amigo Andrés de
Tapia. Superaron una tormenta. “Y asegurado el tiempo, dioles otra tormenta que
separó a los tres navíos; uno dellos llegó donde estaba Cortés; otro encalló en
la costa de Jalisco, y muchos soldados que estaban descontentos del viaje y
tantos trabajos, se volvieron a la Nueva España; y el otro navío dio al través
en una bahía”. Pasaba el tiempo, los que estaban con Cortés se quedaron sin
alimentos, “y de hambres y dolencias se murieron veintitrés; otros muchos que
estaban dolientes maldecían a Cortés y a su isla”. Pero no era hombre para
aguardar una salvación milagrosa: “Fue a buscar a los perdidos con el navío que
tenía, hallando el de Jalisco sin ningún soldado, y el otro cerca de unos
arrecifes. Con gran trabajo, los aderezó y calafateó, volviendo a Santa Cruz
con sus tres navíos y bastimento. Y comieron tanta carne los soldados que lo
aguardaban que, como estaban debilitados, les dio cámaras <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(diarrea)</i> y tanta dolencia que murieron la mitad de los que
quedaban”. Se repite sin fin el drama de Indias: situaciones tremendas
superadas por un gran líder, y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>famélicos
enloquecidos comiendo hasta reventar.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126860244;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Es difícil, secre,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>controlar a
unos desesperados: “Y por no ver Cortés delante de sus ojos tantos males,
fueron a descubrir otras tierras, y entonces toparon con California, que es una
bahía”. Así que démosle el mérito de haberla descubierto, pero, por lo que se
ve, con la moral por los suelos: “Y como Cortés estaba tan trabajado y flaco,
deseaba volver a la Nueva España, pero no fue, para que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no dijesen de él que había gastado muchos
pesos de oro y no había topado con tierras de provecho”. Le sacaría del
atolladero su mujer, Juana de Zúñiga, como eficaz y sensata compañera.
Temiéndose lo peor, “envió en su busca dos navíos, y le escribió a su marido
muy afectuosamente, con ruegos de que volviese a México, que mirase los hijos e
hijas que tenía y dejase de porfiar más con la fortuna, y se contentase con los
heroicos hechos y fama que en todas partes había de su persona <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(oh, qué señora dama, pequeñín: una artista
curándole el orgullo herido)</i>”. También le rogó el virrey Mendoza que
regresara. “Y desde que vio las cartas, dejó allá a su gente y vino a
Cuernavaca, donde estaba la marquesa, con lo cual tuvo mucho placer, y también
todos los vecinos de México y el virrey, porque se decía que los caciques de la
Nueva España se querían alzar viendo que<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>no estaba en la tierra Cortés”. La armada la dejó en California bajo el
mando de Francisco de Ulloa, quien, “tras siete meses de viaje, no hizo cosa
que de contar sea, y se volvió a Jalisco”. Bernal sentencia después: “Y en esto
que he dicho pararon los viajes y descubrimientos que el marqués hizo, y aun le
oí decir muchas veces que había gastado en las armadas sobre 300.000 pesos de
oro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(una fortuna: unos 1.200 kg de oro)</i>”.
Y remata la faena: “Si miramos en ello, Cortés en cosa ninguna tuvo ventura
después de que ganamos la Nueva España”.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126860244;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto.- Brevemente: Ulloa ya constató en 1540 que California era una
península; así que su expedición, contradiciendo a Bernal, “sí hizo cosa que de
contar sea”. Un temprano error cartográfico propagó la idea de que era una
isla, y así aparece cien años después en este mapa del siglo XVII. El nombre de
California lo tomaron los españoles del libro de caballerías “Las sergas de
Esplandián”, escrito por Garci Rodríguez de Montalvo y publicado en 1510).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126860244;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126860244;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPxUAAFwKGdEy7lyk-_VTcqxCm2IS_xQJtb44M-1ytBozKdPNskqxF3-NF6NGjzvEeMxpldRHzIwJJzxTsAd5D5PgEaMyXrG2cB7IU_uJoKTiGYWIl2BWq-M41GcyK-mtQYm4_PH9F3sBQNubqjhv2apxQBL5iXpUOB0xQVbQEpHsjKia0iigqqRBOfljR/s520/bernal%20california%20isla.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="520" height="444" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPxUAAFwKGdEy7lyk-_VTcqxCm2IS_xQJtb44M-1ytBozKdPNskqxF3-NF6NGjzvEeMxpldRHzIwJJzxTsAd5D5PgEaMyXrG2cB7IU_uJoKTiGYWIl2BWq-M41GcyK-mtQYm4_PH9F3sBQNubqjhv2apxQBL5iXpUOB0xQVbQEpHsjKia0iigqqRBOfljR/w640-h444/bernal%20california%20isla.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-57984276609478855462023-07-27T15:02:00.002-07:002023-07-27T15:02:18.873-07:00(2094) Cortés, vuelto a México con su mujer, Juana de Zúñiga, construyó un palacio en Cuernavaca. No se lio en más conquistas militares, pero organizó, a su costa, expediciones marítimas por el Pacífico, y todas fracasaron.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126783073"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(147) –Por fin
vuelve Cortés a México, secre, pero para sufrir.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126783073;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Siguió tan inquieto y emprendedor como siempre, eminente abad, pero los
buenos tiempos se acabaron: “Como Cortés hacía mucho tiempo que estaba en
Castilla <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(2 años)</i> e ya casado, tuvo
gran deseo de volverse a la Nueva España. Y llegado a México <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(año 1530)</i> tuvo buen recibimiento, mas
no tanto como solía <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(mal augurio)</i>”. Pero
trasladó su domicilio definitivamente a otra población en la que ya había
construido un palacio: “una villa de su marquesado que se llama Cuernavaca <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(el asombroso Humboldt la llamó ‘la ciudad
de la eterna primavera’)</i>, y se llevó a la marquesa, doña Juana de Zúñiga,
haciendo allí su asiento. Como había capitulado con la serenísima emperatriz
Isabel enviar armadas por la Mar del Sur a descubrir tierras, y todo a su
costa, comenzó a hacer navíos en varios puertos. En esto de las armadas,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nunca tuvo ventura en cosa que pusiese la
mano, sino que todo se le tornaba espinas”. De pasada, Bernal habla de otra
expedición organizada anteriormente por Cortés con tristes resultados. “Envió
navíos, bien abastecidos y con 250 soldados, bajo el mando de un primo suyo,
Álvaro Saavedra Cerón, hacia las Molucas”.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126783073;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Expliquemos a nuestros queridos tertulianos, noble cronista, que, entre
otras misiones, el rey le ordenó a Saavedra que le echara una mano al navegante
García de Loaysa, porque parecía perdido por las Islas Salomón. No dieron con
él. Saavedra intentó ¡tres<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>veces! volver
a las costas mexicanas, pero los vientos se lo impidieron y murió en el empeño.
Tendrían que pasar muchos años hasta que el gran Urdaneta encontrara, por fin,
la ruta del tornaviaje (el camino de vuelta de Filipinas a México). Pongamos en
el debe de Cortés este primer fracaso. Sigamos anotando desastres (cuánta pasta
tenía el tío): “En mayo de 1532, bajo el mando del capitán Diego Hurtado de
Mendoza, envió dos navíos desde el puerto de Acapulco a descubrir por la costa
del Mar del Sur; se amotinaron más de la<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>mitad de los soldados y se volvieron a Jalisco con un navío, de lo cual
le pesó mucho a Cortés. Y del Diego Hurtado nunca más se oyó hablar, ni jamás
apareció”. ¿Se daría por vencido Cortés? Ni hablar: “Despachó otros dos navíos
con el capitán Diego Becerra para que buscaran al Diego Hurtado, y si no lo
hallasen, que descubrieran tierras nuevas”. Como era de suponer, la expedición
al mando de Becerra no encontró el menor rastro de Hurtado de Mendoza. Y,
además, todo terminaría de la peor manera, como en las tragedias griegas,
siendo los principales protagonistas Becerra, “un vizcaíno llamado Ortuño
Jiménez, piloto mayor y gran cosmógrafo”, y Hernando de Grijalva capitaneando
la segunda nave. Digamos, de pasada, que, no en esta, sino en otra expedición
posterior, Grijalva no conseguía encontrar el camino de tornaviaje desde Las
Molucas, su tripulación le exigió desistir, él quiso continuar la búsqueda, y
lo asesinaron. Pero ahora lo que va a hacer es separarse del otro navío
aprovechando la excusa de que un temporal les había alejado, “porque el Becerra
era muy soberbio y mal acondicionado, y también porque quería ganar honra por sí
mismo”. Hizo algún descubrimiento geográfico y volvió sano y salvo, pero con
rentabilidad cero para Cortés. Lo del otro barco fue peor: “Como Becerra iba
mal quisto con la mayoría de los soldados, se concertó el Ortuño con ellos y
con marineros vizcaínos, y lo mataron durante la noche; llegaron a una isla a
la que llamaron Santa Cruz, y cuando saltaron en tierra, los naturales los
mataron”. Quedó algún marinero en el navío y se volvieron a casita.
¿Escarmentaría Cortés?<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126783073;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto: En medio de tanto perro rabioso, Cortés ya había acotado bien sus
propios dominios familiares. Con el flamante título de Marqués del Valle de
Oaxaca, procuró alejarse de la caldera hirviendo de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>México, y en la primaveral Cuernavaca se construyó
este palacio, instalando allí a su joven esposa, doña Juana de Zúñiga.
Conservaron vivos cuatro hijos, y el obsesivo afán de Cortés intentando una
empresa nueva cada vez que fracasaba en otra, fue la desesperación de su mujer,
empeñada en convencerle de que ya había conseguido la máxima grandeza). <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126783073;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126783073;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilsEPsFm9RXLWMYmagfzd56dxVjMO1xhbC_Hcd9DiI5vnqmByK_s9oLJEdNO5K77ikW7SkwgRXvQXGHtkXzO8eH6BAs_5z1zwIXqNvn484Odn92xDXaMxlOAgFO-BhDjPco-d0jBG2KBZUYAbdElmB57CMKwwd2IlzZ9v9K_ZT0wPyKfSExPaGKIn3txQm/s1297/bernal%20cortes%20cuernavaca.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="649" data-original-width="1297" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilsEPsFm9RXLWMYmagfzd56dxVjMO1xhbC_Hcd9DiI5vnqmByK_s9oLJEdNO5K77ikW7SkwgRXvQXGHtkXzO8eH6BAs_5z1zwIXqNvn484Odn92xDXaMxlOAgFO-BhDjPco-d0jBG2KBZUYAbdElmB57CMKwwd2IlzZ9v9K_ZT0wPyKfSExPaGKIn3txQm/w640-h320/bernal%20cortes%20cuernavaca.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-71379564390193567362023-07-26T15:14:00.002-07:002023-07-26T15:14:42.945-07:00(2093) Nuño de Guzmán y sus oidores fueron nefastos. Llegaron otros nuevos, que resultaron ejemplares. Sancho sufre porque uno de los nefastos fue sobrino suyo. Y yo me alegro porque mis antepasados conocieron a Vasco de Quiroga.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(146) –Te veo radiante, pequeñín: va a
llegar tu preferido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Es que resulta un alivio, querido
preceptor, darnos de bruces en Indias con un español extraordinariamente
ejemplar y positivo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Y, además, también cuenta que lo
conocieron tus antepasados de Madrigal de las Altas Torres. Pero<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no te precipites: tenemos que aguantar un
ratito aún el mal olor de Nuño. “Como supo que lo quitaban de presidente e
venían otros oidores, el Nuño de Guzmán allegó todos los soldados que pudo para
que fuesen con él a la provincia de Jalisco, y los que no querían ir de grado
apremiábalos para que fuesen por fuerza, o habían de dar dinero a otros
soldados que fuesen en su lugar. Y llevó muchos indios mexicanos cargados y
otros de guerra, y hacía grandes<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>molestias con su fardaje por los pueblos que pasaban. Y en Michoacán,
porque el principal cacique no le dio tanto oro como le pedía, le atormentó y
le quemó los pies, y por algunas trancanillas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(calumnias)</i> que le levantaron al pobre cacique, le ahorcó, que fue
una de las malas cosas que un presidente no podía hacer, y todos los que iban
en su compañía lo tuvieron a crueldad. Y el<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Nuño de Guzmán siempre se estuvo en aquella provincia hasta que le
trajeron a México preso a dar cuenta de las sentencias que contra él dieron”.
Llega tu idolatrado, baby.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Pues vamos a oxigenarnos, reve. “Quitada
la audiencia anterior, llegó la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nueva, y
vino por presidente don Sebastián Ramírez de Villaescusa, obispo de Santo
Domingo, y cuatro oidores, Alonso de Maldonado, el licenciado Zaínos, el
licenciado Salmerón, y el licenciado Vasco de Quiroga, de Madrigal <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(quitémonos la gorra, Sancho)</i>, que
después fue obispo de Michoacán”. No me digas que lo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mitifico, santo padre: cómo tuvo que ser el
hombre para que el amor popular le hiciera pasar a la historia (hasta hoy, ¡y
siendo español!) con el apelativo de Tata Vasco. ¡Qué cambiazo!: de un extremo a
otro. Tan ejemplares fueron los nuevos jefes como desastrosos los anteriores.
Examinaron de inmediato la situación: “Y de todas las villas vinieron muchos
vecinos y aun caciques, y dieron tantas quejas del presidente y oidores pasados
que estaban espantados los que les sucedieron. El Delgadillo y Matienzo decían
que todas las demandas que les ponían eran a cargo de Nuño de Guzmán, que, como
presidente, lo mandaba, pero les vendieron sus bienes para pagar las sentencias
que hubo contra ellos, y les echaron presos”. ¿Cómo pudieron abusar tanto tiempo?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Fueron las circunstancias, hijo mío. Mi
sobrino llevaba 18 años inmerso en el caldo de cultivo de corrupción judicial
de ambas audiencias, la de Santo Domingo y la de México (inauguró las dos).
Bernal llega a afirmar (por supuesto, exagerando) que esos funcionarios tenían
un poder mayor que el que poseyeron luego los virreyes. También exagera al
decir que mi sobrino murió arruinado, pero sí es cierto que perdió gran parte
de su fortuna, y que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>murió en España
rumiando como alma en pena el estacazo que le dieron los nuevos jueces, aunque
esos sufrimientos le vinieron bien para abreviar su paso por el Purgatorio,
adonde llegó en 1536. El peor de todos, Nuño de Guzmán, intentó escurrirse como
una anguila, pero, a pesar de sus poderosas influencias familiares, lo apresaron,
le enviaron a España y murió en 1540 encerrado en el castillo de Torrejón de
Velasco. Terminemos con los piropos que Bernal les echa a los recién llegados:
“Ciertamente eran tan buenos jueces y rectos en hacer justicia que no entendían
sino en hacer lo que Dios y Su Majestad mandaban, en que los indios conociesen
que les favorecían y en que fuesen bien adoctrinados en la Santa Doctrina. Y además
de esto, luego prohibieron que se herrasen esclavos, e hicieron otras cosas
buenas. Pues el licenciado Quiroga era tan bueno, que le dieron el obispado de
Michoacán”. Te puedes sentir orgulloso de él, querido monaguillo: gran
humanista de extensa cultura; como reunía todos los requisitos, incluso el de
ser soltero, y el clamor general lo exigía, le hicieron sacerdote y obispo de
una tacada. ¡Y cómo acertaron!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(Imagen: Entre las paredes del hoy
arruinado castillo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de Torrejón de
Velasco, a unos 30 km de Madrid,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>acabó
sus días apresado uno de los peores españoles que llegaron a Indias: soberbio,
sádico y despótico, aunque<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hay que
reconocerle que fue un brillante fundador de ciudades en tierras mexicanas. La contrapartida: Vasco de Quiroga. Acabó con los desmanes de Nuño,
se empeñó en hacer realidad en Indias la Utopía de Tomás Moro (a quien vemos
detrás de él como susurrándole sabios consejos), y lo consiguió en gran parte,
permaneciendo su obra hasta nuestros días.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlVOX729NbAhUWd8t76m_QSzop1rFrPtNjFvfA7q5SwLoG4DDiBY3SSVK8o96b4U_GTiqvvTmmSTTbXfgVprpUE4f6xOCjZcqJlIsXzbCN_A_tYIkD6kaXto-4lWtefaC9z_C7pyakNsNhhXRxYIiPSkKDNDw5zgMrmNZYSr8UI2J1345TU2PAlyIuCU_F/s567/bernal%20vasco%20de%20quiroga.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="373" data-original-width="567" height="422" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlVOX729NbAhUWd8t76m_QSzop1rFrPtNjFvfA7q5SwLoG4DDiBY3SSVK8o96b4U_GTiqvvTmmSTTbXfgVprpUE4f6xOCjZcqJlIsXzbCN_A_tYIkD6kaXto-4lWtefaC9z_C7pyakNsNhhXRxYIiPSkKDNDw5zgMrmNZYSr8UI2J1345TU2PAlyIuCU_F/w640-h422/bernal%20vasco%20de%20quiroga.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-86486082794269730212023-07-25T15:11:00.002-07:002023-07-25T15:11:17.270-07:00(2092) Los oidores de la Audiencia siguieron con sus abusos, y el rey pensó en destituirlos. Sancho sufre por los defectos de su sobrino, pero se emociona al ver un plano de su querida Villasana de Mena.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126754493"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(145) –Entonces,
caro figliolo, renació el odioso odio al hereje.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126754493;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Y en su aspecto más miserable, tierno abad: el motivado por intereses
inconfesables. Los tres poderosísimos jueces habían promovido la denuncia
contra quienes descendieran de judíos o moros condenados por la Inquisición,
pero fue como matar mosquitos a cañonazos: “¡Y en aquel tiempo era cosa de ver
el acusar que acusaban unos a otros, y el infamar que hacían! Y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no tuvieron que salir de la Nueva España sino
solo dos: un mercader de Veracruz y un escribano de México”. Después de decir
Bernal que los oidores castigaban pero luego perdonaban u olvidaban, e incluso
que, finalmente, hicieron bien el reparto de indios a los conquistadores, pone
de relieve una de sus mayores lacras: “Lo que les echó a perder fue la
demasiada licencia que dieron para herrar esclavos, porque daban licencia hasta
a los muertos, y las vendían los criados de Nuño de Guzmán, de Delgadillo y de
Matienzo; en lo de Pánuco <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(gobernación de
Guzmán)</i>, herráronse tantos que casi despoblaran aquella provincia”.
Añadamos la dejadez: “Y demás de esto, no estaban en los estrados todos los
días que eran obligados, y se andaban en banquetes y tratando de amores”.
Parece ser que el sádico Nuño tenía una veta sentimental con sus amigotes,
haciéndoles generosos regalos, porque, según Bernal, “era franco y de noble
condición”. Delgadillo practicaba las mismas arbitrariedades. ¿Y Matienzo? ¿Lo
cuentas tú, my dear?).<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126754493;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Ten piedad, hijo mío: pasa de mí<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>este cáliz, que, no ya el contarlo, sino el
solo oírlo me mata de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vergüenza, y, por
él, de pena.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126754493;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Te haré el quite, sentimental ectoplasma. En algún momento dirá Bernal
que tu sobrino Juan era el menos indecente de los tres oidores, y el comentario
que hace ahora inspira cierta compasión: “El licenciado Matienzo era viejo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(rondaría los 60 años)</i>, y pusiéronle que
era vicioso de beber<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mucho vino, yendo
muchas veces a las huertas a hacer banquetes con varios hombres alegres que
bebían bien; y cuando estaban sentados, tomaba uno de ellos una bota con vino y
desde lejos le hacía con la misma bota huichucho, como llaman a señuelo a los
gavilanes, y el viejo iba como desalado a la bota y la empinaba y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>bebía de ella”. El caso es que, entre abusos
judiciales y comportamientos poco honorables, se buscaron la ruina, porque el
rey, ¡por fin!, les paró los pies (en qué estaría pensando cuando los nombró).
Te doy el relevo, Sancho, que ya pasó lo peor.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126754493;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Le llovieron al rey tantas quejas del desmadre de los oidores, “que
mandó que sin más dilaciones se quitase toda la real audiencia y los
castigasen, poniendo otro presidente y otros oidores que fuesen de ciencia y
conciencia y rectos en hacer justicia. Y dispuso que se fuese a Pánuco para
saber cuántos miles de esclavos habían herrado, y envió Su Majestad al mismo
Matienzo, que a este viejo oidor hallaron con menos cargos y mejor juez que a
los demás <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(¡menos mal!)</i>, ordenando
quebrar todos los hierros y que de allí adelante no se hiciesen más esclavos”.
Nuño, Delgadillo y mi sobrino, conscientes de la ira del rey, mandaron
rápidamente a España a amigos que lavaran su imagen y lo aplacaran, “pero los
del Real Consejo de Indias conocieron que todo iba guiado contra Cortés por
pasión, y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no quisieron hacer cosa que
conviniese a Nuño de Guzmán ni a los oidores, y además estaba entonces Cortés
en Castilla e buscaba su honra y estado”. Por su parte, y visto el panorama,
Nuño se marchó de México aprovechando que tenía licencia real para ir a la
conquista de Jalisco. Sabía muy bien cómo iba a acabar la nave, y, como
ejemplar capitán, huyó antes de que se hundiera, dejando tirados, como veremos,
a Delgadillo y a mi sobrino. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126754493;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto: Parece un dibujo naif, pero recoge muy bien lo que era mi querida
Villasana de Mena a finales del siglo XV. De ahí salimos a enlazar con el mundo
de Indias los dos, yo y mi, a pesar de los pesares, querido sobrino Juan Ortiz
de Matienzo, hombre de mucha valía, pero enredado en el laberinto de la
corrupción sin encontrar la puerta de salida. Me derrite ver ese plano: la
torre de los Velasco, la muralla de la población, mi cuadrado palacio en medio,
y frente a él, la iglesia que mandé construir, a la que adosé en seguida el
convento de mi corazón, el de Santa Ana, donde fue abadesa (que el Señor me
perdone) esa mujer a la que tanto quise, Catalina de la Puente… Y no sigo,
secre, porque se me está quemando de la emoción todo el cableado ectoplásmico).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126754493;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126754493;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjb7BirI56ujdunyoXWfG6bCntM0bvjt1HLfNpKPPAhL9Dcu_xiA0j9rBzD03m8Xb7NfYDwur8elD7zXHDtct5P7lwAAMyt-EBX6uY3Rqc28ihqhLadrQ9w3gLWMZhZ4SPAfGzbzegXKArD6I1N1XjQbPWnwOtRNm3vXfPMlihtiqjX_Z2siTljKLUiFc6d/s1295/bernal%20villasana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="972" data-original-width="1295" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjb7BirI56ujdunyoXWfG6bCntM0bvjt1HLfNpKPPAhL9Dcu_xiA0j9rBzD03m8Xb7NfYDwur8elD7zXHDtct5P7lwAAMyt-EBX6uY3Rqc28ihqhLadrQ9w3gLWMZhZ4SPAfGzbzegXKArD6I1N1XjQbPWnwOtRNm3vXfPMlihtiqjX_Z2siTljKLUiFc6d/w640-h480/bernal%20villasana.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-35574660304975140662023-07-24T15:16:00.002-07:002023-07-24T15:16:30.955-07:00(2091) Juego sucio de Nuño de Guzmán y los demás oidores de la Real Audiencia de México contra Cortés y sus soldados, pero, a pesar de su rencor y del gran poder jurídico que tenían, fracasaron.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126683986"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(144) –No perdió
un segundo Salazar, secre, para intrigar a fondo.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126683986;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Resulta repugnante el factorcito, santo padre. Empezó de inmediato a
trabajarse a Nuño de Guzmán, “haciéndose muy amigo suyo y de Delgadillo,
que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no hacían otra cosa sino lo que él
mandaba”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Su primera maniobra (que le
sacó de quicio a Bernal) fue “aconsejarles que no hiciesen el repartimiento
perpetuo de indios que mandaba Su Majestad, porque, si lo hiciesen, no serían
tan señores, y los conquistadores y pobladores no les tendrían tanto acato”. Y
se salió con la suya. Tuvo la osadía de ir más lejos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126683986;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Da la sensación, ilustre literato, de que Salazar no contaba con mi
sobrino Juan, porque en su siguiente trapacería Bernal tampoco lo menciona:
“También decidieron el factor Salazar, Nuño de Guzmán y Delgadillo que fuese el
mismo factor a Castilla para pedir la gobernación de la Nueva España para Nuño
de Guzmán, porque sabían que Cortés ya no tenía tanto favor con su Majestad.
Pues embarcado el factor, dio al través la nave con una gran tormenta, y se
salvó en un batel, y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(la rata)</i> volvió
a México, y no tuvo efecto su ida a Castilla”. Y todo ello a pesar de que los
oidores ya habían tomado la habitual residencia por orden del rey a Alonso de
Estrada, gobernador en funciones, “que la dio muy buena, y debía quedar por
gobernador”. Bernal hace un balance del conjunto de la actuación de Estrada en
su cargo y le elogia sin recato, salvo en cierta debilidad frente a los
conflictos, como el actual con Salazar, Nuño y Delgadillo: “Y a los pocos días,
falleció de enojo de ello. Dejemos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de
hablar de esto y diré que en lo que entendió después la audiencia fue en ser
muy contrarios a las cosas del marqués. El factor Salazar y otros vecinos le
pusieron muchas demandas a Cortés, y los escritos que entregaban en los
estrados de la audiencia tenían muy gran desacato y palabras muy mal dichas. Y
fue tal la cosa que el licenciado Altamirano <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(administrador de Cortés)</i> echó mano a su puñal y le iba a dar al
factor si no se abrazaran con él Nuño de Guzmán, Matienzo y Delgadillo; y toda
la ciudad estaba revuelta”. Aquello era un<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>nido de víboras en plena histeria, y se produjo una<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vergonzosa trama de acusación contra Cortés y
sus soldados, derivada de que nuestro viejo conocido Narváez consiguió en
España una licencia para explorar Florida, muriendo él y casi toda la
expedición. Pero su viuda no lo sabía. Uno de los pocos supervivientes de la
tropa de Narváez fue el protagonista de un larguísimo y asombroso viaje entre
los indios norteamericanos (y lo escribió): Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Pero me
dice Bernal que ‘nos dejemos de cuentos viejos’ y volvamos al conturbado
México: “Llegó entonces un deudo del capitán Pánfilo de Narváez que se llamaba
Zavallos, enviado desde Cuba para buscarle por su mujer (<i>la de Narváez</i>),
María de Valenzuela, porque ya había fama de que estaba perdido o muerto. Y
secretamente el Guzmán, el Matienzo y el Delgadillo le hablaron para que
pusiera demanda contra todos los conquistadores que estuvimos juntamente con
Cortés en el desbaratar al Narváez. Y dada la queja por Zavallos, prendieron a
los más de los conquistadores, que pasaron de 350, y a mí también, y nos
desterraron a cinco leguas de México”. Luego levantaron el destierro, pero los
de la audiencia, con una agresividad feroz, consiguieron demandas para
reactivar todas las ya conocidas acusaciones contra Hernán, e intentaron incoar
otras nuevas, aunque en algunas pincharon en hueso: sus viejos soldados se
negaron a acusar a Cortés, como se les pedía, de que se había quedado con oro
que era del rey. Afortunadamente lo habían decidido en una reunión autorizada
por el alcalde, porque ya “el presidente y oidores nos querían prender diciendo
que sin licencia no podíamos juntarnos ni firmar cosa alguna”. Chasqueados, recurrieron
a otra presión (me ruborizo, secre): “Mandaron que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>saliesen de la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nueva España todos los que venían de linaje
de judíos o<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>moros que hubiesen sido
quemados o ensambenitados por la Santa Inquisición”. Yo también abusé de ese
poder, pero lo de estos tres (ay, sobrino mío) estaba completamente fuera de
lugar.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126683986;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto: Ahí vemos el Palacio Nacional de México, que forma uno de los
laterales de la gran Plaza del Zócalo. Ese soberbio edificio es una ampliación
de las dependencias oficiales que construyó Cortés, dentro de las cuales
hicieron y deshicieron los funcionarios de la primera Audiencia de México, Nuño
de Guzmán, Diego Delgadillo y mi extraviado sobrino Juan Ortiz de Matienzo, los
cuales, según Bernal, “llegaron con mayores poderes a la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nueva España que los que tuvieron luego los
virreyes”).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126683986;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126683986;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSfRI_0hwP_Qt-RBiXr53ySS419UHgK2Lt4hM5CAz13ydMQ1ii6UjCephHI-Xb0dJyCMH7W00Gtqzx_gheyPVwoJztt4N39HPiE7LYYo_iBAUvahRD73ogF5OsMGaFcSwB6pn7i1ghTXTJIo8aVAbg_uyw2yRZwx3L7IiMk0D2VWnIUPE1Fy5jefpRvRzx/s567/bernal%20el%20zocalo%20palacio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="252" data-original-width="567" height="284" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSfRI_0hwP_Qt-RBiXr53ySS419UHgK2Lt4hM5CAz13ydMQ1ii6UjCephHI-Xb0dJyCMH7W00Gtqzx_gheyPVwoJztt4N39HPiE7LYYo_iBAUvahRD73ogF5OsMGaFcSwB6pn7i1ghTXTJIo8aVAbg_uyw2yRZwx3L7IiMk0D2VWnIUPE1Fy5jefpRvRzx/w640-h284/bernal%20el%20zocalo%20palacio.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-77909596515406050032023-07-23T15:33:00.002-07:002023-07-23T15:33:59.022-07:00HOY EN EL BLOG (Día 2090): El Rey se hartó de las peticiones de Cortés. Pero este inquieto y genial héroe, aunque fracasó en Honduras, fue capaz de organizar una gran expedición a la costa del Pacífico (que resultará otro fiasco). eldramadelasindias.blogspot.com<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126674738"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(143) –Hay
refranes que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no fallan, baby: la
avaricia rompe el saco.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126674738;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Así fue, daddy: se le nubló la vista a Cortés, y ofendió al rey. Como
diría Bernal, ‘fue un gran pelmazo’ con sus peticiones de que le hiciera
gobernador de la Nueva España, aunque sin duda lo merecía. “Su Majestad le
contestó a Cortés que se contentase, porque ya le había dado el marquesado de
más renta. Y de allí adelante comenzó a decaer la gran privanza que tenía,
porque, según dijeron, al cardenal y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a
los demás señores del Real Consejo de Indias les pareció que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no debía ser gobernador. También se habló de
que el comendador <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(mal enemigo)</i> y su
mujer, doña María de Mendoza, le fueron algo contrarios porque no les tenía en
cuenta. Entonces fue Su Majestad a embarcarse en Barcelona para pasar a
Flandes”. Hasta el puerto catalán fue Cortés tras el rey, como perrillo
mendicante, con la misma cantinela, “echando siempre por intercesores a
aquellos duques y marqueses, y Su Majestad le respondió al conde de Nasau que
no le hablasen más del asunto de la gobernación <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(se acabó la monserga)</i>”. Pero el insumergible Cortés tenía otros
asuntos importantes entre manos. Se formalizó con grandes fiestas su matrimonio
con Juana de Zúñiga, a la que cubrió de joyas, sintiéndose algo desairada la
reina Isabel (el gran amor de Carlos V) porque las que le regaló a ella no eran
de la misma calidad; sin embargo “mandó a los del Real Consejo de Indias que le
ayudaran en todo”. O sea, luz verde al uso que iba a hacer Cortés de sus
competencias como capitán general de la costa del Pacífico: “Y entonces
capituló Cortés el envío durante dos años por la mar del Sur de dos navíos bien
abastecidos, con 64 soldados y capitanes a su costa, para descubrir otras
tierras”. No podía parar: fracasó en Honduras, y fracasará en esta
capitulación, perdiendo dinero a borbotones. Como tocaba música embriagadora
donde hiciera falta, “envió a Roma a un hidalgo que se llamaba Juan de Herrada,
como embajador suyo, con un rico presente y a besar los santos pies al papa
Clemente <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(Adriano ya había muerto)</i>”.
El Santo Padre quedó impresionado de lo que le contó Herrada sobre México,
valorando mucho la labor evangélica: “Y nos mandó una bula para absolvernos a
los conquistadores de culpa y pena de nuestros pecados”. Ya siento, querido
Sancho, que tengas que sufrir ahora un ratito, porque ahí asoma Juan Ortiz de
Matienzo. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126674738;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¿Por qué me saldría tan ful ese sobrino
al que quise como a un hijo? Y mira que era listo y trabajador… Menos mal que
su única hija, Juana, fue un tesoro de mujer. Vamos allá con la comedia:
“Estando Cortés en Castilla, llegó la Real Audiencia a México. Y vino por
presidente Nuño de Guzmán <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(el
sanguinario)</i>, y cuatro licenciados por oidores, que se llamaban Matienzo,
del que decían que era de Vizcaya o cerca de Navarra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(casi acierta)</i>, y Delgadillo, granadino, y un Maldonado, de
Salamanca, y el licenciado Parada. Cuando llegaron, les hicieron gran
recibimiento, y se mostraron muy justificados en hacer justicia”. Bien, hijos
míos: aclaremos algo. Se ve que empezaron con buenas maneras, pero todo se iría
complicando, y hay que tener en cuenta que, para el rey, lo más importante era
que frenaran el auge del carismático Cortés. Bernal va a ser muy crítico con
ellos, pero, sin embargo, saltará a la vista que estaba contento con el reparto
de indios que hicieron, porque fue más justo que el de Cortés. A quien, con su
típica sinceridad, lo va a defender ahorita mismo: “Los oidores Maldonado y
Parada, poco después de llegar a la ciudad, fallecieron de mal de costado; y si
allí estuviera Cortés, habiendo tantos maliciosos, también le infamaran y
dijeran que él los había muerto”. Terminaré hoy diciendo que, si bien yo le conseguí
a mi sobrino Juan Ortiz de Matienzo el puesto en la audiencia de Santo Domingo,
nada tuve que ver en su llegada a México, porque entré en el Reino de la Risa
siete años antes. Sus andanzas en La Española habían sido esperpénticas, pero
muy útiles para encorsetar a Diego Colón; quizá eso bastó para que el rey le
confiara hacer lo mismo con Cortés en la Nueva España.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126674738;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto.- Ya que abunda lo odioso en Nuño de Guzmán, digamos algo bueno:
cumpliendo sus órdenes, Cristóbal de Oñate, en 1532, fundó Guadalajara -Nuño
era oriundo de la de España-, al oeste de México y cerca del Pacífico. Antes de
ser la hermosa ciudad que vemos en la foto, sufrió varios traslados; allí es
donde se canta el “Jalisco, no te rajes”).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126674738;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126674738;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg_GCYYV4LjTL-5BMVaHsZdvH4WVgqh2H_YFY4nDB51_34Q1K47Db3iBcK7ia3cAenjfoMefRBy79a8dR7nOXtLGI777JlomcJ_FksMpopQGaTLxk8jIO6ZPgalONhD7CJOfCzKOl90oUEz0OyXExqUCmcIznvxly_Aj90DuMLwCzzWR4WCAiFOWM4rgNQ/s1297/bernal%20guadalajara%20mexico.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="804" data-original-width="1297" height="396" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg_GCYYV4LjTL-5BMVaHsZdvH4WVgqh2H_YFY4nDB51_34Q1K47Db3iBcK7ia3cAenjfoMefRBy79a8dR7nOXtLGI777JlomcJ_FksMpopQGaTLxk8jIO6ZPgalONhD7CJOfCzKOl90oUEz0OyXExqUCmcIznvxly_Aj90DuMLwCzzWR4WCAiFOWM4rgNQ/w640-h396/bernal%20guadalajara%20mexico.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-9501683941685961162023-07-21T15:15:00.000-07:002023-07-21T15:15:04.319-07:00(2089) Por fin el Rey le recibió a Cortés con amabilidad, y le dio títulos importantes, pero no la gobernación de México. Recuperado de una enfermedad, Cortés actuó con chulería, no respetando el protocolo de las jerarquías.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(142) –La habilidad de Cortés, mon cher
ami, le va a encumbrar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Y su desmedido orgullo, reverendo padre,
va a empañar su triunfo. Lo vamos a ver en su salsa, seduciendo, repartiendo
regalos como Papá Noel y utilizando poderosas influencias, pero sin saber
frenar a tiempo. Se puso en marcha hacia la Corte, y paró “en Nuestra Señora de
Guadalupe para tener novenas; y fue su ventura tal que había allí llegado la
señora doña María de Mendoza, mujer del comendador don Francisco de los Cobos”.
Era el superpoderoso ministro que recibió como regalo del rey la ostentosa
culebrina de oro que le había enviado Cortés, y la fundió. Queda descartado que
se hablara del tema. A doña María la acompañaban varias damas, “y entre ellas
una doncella hermana suya, y desde que lo supo Cortés hubo gran placer. Y como
era en todo muy cumplido e regocijado, y plática con agraciada expresiva no le
faltaba, y sobre todo muy generoso y tenía riquezas que dar, comenzó a hacer
grandes presentes de muchas joyas de oro a todas aquellas señoras, y muy
aventajado a doña María de Mendoza y a su hermana”. Como Bernal sabe que Cortés
conseguirá muchas mercedes del rey, pero no la gobernación de México, fantasea
con lo que pudo ser y no fue: “Y tan gran servidor se mostró con ellas que doña
María de Mendoza le ofreció casamiento con la señora su hermana. Y si Cortés no
estuviera desposado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(prometido)</i> con
la señora doña Juana de Zúñiga, sobrina del duque de Béjar, ciertamente habría
tenido grandísimos favores del comendador, y Su Majestad le habría dado la
gobernación de la Nueva España”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>- Pon fin, secre, ‘el cortés y cortejador
Cortés llegó a la Corte’, entonces en Toledo. Entre disculpas, explicaciones e
influencias, más carisma personal, que crecía en las distancias cortas,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se llevó al huerto al poderoso monarca.
Carlos V fue consciente de su grandeza, haciéndole el honor de impedirle que se
pusiera de rodillas ante él, “y le mandó levantar, y el almirante <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(de Castilla)</i> y el duque de Béjar
dijeron a Su Majestad que era digno de grandes mercedes, y luego le hizo
marqués del Valle <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(de Oaxaca)</i>, y le
hizo capitán general de la Nueva España y de la Mar del Sur <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(el Pacífico)</i>”. Pues bien: cayó enfermo
y poco faltó para que muriera como Sandoval. “Llegó a estar tan al cabo que Su
Majestad, acompañado de muchos nobles, le visitó, lo que fue muy gran favor”.
Mejor que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no lo hiciera, porque, ya
curado, Cortés se creyó cuasi divino. Cortés tenía sobrados motivos para sentirse
orgulloso por su triunfante aterrizaje en España, pero cometió la imprudencia
de actuar con fanfarronería en el coto de los aristócratas: la sangre azul no
admitía mezclas. Empezó haciendo una escenificación descabellada. Asistía a una
misa dominical el rey, “y estaban sentados, según su calidad y como tenían por
costumbre, los duques, marqueses y condes; vino Cortés algo tarde a misa sobre
cosa pensada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(será fantasmón)</i>, y pasó
delante de algunos de aquellos ilustrísimos señores, y se fue a sentar cerca
del conde de Nasau, que estaba próximo al emperador; por lo que aquellos
señores de salva <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(nobles)</i> murmuraron
de su gran presunción y osadía”. Pero la jactancia de Cortés no tenía límites:
“Habiéndose visto tan sublimado en privado con el emperador, el duque de Béjar,
el conde de Nasau y el almirante, y ya con título de marqués, comenzó a tenerse
en tanta estima, que no tenía en cuenta como era de razón a quienes le habían
ayudado para que Su Majestad le diese el marquesado”. Así que el insensato se
atrevió a pedir más. “Se pasaba por alto al Real Consejo de Indias, al cardenal
Loaysa, a Cobos y a doña María de Mendoza, creyendo que tenía muy bien
entablado su juego por su amistad con el duque de Béjar, el conde de Nasau y el
almirante, y comenzó a suplicar con mucha importancia a su Majestad que le
hiciese merced de la gobernación de la Nueva España”. Vaya papelón, Cortesito. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(Foto: Acompañando a Cortés en su viaje,
hacemos una parada en el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cacereño
Monasterio de Guadalupe para que el gran capitán purifique su alma, y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nosotros gocemos santamente de esa maravilla
que vemos en la imagen. Breve historia: Junto al río Guadalupe -en árabe ‘río
del amor’-, se produjo una aparición de la Virgen, la advocación cuajó con
fuerza, se fundó el monasterio el año 1394 y los españoles llevaron consigo la
devoción a Indias, por lo que parece ser la misma que penetró profunda<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>e indeleblemente en el corazón de los nativos
tras otra<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>aparición en Tepeyac).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdgeH7JFXosKZrXda-5qZzSrE1B_7YE5LIe6vddc6KXShhCjeU16E2pM3JnUIu2Nj7f7Wd1LaLie3ieAIBM8DlP_JDPvTLnLhpEKGXhXgMA7nYuP_Aw_FXoAFtZh6RIJ21t97ZseSRuwUVxC0SvQWrqvzEI3Pef35-eCQJmV_CUsBwAW6obq4KVoL3L-DY/s566/bernal%20monasterio%20guadalupe.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="478" data-original-width="566" height="540" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdgeH7JFXosKZrXda-5qZzSrE1B_7YE5LIe6vddc6KXShhCjeU16E2pM3JnUIu2Nj7f7Wd1LaLie3ieAIBM8DlP_JDPvTLnLhpEKGXhXgMA7nYuP_Aw_FXoAFtZh6RIJ21t97ZseSRuwUVxC0SvQWrqvzEI3Pef35-eCQJmV_CUsBwAW6obq4KVoL3L-DY/w640-h540/bernal%20monasterio%20guadalupe.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-1561287172620831062023-07-20T14:59:00.003-07:002023-07-20T17:23:24.364-07:00(2088) Llegó Cortés a Palos de Moguer (Huelva). Le acompañaba el joven, heroico y humano Gonzalo de Sandoval (gran amigo de Bernal),quien enfermó allí y murió pronto. Curiosamente, también llegó entonces el gran Pizarro. <p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(141) -Qué casualidad, baby: iba a España,
y le llamaron de allí.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Tan simultáneo, daddy, que recibió la
carta mientras preparaba el viaje. Contaba con llevar en un navío “4 indios
maestros de jugar al palo con los pies, y otros indios grandes bailadores que
parecen que vuelan por lo alto <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(sigue
siendo un reclamo turístico)</i>, y llevó 3 indios corcovados muy enanos, y
otros muy blancos, que con el gran blancor<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>no veían bien <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(¿albinos?)</i>. Y
los caciques de Tlaxcala le rogaron que llevase a tres hijos de los principales
de aquella provincia, y, entre ellos, un hijo del ciego Xicotenca el Viejo, que
después se llamó don Lorenzo de Vargas”. Poco entusiasmo circense le quedaría
cuando recibió las noticias de España: “Entonces le vinieron cartas del
presidente de Indias y cardenal de Sigüenza don García de Loaysa, y del duque
de Béjar y otros caballeros, en las que le decían que, como estaba ausente,
daban quejas de él ante Su Majestad acerca de muchos males y muertes que había
hecho dar a los que Su Majestad enviaba, y que fuese a volver por su honra; y
le trajeron noticias de que su padre, Martín Cortés, había fallecido. Y desque
vio las cartas, le pesó mucho, así de la muerte de su padre como de las cosas
que decían que había hecho, no siendo así. Y si mucho deseo tenía de ir a
Castilla, después se dio mayor prisa”. No le faltaba oro, ¿eh, tesorero?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Salta a la vista, querido socio: “Compró
Cortés dos navíos que habían llegado a Veracruz y los abasteció muy
cumplidamente, como para el rico y gran señor que era, cargando tanto género
que, con lo que les sobró en Castilla, se habrían podido mantener<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>dos años otros dos navíos”. Embarcados los
tres prohombres, Cortés, Sandoval y Tapia, llegaron a España en 42 días. No lo
puedo evitar, pequeñín: me<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>brotan
ectoplásmicas lágrimas al leer lo que dice Bernal después. Ese dechado de
virtudes que fue Gonzalo de Sandoval, su personaje preferido de cuantos
aparecen en el libro, al que no le encuentra defecto alguno, y del que siempre
habla con afecto de amigo aunque fuera su capitán, quizá por la complicidad de
ser igualmente jóvenes, se<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nos va a
morir. Y le va a ocurrir sin poder ir más allá de la costa andaluza: volvía por
primera y última<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vez a España, pero no
alcanzó a ver su Medellín natal, ni a su familia. Se había librado
milagrosamente de incontables peligros, y una estúpida enfermedad acabó con él.
A ver qué dice Bernal. Llegados a Palos de Moguer (Huelva), “pareció que
Gonzalo de Sandoval iba muy doliente, y a grandes alegrías hubo tristezas, que
fue Dios servido de llevarle a los pocos días desta vida”. Cortés había ido al
próximo monasterio de La Rábida; entretanto, Sandoval se fue agravando hasta el
extremo de que un miserable, que luego desapareció, “le hurtó en la posada 13
barras de oro, y aunque Sandoval lo vio, no osó dar voces <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(el vencedor de tantas batallas)</i>, porque como estaba muy debilitado
e flaco e malo, temió que aquel mal hombre le echase la almohada sobre la boca
y le ahogase”. Le avisaron a Cortés de la gravedad de Sandoval y volvió
rápidamente, “pero cada día iba empeorando de su mal. Se confesó y recibió los
Santos Sacramentos con gran devoción, e hizo testamento; nombró por su albacea
a Cortés, y heredera a su hermana María, la cual se casó, el tiempo andando,
con un hijo bastardo del conde de Medellín. Y luego dio su ánima a Nuestro
Señor Dios que la crio. Y por su<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>muerte
se hizo gran sentimiento, y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con toda la
pompa que pudieron, le enterraron en el monasterio de Nuestra Señora de La
Rábida, y Cortés, con todos los caballeros que iban en su compañía, se pusieron
de luto. Perdónele Dios, amén”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(Foto: El antiguo puerto de Palos de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Moguer (Huelva), en la desembocadura del río
Tinto, quedó hace tiempo cegado por las tierras; de allí partió Colón hacia lo
desconocido, y nos dice ahora Bernal que Cortés, Sandoval y Tapia acaban de
llegar a sus aguas protectoras. Sigue existiendo Palos de la Frontera, la
ciudad del puerto desaparecido, y en ella un monumento vivo que representa la
mejor esencia colombina: el monasterio franciscano de Santa María de la Rábida,
tan bello y apacible como se ve en la foto. Entre sus muros, le animaron los
franciscanos a Colón cuando tenía todo en contra; allí reposa Martín Alonso
Yáñez Pinzón, el hábil y valiente piloto que le acompañó en su aventura. Dentro
de su desgracia, va a resultar que Sandoval tuvo la suerte de ser enterrado en
el mejor sitio posible para un héroe de Las Indias. Y pocos días después de su
fallecimiento ocurrió un hecho verdaderamente singular: se encontraron en el
monasterio los dos más grandes de Indias, Cortés y Pizarro; eran, además,
parientes, y el glorioso analfabeto llegaba a España a conseguir las
capitulaciones para conquistar el imperio inca, cuya existencia acababa de
confirmar tras cuatro años de tremendas penalidades. Hay casualidades que
parecen milagrosas).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4_tG9OoZfhTebk4A6i0We1NTuWUroKnAT2p5xiCyq4CZ_4wJ28alLIUvPdn1zXse5Z4VXwpv5o4mVbUHqpY5_GMvCUdFvYeONnr0xnKQ7caDCjr5qiWBm4iEFjXdCaCy3EEikpjD7hy5iRRZznd1DANmtQeCSxUuN0zKkR4PPYuA3DI6m09dBsafjsMHW/s1295/bernal%20santa%20maria%20de%20la%20rabida.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="741" data-original-width="1295" height="366" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4_tG9OoZfhTebk4A6i0We1NTuWUroKnAT2p5xiCyq4CZ_4wJ28alLIUvPdn1zXse5Z4VXwpv5o4mVbUHqpY5_GMvCUdFvYeONnr0xnKQ7caDCjr5qiWBm4iEFjXdCaCy3EEikpjD7hy5iRRZznd1DANmtQeCSxUuN0zKkR4PPYuA3DI6m09dBsafjsMHW/w640-h366/bernal%20santa%20maria%20de%20la%20rabida.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-19130554651272344352023-07-19T15:06:00.002-07:002023-07-19T15:06:58.649-07:00(2087) Sigue el acoso a Cortés, y le obligan a ir a España. Algunos le aconsejan que se haga rey de México, pero él amenaza a los conspiradores. Partieron en su compañía Gonzalo de Sandoval y el leonés Andrés de Tapia.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126532774"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(140) –Estrada
la pifió, secre: había soltado a dos perros rabiosos.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126532774;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Especialmente nefasto, sabio doctor, era el factor Salazar: “Y desde que
el tesorero Estrada los hubo sacado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(antes
muerto que llamarlo gobernador)</i>, el factor Salazar y varias personas que no
estaban a bien con Cortés le dijeron que lo desterrase de México. Ya firmado
este destierro por el tesorero <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(el
magnífico héroe que lo conquistó, ¡expulsado!)</i>, se lo fueron a notificar a
Cortés, y dijo que lo cumpliría tan bien, que iría a Castilla a dar relación de
ello a Su Majestad y demandar justicia contra ellos. La mujer del tesorero, que
se llamaba doña Marina Gutiérrez de la Caballería, ciertamente digna de buena
memoria por sus muchas virtudes, cuando lo supo, le dijo a su marido: ‘Plegue a
Dios que no nos venga mal de esto’; le trajo a la memoria las mercedes que
Cortés les había hecho, y le dijo que tornase a hacer amistades con él. Y dicen
que el tesorero se arrepintió de haberlo desterrado, y aun de sacar de la
cárcel al factor y al veedor, porque en todo le iban a la mano y eran muy
contrarios a Cortés”. Gran mujer, reve.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126532774;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Es raro, jovenzuelo, que Bernal, siempre tan anecdótico, no dé algún
detalle más de ese ejemplo de matrona virtuosa. Acababa de llegar a México,
después de 6 años sin verle el pelo a su marido (recordemos, de paso, que
presumía de ser un bastardo de Fernando el Católico), y protegiendo bajo sus
alas nada menos que a cinco hijas, a través de las cuales la familia emparentó
después con lo más linajudo de Indias y de Castilla; seguro que ella fue la
artífice. Y, además, ¡oh, oh, oh..!, se llamaba doña Marina. ¡Ay...!<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126532774;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Tranqui, Sancho; ya sigo yo, que te va a dar algo. Esto ocurría a
principios de 1528, y en el mismo barco que la adorable y sus retozonas “vino
de Castilla don fray Julián Garcés, primer obispo que fue de Tlaxcala,
natural<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de Aragón y gran predicador. Y cuando
supo lo del destierro de Cortés, le pareció muy mal. El tesorero le echó por
intercesor para que fuese a Texcoco adonde Cortés <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(había ido allí al ser echado de México)</i> y les hiciese amigos, y
aunque el obispo trató las amistades, no pudo lograr cosa ninguna, porque en lo
que se ocupaba Cortés era en allegar todo el oro y la plata que podía para ir a
Castilla; y asimismo se aparejaban el capitán Gonzalo de Sandoval y Andrés de
Tapia, porque estos capitanes fueron en compañía de Cortes a Castilla”. Así
que, nuevo escenario.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126532774;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Y que lo digas, hijo mío. ¡Vaya cambiazo!: Cortés se va a presentar en
España tras 24 años de ausencia. Pero antes de partir tuvo que oír algunos
cantos de tentadoras sirenas: “Íbanle<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a
ver muchos vecinos de México y otras villas, y aun algunos bulliciosos y amigos
de escándalos le iban con consejas diciéndole que, si se quería alzar por rey
en la Nueva España, ellos le ayudarían. Y Cortés echó presos a dos hombres de
los que vinieron con aquellas pláticas y les trató mal, llamándoles traidores,
y estuvo a punto de ahorcarlos. Y también le trajeron de México<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>una carta de otros bandoleros que le decían
los mismo, haciéndolo para tentarlo, pero como Cortés era tan servidor de Su
Majestad, dijo con amenazas que, a los que volvieran con aquellas parlerías y
traiciones, los mandaría ahorcar”. Bernal insiste en este aspecto cuando
escribe, después de tantos años, con la evidente intención de desprestigiar a
quienes sembraron a conciencia, en Indias y en la Corte, las dudas sobre la
lealtad de Cortés al rey. (El que sí resultó un traidor, ya muerto Cortés, fue
su hijo Martín, que salvó la cabeza de milagro). Llegaron, pues, los preparativos
del viaje, Hernán dejó como administrador principal de su hacienda al
licenciado Juan Altamirano, y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no
renunció a llevar animales exóticos, plantas variadas, y a algunos indios
peculiares, como veremos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126532774;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto: Nada mejor que una foto de la maravillosa catedral de León para
decir algo de un personaje que la vio desde niño: Andrés de Tapia; él y
Sandoval le acompañaron a Cortés en el viaje a España. Un bosquejo de su
biografía: Era de edad muy similar a la de Sandoval y Bernal, que andarían por los
22 años al empezar la toma de México. El gobernador Velázquez lo encajó en la
expedición de Cortés para hacerle la contra, pero se convirtió casi de
inmediato en su incondicional amigo y en un capitán de gran valía, que estuvo
siempre a su lado, incluso en otro viaje más a España, que tendría lugar
posteriormente. Escribió una breve crónica de la conquista de México, utilizada
por otros historiadores de su época, pero el texto suyo completo no se editó
hasta el siglo XIX. Murió en México el año 1560, y, al parecer, pobre y con
fama de honrado, cosa rara entre aquellos capitanes).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126532774;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126532774;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjxYMmWOD01cuEKvJvVKpNfwxlL1ELNVDUHYu7xC7v_Dgm1qNiTtErPKWQMZwiZ3MRyNkhhIdCbI1sDExw8ibY5RK49kj7ul3hck32Qkyv2C_rYMq3eywOAWdDNx1h4FQgUNPvHwAYhZ3ZE3l1G2q-E5cL3fwHnUsyklrwB22VzXsu3hA7CUDkxaizuhn9/s566/bernal%20catedral%20de%20leon.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="460" data-original-width="566" height="520" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjxYMmWOD01cuEKvJvVKpNfwxlL1ELNVDUHYu7xC7v_Dgm1qNiTtErPKWQMZwiZ3MRyNkhhIdCbI1sDExw8ibY5RK49kj7ul3hck32Qkyv2C_rYMq3eywOAWdDNx1h4FQgUNPvHwAYhZ3ZE3l1G2q-E5cL3fwHnUsyklrwB22VzXsu3hA7CUDkxaizuhn9/w640-h520/bernal%20catedral%20de%20leon.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-84359004872984624622023-07-18T15:02:00.002-07:002023-07-18T15:02:33.810-07:00(2086) El rey sigue desconfiando peligrosamente de Cortés, y hasta comete varios errores. Da orden de que se cree la nueva Audiencia de México, y confía la presidencia al brutal y ambicioso Nuño Beltrán de Guzmán.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126517226"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(139) –Certo,
piccolino: Nuño de Guzmán daba miedo en México.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126517226;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Y además, caro babbo, envidiaba y odiaba a Cortés. Bernal nos explica
la situación: “Porque Nuño de Guzmán se metía en los términos de México, no
mirando a lo que Su Majestad le mandaba; y a un vecino que se llamaba Pedro
González de Trujillo, por decirle que no quería estar bajo su gobernación, pues
los indios de su encomienda no eran de Pánuco, le mandó ahorcar, e hizo otros
desatinos. Por lo que los del cabildo le suplicaron a Alonso de Estrada que
gobernase con Cortés, y no quiso; aunque otros creyeron que fue Cortés quien no
lo aceptó, para que no dijeran los maliciosos que quería señorear a la fuerza;
y también porque hubo murmuraciones de que Cortés le dio algo a Marcos de
Aguilar para que muriera. Y lo que se concertó finalmente fue que, juntamente con
el tesorero Estrada, gobernase Gonzalo de Sandoval, que era alguacil mayor y
persona de la que se hacía mucha cuenta”.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126517226;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-De verdad, picaruelo, que parece una<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>broma pesada: Cortés tuvo el triunfo casi cósmico de conquistar
Tenochtitlan, pero llevamos resumidas unas 700 páginas del libro de Bernal, han
pasado ocho años desde que partió de Cuba, y esto ha sido un continuo
encadenamiento de sobresaltos. Ahorita mismo, Estrada va a acabar mal con
Cortés, y se diría que el rey estaba ya harto, pero tampoco Su Majestad va a
manejar bien el conflicto. Primero hubo un roce entre Estrada y Sandoval porque
este<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no castigó a un tal Proaño, que,
según el pudoroso Bernal, “hizo un tal desacato contra Estrada que, por ser de
tal calidad, aquí no lo digo; y pocos días después hubo otro más: el malísimo
delito de poner en las puertas de la casa del tesorero <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(Estrada)</i> unos libelos infamatorios muy malos, y viendo Sandoval
que no podía alcanzar justicia, lo disimuló; y desde entonces estuvo muy mal el
tesorero con Cortés y Sandoval, y renegaba de ellos como de cosas muy malas”.
Los enemigos de Cortés volvieron a criticarle sin medida en nuevas cartas que
le enviaron al rey. La guinda del pastel la pondría otro protagonista de viejas
traiciones: “En aquella sazón fue a Castilla el contador Albornoz, que jamás
estuvo bien con Cortés, y le habló al rey de las muertes de Luis Ponce y
Aguilar muy en contra de Cortés”. Con esta avalancha de dardos, quedó tocado,
“y Su Majestad mandó proveer que sólo Alonso de Estrada gobernase”. Pero ya el
colmo fue que el rey, dando palos de ciego por la lejanía de Indias, en otro
rapto de histeria, volvió a ordenar una solución extrema: “Su Majestad mandó
que un caballero llamado don Pedro de la Cueva fuese a México con 300 soldados,
y que si le hallase a Cortés culpable de lo que se le acusaba, que le cortase
la cabeza”. Y ordenó algo más, que aumentaría la confusión en México: “que se
crease la Audiencia Real, creyendo que con ella habría recta justicia”. Y llegó
a haberla, pero después de la desastrosa intervención en ella del presidente
Nuño de Guzmán y los oidores Diego Delgadillo y<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Juan Ortiz de Matienzo, mi sobrino (¡y yo que le mandé recomendado…!).
Cuando ya estaba Cortés otra vez grogui,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>sonó la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>campana: quizá se
serenara el rey, o puede ser que el duque de Béjar utilizara sus influencias;
el caso es que se anuló la orden de que partiera Pedro de la Cueva. Según
Bernal, todas las campañas de conquista o pacificación que gestionó Estrada, ya
como gobernador en solitario,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>fueron un
fracaso, principalmente por encargárselas a militares novatos, “porque va mucho
de los conquistadores viejos a los nuevamente venidos de Castilla, que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no saben qué es la guerra de indios ni sus
astucias”. Otro incidente precipitó los acontecimientos: “Un mozo de espuelas
de Sandoval tuvo una cuestión con un criado de Estrada, y le acuchilló, de lo
que tuvo mucho enojo el tesorero <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(nunca
le llama gobernador)</i>, y le mandó cortar la mano. Cortés le dijo tales
palabras al tesorero que aun tuvo temor de que le quisiera matar”. Movido por
el miedo, tomó una decisión nefasta: “Allegó soldados y amigos para que le
guardaran, y sacó de la prisión al factor Saavedra y al veedor Almírez Chirinos
para que, como oficiales todos de Su Majestad, se ayudasen unos a otros contra
Cortés”. Genial: fue como si abriera la caja de los truenos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126517226;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto 1ª: En esa bonita lámina aparece México unos 25 años después de la
inestabilidad de gobierno que nos está contando Bernal ahora; lo que quiere
decir que la ciudad siguió prosperando sobre las aguas. Cortés le había puesto
buenos cimientos. <a name="_Hlk126518530">Foto 2ª: Apenas un siglo más tarde,
en 1628, la vemos ya bien desarrollada, siempre a costa de la laguna, cuya
dimensión era mucho mayor que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lo que
muestran las pinturas).<o:p></o:p></a></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126517226;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><a name="_Hlk126518530"><br /></a></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126517226;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiquydMuHKpd5mhBRDu1WD9z7MDFakRSxMsBrUbFR7CHfto8OiJk9k2DgAb4EuigaKY4jtZqZsqyK2aCE_4tGTtNzwewfR5JaKqVWFtaUDrcpxw9tRQRMhKuiMtZMdYfVM9Ml9tKMpK3NHmOR8ygUZdVw-YTEt5xK2NTrSpO1BS4k5NgIyonmo5S7lHNfEy/s595/bernal%20mexico%20se%20urbaniza.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="595" data-original-width="500" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiquydMuHKpd5mhBRDu1WD9z7MDFakRSxMsBrUbFR7CHfto8OiJk9k2DgAb4EuigaKY4jtZqZsqyK2aCE_4tGTtNzwewfR5JaKqVWFtaUDrcpxw9tRQRMhKuiMtZMdYfVM9Ml9tKMpK3NHmOR8ygUZdVw-YTEt5xK2NTrSpO1BS4k5NgIyonmo5S7lHNfEy/w538-h640/bernal%20mexico%20se%20urbaniza.jpg" width="538" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7kEAtAXWuCGwNnnQpSLWYTF2gVV5PO9itsboWevFTJk4PGYH60QbKBB85sp0PUkNxB3UMjhreQq8-bpa_TP7vA86atn98skvhhb4lPiI2GveZtVSRQBPLvRWbmyU-9MAFEOvmKddQX6gSZEzVo30Xe-1vNL-Po3KstfwdrlrXGVe1XVcXpZ63zo6iW4Wu/s560/bernal%20mexico%201628.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="560" data-original-width="545" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7kEAtAXWuCGwNnnQpSLWYTF2gVV5PO9itsboWevFTJk4PGYH60QbKBB85sp0PUkNxB3UMjhreQq8-bpa_TP7vA86atn98skvhhb4lPiI2GveZtVSRQBPLvRWbmyU-9MAFEOvmKddQX6gSZEzVo30Xe-1vNL-Po3KstfwdrlrXGVe1XVcXpZ63zo6iW4Wu/w622-h640/bernal%20mexico%201628.jpg" width="622" /></a></div><br /><a name="_Hlk126518530"><br /></a><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-76835069613023768922023-07-17T15:04:00.000-07:002023-07-17T15:04:01.931-07:00(2085) Cortés perdía prestigio, y le aconsejaron que se diera más importancia. Bernal reacciona poniendo por las nubes los méritos de Cortés. Entra en escena un militar de gran valía, pero sumamente cruel: Nuño Beltrán de Guzmán. <p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126436585"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(138) – Muerto
Ponce, trovatore, Cortés<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se las vería
con Aguilar.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126436585;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Y como siempre, ilustre abad, se hizo el generoso: “Dijo que, según el
testamento de Ponce, Marcos de Aguilar<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>no podía entender en aquella causa, mas que, si quería hacerlo, que
fuese en buena hora”. Los del cabildo insistían en que Aguilar “no podía
gobernar solo, porque era muy viejo y caducaba, estaba tullido de bubas y era
de poca autoridad”. Pero el anciano era testarudo. “Y el Marcos Aguilar dijo
que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no saldría ni poco ni mucho de lo
que Luis Ponce mandó en su testamento. Y por más que le aconsejaban a Cortés,
no quiso tocar ya en esa tecla, y dijo que el viejo Aguilar gobernase solo,
aunque estaba tan doliente que le daba de mamar una mujer de Castilla <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(ridícula escena, pero mitificado remedio
para enfermos ricos)</i>”. Fue por entonces cuando Bernal, incorporado a las
tropas de Pedro de Alvarado, volvió a México después de permanecer más de dos
años y tres meses batallando en diversos lugares por mandato de Cortés, que les
recibió con todos los honores, a pesar de que su situación era muy precaria
porque el rey le había quitado la gobernación. Apareció por allí Diego de
Ordaz, a quien se atribuía el bulo de que Cortés y los suyos habían muerto. Se
defendió “diciendo con grandes juramentos que nunca tal escribió, sino
solamente que en Xicalango habían reñido los marineros de los navíos y se
habían matado los de un bando con los de otro, y que, si el factor Salazar
había glosado sus cartas, él no tenía culpa”. Lo que añade Bernal nos muestra
que, de nuevo, el prestigio de Cortés iba cayendo en picado: “Diego de Ordaz,
como era hombre de buenos consejos, y viendo que a Cortés ya no le tenían
acato, ni se daba nadie por él un cantar desde que vino Luis Ponce de León y le
había quitado la gobernación, y que muchas personas se le desvergonzaban e<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no le tenían en nada, le aconsejó que se sirviese
como señor y se llamase señoría; y que pusiese dosel, y que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no se llamase solamente Cortés, sino don
Hernando Cortés. También le dijo que mirase que el factor Salazar fue criado de
don Francisco de los Cobos, que era el que mandaba en Castilla; y que el mismo
Cortés no estaba bien acreditado con su Majestad, y que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no matase al factor sin sentenciarle antes,
porque había grandes sospechas en México de que quería hacerlo en la misma
prisión”. Siempre que Bernal habla de Ordaz, pone de relieve su sensatez. Luego
Bernal nos explica con claridad un detalle: “Quiero decir por qué hablo tan
secamente de Cortés, sin llamarle don Hernando Cortés, ni marqués, ni capitán,
salvo Cortés a boca llena. La causa es que en aquel tiempo no era marqués, y él
mismo se preciaba de que le llamaran Cortés, y era tan temido y estimado este
nombre en toda Castilla, como los de Julio César, Pompeyo, Aníbal, y nuestro
Gran Capitán Hernández de Córdoba, o aquel valiente nunca vencido caballero
Diego García de Paredes <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(capitán legendario
por sus<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>proezas de fuerza y valor,
muerto en 1533; curiosamente, un hijo suyo, de igual nombre, pondría fin a la
vida del desquiciado Lope de Aguirre)</i>. Pero éramos pocos, ruiseñor
cantarín..., y murió Aguilar. Se estaba cociendo la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>anarquía: “Con leche de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mujer y de cabras se sostuvo ocho meses,
hasta que falleció, y en su testamento mandó que solo gobernase el tesorero
Alonso de Estrada. Pero el cabildo vio que solo no podía gobernar tan bien como
convenía”. Por una razón de peso: andaba metiéndose en la delimitación de
México Nuño Beltrán de Guzmán, un sádico y temible energúmeno que fue compañero
de mi sobrino Juan Ortiz de Matienzo, y además, gobernador de Pánuco.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126436585;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto: Para desgracia de los mexicanos, Nuño de Guzmán fue un<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>militar de gran eficacia profesional, pero
muy dado a someterlos a sangre y fuego, literalmente. Se le considera el
hombre<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>más despiadado de cuantos
lucharon en la Nueva España, y el cabildo de México sabía que Estrada no sería
capaz de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>frenar sus brutales
incursiones. Si algo hizo bien esta bestia desatada, hijo de muy ilustre
familia, fue fundar varias ciudades, entre ellas Guadalajara, a la que le puso
el nombre de su lugar de origen. El rey cometió el error de hacerle presidente
de la Audiencia de México cuando se fundó, ayudado por varios oidores nefastos,
ente ellos, mi sobrino Juan; y, además, con el objetivo principal de rebajar el
brillo de Cortés, como nos contará Bernal. Fueron tantos los abusos de Nuño,
que terminó siendo enviado preso a España, muriendo en la cárcel. La escena que
vemos la pintó el mexicano Juan O´Gorman el siglo pasado. Representa la
conquista de Michoacán. Vemos a Nuño centrado en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la parte inferior sobre un caballo blanco y
bajo unas simbólicas raíces. Menos mal que, para compensar el espanto, aparece
al pie del mural, con capa roja, el obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga, sin
duda uno de los hombres más humanos y constructivos que ha registrado la
historia de las colonizaciones). <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126436585;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126436585;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJWh9C-oZKh_wDKzgSk5vHG0z7j3eRRfgn_Hm1UHWcHorFIwuGOafAht1HGcCoz0HrF8JOrb5_YQfouVyC4TIdY2ZRH-F_5a1wLCuolTFIwAVEShQ6In9Wxx9qbvThAUQJnmxsFyQjOyCiS61-J7cwBTawKnC8eBKkg4adreLkwfxGo_0UlwMtgGwpbAvY/s671/bernal%20nu%C3%B1o%20beltran%20de%20guzman.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="456" data-original-width="671" height="434" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJWh9C-oZKh_wDKzgSk5vHG0z7j3eRRfgn_Hm1UHWcHorFIwuGOafAht1HGcCoz0HrF8JOrb5_YQfouVyC4TIdY2ZRH-F_5a1wLCuolTFIwAVEShQ6In9Wxx9qbvThAUQJnmxsFyQjOyCiS61-J7cwBTawKnC8eBKkg4adreLkwfxGo_0UlwMtgGwpbAvY/w640-h434/bernal%20nu%C3%B1o%20beltran%20de%20guzman.png" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-24952125534763668032023-07-16T15:03:00.001-07:002023-07-16T15:03:08.203-07:00(2084) El acoso judicial contra Cortés siguió adelante. El encargado del caso fue Luis Ponce de León, pero murió pronto. Como otras veces, hubo sospechas de envenenamiento, y, de nuevo, Bernal sale en defensa de Cortés.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126423257"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(137) -¡Ay, ay,
ay! No puede ser, secre: ¡Cortés de nuevo en jaque!<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126423257;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Una pesadilla, reverendo, aunque no le pillaría de sorpresa, porque
(como ya vimos anteriormente), por más que saliera bien parado de las
acusaciones de Narváez y compañía en España, el rey mencionó entonces que todo
se aclararía definitivamente en un ‘juicio de residencia’. No fueron palabras
que se llevara el viento. Así que, tras la gloria de la vuelta triunfal a
México, otra vez le colocaron a Cortés bajo la espada de Damocles. Vimos que
“Su Majestad le mandó al licenciado Luis Ponce de León que fuese a México a
juzgar a Cortés, y si le hallase culpable en lo que le acusaban, que le
castigase de manera que en todas partes fuera conocida la sentencia”. Cuando
Cortés se enteró de que ya estaba Ponce de León cerca de México, “despachó
mensajeros adonde él con<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ofrecimientos y
palabras sabrosas, muy mejor dichas que las que yo sabré escribir”. Pero
también lo hicieron los que no tragaban a Cortés, y en tono bien subido: “Le
dijeron a Luis Ponce que Cortés quería ajusticiar al factor y al veedor antes
de que él llegara a México, y aun le dijeron que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mirase bien por su persona, porque si Cortés
le escribió para saber por cuál de los dos caminos quería ir, era para
‘despacharle’, y que no se fiase de sus palabras y ofertas”. Ponce llegó a México
con estas advertencias, y le fue sondeando a Cortés, en relajadas
conversaciones, sobre los espinosos y abundantes temas de que le acusaban sus
enemigos: “Y Cortés a todo le contestó dándole razones muy buenas, de las que
Luis Ponce en algo pareció que quedaba contento”. Luego ocurrió un incidente
que quizá no trajera consecuencias, pero que uno no sabe si Bernal lo recoge
para aumentar la intriga. Un fraile que había llegado con Ponce le dijo a
Cortés: “Señor capitán, por lo mucho que os quiero, os aviso que Luis Ponce
trae provisiones de Su Majestad para degollaros”. De momento el aviso hizo
efecto: “Cuando esto oyó Cortés, estaba muy penoso y pensativo”. Pero, al
parecer, se tranquilizó porque<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>creyó ver
en el fraile una segunda intención: “para que le tuviese por intercesor de
que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no ejecutase Ponce tal mandato, y le
diese por ello algunas barras de oro; otros dijeron que Luis Ponce quería así
meterle temor a Cortés”. ¿Se quedaría tranquilo? No olvidemos que Ponce
sustituía al Almirante de Santo Domingo, a quien, en un arrebato de ira, el rey
le había mandado con la orden de ser implacable con Cortés. Luis Ponce, que
había tardado más de dos años en aparecer por<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>México, al llegar puso en marcha de inmediato la maquinaria judicial.
“Mandó pregonar residencia general contra Cortés y contra los que habían tenido
cargo de justicia y habían sido capitanes”. Y como las pasiones son tornadizas,
aparecieron a careta quitada nuevos enemigos y le llovieron más acusaciones de
las que ya tenía. Ocurrió algo después que nunca se pudo aclarar, pero que,
añadido al historial de Cortés, lo convirtió en el campeón de los sospechosos,
aunque Bernal siguió confiando en él: “Quiso Nuestro Señor Jesucristo que, por
nuestros pecados, cayó malo de modorra el licenciado Luis Ponce, y todo lo más
del día y de la noche estaba durmiendo. Hizo testamento, dejando por su
teniente de gobernador al licenciado Marcos de Aguilar. Ya hecho el testamento,
y ordenada su ánima, al noveno día de caer malo se la dio a Nuestro Señor
Jesucristo. Y Cortés y la mayoría de los caballeros se pusieron luto. Oí
murmurar que en México había algunos de los que estaban a mal con Cortés y con
Sandoval que afirmaron que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>le dieron
ponzoña a Luis Ponce”. Hay dos argumentos<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>en contra de esa opinión. Bernal utiliza el primero: “Varios frailes de
los que llegaron entonces con Luis Ponce también murieron de modorra, porque al
parecer dio pestilencia en los navíos en que vinieron, y asimismo otras cien
personas durante el viaje, y fue fama de que aquella modorra cundió en México”.
El segundo argumento se basa en que Luis Ponce tuvo nueve días para sacar
conclusiones, pero nada dijo contra Cortés, ni siquiera en su testamento. Así
que nunca se sabrá si hubo crimen o, una vez más, mucha suerte.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126423257;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto: Donde está ahora la hermosa catedral de México se encontraba la
primitiva iglesia de San Francisco, mandada construir </span></span><span style="color: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">por Cortés, y en ella enterraron al ‘sin
ventura’ Luis Ponce de León).</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidsX_BnzHK7C_oV2q4uuO_KJGvHKzkl4wun0WFDDfROKI9vE-w8ypOYidfHatj-8ib6aGXCm0FK4W05A3bFcXWF0MCTH0aPa394H8-nLvCSVoitW-s5oQD3dM4Q6TytPoXt1gcBmNoQ5ZLEbytrLDlk5KW80qhRTkl_dfPa8V8VjJmqNNKwB0pI0GVXEiV/s567/bernal%20catedral%20mexico.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="377" data-original-width="567" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidsX_BnzHK7C_oV2q4uuO_KJGvHKzkl4wun0WFDDfROKI9vE-w8ypOYidfHatj-8ib6aGXCm0FK4W05A3bFcXWF0MCTH0aPa394H8-nLvCSVoitW-s5oQD3dM4Q6TytPoXt1gcBmNoQ5ZLEbytrLDlk5KW80qhRTkl_dfPa8V8VjJmqNNKwB0pI0GVXEiV/w640-h426/bernal%20catedral%20mexico.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="color: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-30584339688263306892023-07-14T15:03:00.002-07:002023-07-14T15:03:50.664-07:00(2083) Por fin Cortés decidió presentarse en México, y, para su sorpresa, el recibimiento fue apoteósico. Falta un mes para terminar la crónica de Bernal. Mi querido Sancho y yo juramos que lo que queda sigue siendo de gran interés.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126343355"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(136) –Tranquilicemos
a nuestros queridos tertulianos, baby.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126343355;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Falta hará, daddy, porque<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nos
han acompañado un largo y áspero trecho. Un poquito más de esfuerzo y
remataremos la escalada hasta la cima del maravilloso libro que escribió
Bernal. ¿Lo harán?<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126343355;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-¿Por qué lo dudas, hombre de poca fe? Ellos saben que en aquellas
próximas alturas tendrán, de un solo golpe, la visión completa de la Nueva
España y de cuanto hicieron por esas tierras Cortés y los suyos en tan
grandiosa epopeya. Así que, prosigamos y demos ejemplo, pusilánime mancebo.
¿Llegó el fraile?<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126343355;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Vale, Sancho. Me agarraré a la manita de Bernal: “Fray Diego Altamirano
llegó al puerto de Trujillo, y cuando salió a tierra con los que traía en su
compañía, Cortés conoció a algunos que había visto en México, e fueron a
besarle las manos, y el fraile le abrazó. Luego le contó todo lo acaecido
en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>México, según lo tengo escrito más
largamente. Y Cortés mostró gran sentimiento de ello, y dijo que Nuestro Señor
Dios fue servido de que aquello pasase así y de que México estuviese ya en paz.
Luego dijo que quería ir allá presto, y se embarcó con sus amigos para llegar a
Nueva España desde el puerto de La Habana”. Así que, reverendo, por fin
resucitó Cortés.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126343355;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Y parece, secre, que con fuerza; afortunadamente, porque la iba a
necesitar, aunque no de momento. En cuanto puso pie en territorio de la Nueva
España, quedó sorprendido de la buena acogida que le hicieron, y después, el
viaje hasta México fue un paseo triunfal lleno de loores: llegaba, por fin, ‘el
deseado’. “En el puerto de Veracruz le hicieron muchas fiestas y regocijos; y
desde que lo supieron todos los indios de la redonda, le trajeron muchos
presentes de oro y bastimentos, y según hacía el viaje, le tenían los caminos
limpios y hechos aposentos. Y en llegando a la laguna de México, todos los indios
hicieron alegrías, y le enviaron a decir que, en cuanto vaya, harán todo lo que
son obligados, y le servirán como a su capitán que los conquistó. Los de
Tlaxcala salieron a recibirle con danzas y bailes y mucho bastimento”. Y el no
va más: un traidor le hizo la pelota: “De Texcoco salió el contador Albornoz
para estar a bien con él, y juntó a muchos españoles y caciques, y con grandes
invenciones de juegos y danzas fueron a recibir a Cortés; de lo cual se holgó”.
Pero<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no fue nada para lo que le tenían preparado
en México. Cortés vivió de nuevo la ebriedad de la mitificación. Algo había en
Cortés, coleguita, que le hacía demasiado sensible a la adulación y al deseo de
hacerse querer. Seguro que al entrar en México babeaba de placer. Hubo
hipócritas que fingieron alegría, pero el entusiasmo general era sincero:
“Salió el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(honrado)</i> tesorero Estrada
con todos los caballeros y todos los caciques, y la laguna estaba llena de
canoas con indios guerreros como cuando peleaban con nosotros en el tiempo de
Cuauhtémoc, y durante todo el día hubo bailes y danzas por las calles de
México; y cuando Cortés entró en sus aposentos, allí era servido y tenido por
todos como un príncipe”. Cuando llegó la oportunidad, quiso mostrar su
autoridad haciendo dura justicia sobre los responsables de los alborotos
pasados, pero, al final, el cañonazo fue de fogueo, quizá en otro momento de
debilidad: “Cuando Cortés hubo descansado, mandó prender a los bandoleros y
comenzó a hacer pesquisas sobre los tratos del factor <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(Salazar)</i> y el veedor <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(Almírez
Chirinos)</i>:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tenía pensamiento de
hacer proceso contra ellos y por justicia despacharlos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(pero<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no lo hizo)</i>; y si de
presto lo hiciera, no habría en Castilla quien dijera ‘mal hizo’, y Su Majestad
lo habría tenido por bien hecho”. Ese parecer debió de ser general, porque
permanecía muy fresco tras largo tiempo: “Y yo les oí decir a los del Real
Consejo de Indias el año 1540, cuando allá fui sobre mis pleitos, que Cortés se
descuidó mucho en ello, e se lo tuvieron como flojedad y descuido”. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126343355;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(Foto: Con mucho amor, muy queridos
tertulianos, vos suplicamos que sigáis con la cruz a cuestas fasta la cumbre
bernaliana. Falta poco y merese la pena. Fased como Diego de Ordaz tomando un
reposo poco antes de alcansar la cumbre maxestuosa del Popocatepetl, e cuando
lleguéis, se vos fará la mersed de ver Tenochtitlán y entender totalmente lo
que fue su imperio e la locura de un puñado de españoles).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126343355;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126343355;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOR0ByBH2_oJjlLzSSaNz40g4oXxoapBuBt84IRVaVsIADVB70StCkVs2XbZCIHo7FVNALsUHGskG9sonlYNbRgjwhJZ4rEMo2QAN1a-f47xpakffP55gBCzV02jdbKio4tZ_35tNMY7QHJe5ipih9w6xfMoWstrpQozsEhbq6GoSXNj1I1gb9l7Fo85Sq/s1297/bernal%20cholula%20iglesia%20volcan.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="866" data-original-width="1297" height="428" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOR0ByBH2_oJjlLzSSaNz40g4oXxoapBuBt84IRVaVsIADVB70StCkVs2XbZCIHo7FVNALsUHGskG9sonlYNbRgjwhJZ4rEMo2QAN1a-f47xpakffP55gBCzV02jdbKio4tZ_35tNMY7QHJe5ipih9w6xfMoWstrpQozsEhbq6GoSXNj1I1gb9l7Fo85Sq/w640-h428/bernal%20cholula%20iglesia%20volcan.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-53019512610891621032023-07-13T15:02:00.002-07:002023-07-13T15:02:47.204-07:00(2082) Muchos españoles se entusiasmaron en México al saber que seguía vivo Cortés, el cual anuló los poderes de dos impostores. Devolvió el mando a Albornoz y a Estrada, quien tuvo un magnífico detalle con la maltratada Juana de Mansilla.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126331140"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(135) –Lamentable,
socio: tampoco Sandoval convenció a Cortés.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126331140;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Lo curioso, reverendo provisor de Sevilla, es que todo el mundo, menos
él, veía sin sombra de duda la imperiosa necesidad de que volviera a tomar el
timón de un México a la deriva. Cortés prefirió seguir con sus batallitas lejos
de la ciudad, aunque solo había un verdadero motivo: el miedo. Temía que sus
rivales le mataran. Pero era necesario solucionar el problema, y quiso hacerlo
improvisando un parche nada prometedor: “Cortés mandó poderes para Pedro de
Alvarado y Francisco de las Casas, si hubiesen vuelto a México, para que fuesen
gobernadores de la Nueva España hasta que él fuese; y si no estaban en México,
que gobernasen Alonso de Estrada y el contador Albornoz, según el poder que les
dio anteriormente. Y revocó los poderes del factor <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(Salazar)</i> y del veedor Almírez <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(vaya
revoltijo, sabiendo, sobre todo, que Albornoz le había desprestigiado ante el
rey)</i>”. El encargado de llevar las órdenes era un criado de Cortés llamado
Martín Dorantes, y viajó disfrazado de labrador: “Entró en México de noche, y
se fue al monasterio de San Francisco, donde halló refugiados a muchos
partidarios de Cortés. Y desde que vieron al Dorantes y supieron que Cortés
estaba vivo, no podían estar de placer, y saltaban y bailaban, y también los
frailes Toribio Motolinía y Diego de Altamirano. Y se acordó ir a prender al
factor <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(el veedor estaba de campaña,
fuera de México)</i>”. El entusiasmo en México fue general al saber que Cortés
vivía, “y muchos vecinos se juntaron con el tesorero Estrada para ayudarle,
porque, según pareció, el contador Albornoz no ponía en ello mucho calor, que
andada doblado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(en plan falso, como era
de suponer)</i>”. Tan ‘doblado’ que ya le había ido con el cuento a Salazar, y
el ambicioso factor se dispuso a repeler con artillería a los revoltosos, “pero
todos los que eran de su parte desmayaron, allí le prendieron y en esto acabó
la cosa de su gobernación; luego trajeron a México al veedor Almírez y le
echaron en otra jaula como al factor”. Hizo algo el tesorero Estrada digno de
ser alabado: “Para honrar a Juana de Mansilla, a la que había hecho azotar el
factor por hechicera,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mandó cabalgar a
todos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los caballeros, y él<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mismo la llevó a las ancas de su caballo por
la calles de México, y la gente decía que como matrona romana hizo lo que hizo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(negarse a tener otro marido hasta que se
confirmase la muerte del suyo)</i>, y con mucho regocijo se la llamó desde
entonces ‘doña’ Juana de Mansilla”. Honremos a los dos: Juana y Estrada.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126331140;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Vamos a ver ahora, entrañable rapsoda, un nuevo intento de convencer a
Cortés para que vuelva a México y acabe con aquel desbarajuste social: “El
tesorero y otros partidarios de Cortés lograron que fray Diego Altamirano fuese
a Trujillo para que le hiciese venir a México, porque era su pariente y hombre
que, antes de que se metiese a fraile, había sido soldado e sabía de negocios”.
Y allá que se fue. Pero, entre tanto, la situación en la capital estaba
movidita: “Muchos amigos del factor Salazar se juntaron y concertaron soltarle
a él y al veedor, y matar al tesorero Estrada y a los carceleros, y dicen que
lo sabía el contador Albornoz. Y para hacerlo, hablaron a un cerrajero llamado
Guzmán, hombre soez que decía gracias y chocarrerías, para que les hiciese unas
llaves de la cárcel”. Total que el ‘chocarrero’ les siguió el juego pero los
delató: “Sin más dilación, el tesorero fue con los del bando de Cortés a la
casa donde estaban recogidos los contrarios y prendieron hasta veinte de ellos,
y otros se huyeron. Y como había entre los cogidos cuatro hombres muy
bandoleros, que se habían encontrado en todas las revueltas que en México había
habido –y aun uno de ellos había hecho fuerza a una mujer de Castilla-, se hizo
proceso contra ellos, y el alcalde mayor, que se llamaba Ortega y era de la
tierra de Cortés, ahorcó a tres, que se llamaban Pastrana, Valverde y Escobar,
e hizo azotar a otros”. Así las cosas, ¿dará resultado<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el viaje del hábil predicador, el
frailuco<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Diego Altamirano?<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126331140;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto: Mi secre nos pone una foto de la plaza mayor de Ciudad Real,
capital que se encuentra a 210 km al sur de Madrid. Bien está porque de allí
era el tesorero Alonso de Estrada. Él y los otros funcionarios que llegaron al
mismo tiempo a México, Albornoz, Salazar y Almírez, tenían como misión menguar
el enorme poder de Cortés. El más decente, y de lejos,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>fue Estrada. Presumía de ser hijo bastardo de
Fernando el Católico, y quizá por ser cierto Carlos V le asignó un sueldo
extraordinario. Veremos que se ocupó de la gobernación de México en varias
fases de aquellos tiempos turbulentos. Murió en 1530, a la edad de 60 años). <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126331140;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126331140;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlkKArkhuZ4n5SlWdHOsofwHBg7Amo8_HG8clYnLMvvUQ4x3-Gns9pKKtlZT05szQsn4Nk-rIxW7d-OvfZHM5Tv8xwOrMhNNAth35cWk54YMvkPLXO7lkUwcLZ3aWzJX5MTSP6qDZiocn8pidWc5hrlG9Gz4gmiuk7oAUKgcQxWaBqgzdFQhdoAgZkQ9GR/s1297/bernal%20ciudad%20real.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="649" data-original-width="1297" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlkKArkhuZ4n5SlWdHOsofwHBg7Amo8_HG8clYnLMvvUQ4x3-Gns9pKKtlZT05szQsn4Nk-rIxW7d-OvfZHM5Tv8xwOrMhNNAth35cWk54YMvkPLXO7lkUwcLZ3aWzJX5MTSP6qDZiocn8pidWc5hrlG9Gz4gmiuk7oAUKgcQxWaBqgzdFQhdoAgZkQ9GR/w640-h320/bernal%20ciudad%20real.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-80541198630881251192023-07-12T15:03:00.002-07:002023-07-12T15:03:17.948-07:00(2081) El execrable Andrés Garabito consiguió que el brutal Pedrarias Dávila ejecutara a Núñez de Balboa, y, más tarde, a Francisco Hernández de Córdoba. De nuevo Cortés teme volver a México, y el ejemplar Sandoval tratará de convencerlo.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126238658"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(134) -¡Maldición
eterna para Andrés Garabito! Llevaba la traición en la sangre, secre: has
confirmado que es el que vendió a Balboa.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126238658;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Y el que ahora volverá a ser un repugnante chivato, reverendo, movido,
como entonces, por los celos. Vayamos por orden. Balboa y Garabito eran amigos
íntimos, pero este desgraciado se moría de envidia por uno de los amores más
románticos de Indias, el de Balboa con la indígena Pocahontas, digo Anayansi,
y, de forma miserable, trató de seducirla en secreto; la deliciosa criatura se
lo contó a su amado, que frenó en seco a su ‘amigo’ con palabras muy duras.
Garabito, verde de rabia, le escribió al terrible Pedrarias Dávila con dos
infundios: que Balboa no pensaba cumplir el trato de casarse con su hija, y
que, además, pretendía quitarle la gobernación. Bastó para que Balboa acabara
degollado. Qué triste.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126238658;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Pues va a hacer algo parecido, galante jovenzuelo,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con Cortés y con Francisco Hernández de
Córdoba; también ahora, aunque parezca por lealtad a Pedrarias, será más bien
fruto del odio: “Como un soldado que se decía Garabito <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(Andrés)</i> y otros dos, todos íntimos amigos de Pedrarias Dávila,
vieron que Cortés había enviado presentes al Francisco Hernández <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(de Córdoba)</i>, tuvieron sospecha que este
quería dar aquellas tierras a Cortés. Y demás desto, el Garabito era enemigo de
Cortés porque, siendo mancebos en la isla de Santo Domingo, Cortés le había
acuchillado sobre amores de una mujer. Y cuando Pedrarias lo alcanzó a saber
por cartas que ellos le escribieron, vino más que de paso con gran cantidad de
soldados y prendieron a Francisco Hernández, que no había querido huir creyendo
que Pedrarias lo hiciera de otra manera, porque habían sido my grandes amigos.
Y después que Pedrarias hubo hecho proceso contra Francisco Hernández y halló
que se le alzaba, por sentencia le degolló”. De rebote, Cortés vio claro que ‘ojito
con Pedrarias’, y desistió de competir con él por las tierras de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nicaragua. Pero es que, además, el gran
Cortés estaba irreconocible, depresivo y en un mar de dudas. Le vimos decidido
a ir a poner orden en México, aunque fuera de tapadillo. Pero llegó al puerto
de Trujillo, “y, como estaba flaco, mal dispuesto, quebrantado de la mar y muy
temeroso de ir a la Nueva España por temor a que le prendiese el factor, le
pareció que no era oportuno ir a México”. Está claro, pequeñín, que este no es<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nuestro Cortés. Andaba tan confuso que
consultó al mismísimo Espíritu Santo, “al que le mandó decir misas, con<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>procesión y rogativas, para que le encaminase
a lo que más fuese a su santo servicio. Y pareció que el Espíritu Santo le
alumbró de no ir a México por entonces, sino que conquistase y poblase aquellas
tierras en las que estábamos. Y luego, sin más dilación envió a matacaballo
tres mensajeros diciéndonos que así lo pensaba hacer”. ¿Creen vuesas mersedes
que sus soldados eran fieles creyentes en el hilo directo con el Espíritu
Santo? Pues vean: “Y desque vimos la carta, no lo pudimos sufrir, y le echamos
mil maldiciones, deseando que no tuviese ventura en todo en lo que pusiese
mano, y que se<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>perdiese como nos había
echado a perder <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(nunca le hemos visto, ni
le veremos, a Bernal tan ‘cabreado’)</i>; y todos a una le dijimos al capitán
Sandoval que, si Cortés quería quedarse a poblar, que se quedase con los que
quisiesen, que hartos conquistados y perdidos nos traía, y que nos iríamos a
las tierras de México que ganamos. Y asimismo Sandoval era de nuestro parecer”.
Lo escribieron en una carta, firmaron todos, y se lo mandaron a Cortés, que
contestó con halagüeñas promesas para los que quisieran quedarse y una frase
ofensiva <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(que debía de ser frecuente en
Indias)</i>: “que si<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no le querían
obedecer lo que mandaba, que en Castilla y todas partes había soldados. Y
desque aquella respuesta vimos, todos<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>nos queríamos ir camino de México, perdiéndole la vergüenza. Entonces el
Sandoval, muy afectuosamente y con grandes ruegos, nos insistió en que
aguardásemos unos días, que él en persona iría a hacer embarcar a Cortés camino
de México”. Era ya como los viejos matrimonios deteriorados y con el mutuo
respeto arruinado.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126238658;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto: El bilioso Garabito le descubrió al implacable Pedrarias los
sueños de independencia de Francisco Hernández de Córdoba, y le costó la
cabeza; sin embargo se trataba de un personaje noble que no huyó, confiando en
poder razonar con ‘la bestia’. Para entonces, Francisco había hecho una
magnífica labor en Nicaragua, fundando las ciudades de León y de Granada, donde
le han levantado este monumento en un lugar que le habría encantado). <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126238658;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126238658;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqWcz50G0xwT1MwaENV77POossRV1PopxIeXd68CBodx5A98RAhZ_5vdRL2JlqSdeXVUMDsf7wZn7cXAy67Da2fIhyzr3p-ZpqTfTY7DHXnIqb6yHOpWA4etCrMSabfTYBv3Vgulxr-eAK8f10fVhgT7n7f3ifYImRMnra5EOp0MvTftkw8O76fiSaKijU/s1299/bernal%20francisco%20hernandez%20de%20cordoba.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="864" data-original-width="1299" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqWcz50G0xwT1MwaENV77POossRV1PopxIeXd68CBodx5A98RAhZ_5vdRL2JlqSdeXVUMDsf7wZn7cXAy67Da2fIhyzr3p-ZpqTfTY7DHXnIqb6yHOpWA4etCrMSabfTYBv3Vgulxr-eAK8f10fVhgT7n7f3ifYImRMnra5EOp0MvTftkw8O76fiSaKijU/w640-h426/bernal%20francisco%20hernandez%20de%20cordoba.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-79877857313647588772023-07-11T15:06:00.001-07:002023-07-11T15:06:10.611-07:00(2080) El brutal factor Salazar (nacido en Granada el día de su conquista) ejecutó al mayordomo de Cortés, quien temió volver a México, pero, recuperado de su depresión, decidió hacerlo.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126094282"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(133) –Y
siguieron los sainetes, picaruelo: no nos vamos a aburrir.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126094282;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Dice Bernal, alegre canónigo, que en medio de ese barullo llegaron a
México Francisco de las Casas y Gil González de Ávila, negándose a admitir que
Cortés hubiese<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>muerto, “y dijeron que no
se podían consentir aquellas revueltas y que era mal hecho nombrar por
gobernador al factor Salazar, e que, en cualquier caso, más méritos tenía Pedro
de Alvarado para serlo; e secretamente le escribieron a Alvarado para que se
viniese con todos los soldados que tenía, y que le procurarían darle la
gobernación hasta saber si Cortés era vivo. E cuando ya Pedro de Alvarado se
venía para México, tuvo temor del factor por las amenazas que le envió de que
le mataría, y también porque<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>habían
ahorcado a Rodrigo de Paz <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(pariente de
Cortés, su mayordomo y alguacil mayor de la ciudad)</i>, y apresado al
licenciado Zuazo, de manera que se volvió a su conquista. Y después que el
factor vio que el de las Casas y González de Ávila no eran buenos amigos, los
mandó prender, les hizo proceso sobre la muerte de Olid, y los sentenció a
degollar, pero luego los envió presos a Castilla”. Con el que se había ensañado
antes, a plena satisfacción, reve, fue con Rodrigo de Paz.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126094282;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Ese Judas, amado secre, era un perro rabioso: “El factor Salazar lo
apresó y le pidió el oro y la plata de Cortés porque era su mayordomo, y porque
no se lo dio, pues era claro que él no lo tenía, le dio tormentos, y con aceite
y fuego le quemó los pies y aun parte de las piernas; y estaba en las prisiones
tan flaco y malo como para morir; y no contento con los tormentos, temiendo que
se quejara a Su Majestad, lo mandó ahorcar por revoltoso; y a la mayoría de los
soldados y vecinos que estaban por Cortés los mandaba prender, amparándose
muchos en el convento de San Francisco”. Mientras leía Cortés ante sus tropas
la carta de tan deprimentes noticias, “estábamos tristes y enojados, así del
Cortés, que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nos trajo con tantos
trabajos, como del factor, y echábamos dos mil maldiciones al uno y al otro, y
se<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nos saltaban los corazones de tanto
coraje. Pero Cortés<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no pudo contener las
lágrimas, y con la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>misma carta se fue a
encerrar en su aposento, y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no quiso que
le viéramos hasta más de mediodía. Y todos<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>nosotros le rogamos que presto se embarcase en tres navíos y que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nos fuésemos a la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nueva España”. El hundido Cortés tendría que
enmendar sus errores. Bernal<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>estaba
allí, y nos cuenta lo que les respondió Cortés: “¡Oh hijos y compañeros míos!;
veo que aquel mal hombre del factor está muy poderoso, y temo que si nos ve en
el puerto se atreva a matarme<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>o echarme
preso, a mí y a vuestras personas. Yo iré a México<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>muy secretamente<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con solo cinco de vuestras mercedes para que,
desconocidos, entremos en la ciudad. Conviene que vos, señor Luis Marín, con
los compañeros que vinisteis en mi busca, os juntéis en Naco con Sandoval y vayáis
camino de México”. Es como si despertara el oso dormido, porque le empezó a
renacer el ansia de intrigas. Le envió una carta y ayuda de provisiones al
capitán Pedro de Garro con destino a Francisco Hernández de Córdoba, con el
mensaje de que “haría por él todo lo que pudiese” para que consiguiera alzarse
contra el gobernador Pedrarias Dávila y conquistar Nicaragua. En medio de
situación tan dramática, Bernal no se resiste a contar una anécdota, también
dramática: “Estando que estábamos en aquella villa de Trujillo, un hidalgo que
se decía Rodrigo Mañueco, maestresala de Cortés, por dar contento y
alegrar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cortés, que estaba, con razón,
muy triste, apostó con otros caballeros que subiría con todas sus armas a unas
casas, las cuales estaban en un cerro algo alto. Y subiendo armado, reventó en
la cuesta y murió de ello”.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126094282;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto.- Queridos hijos míos: el cuadro representa la rendición de
Granada a los Reyes Católicos. Tuve el inmenso honor de recibir, con el señor
arzobispo y los demás canónigos de la catedral de Sevilla, una carta que nos
escribió de inmediato Fernando el Católico, de la que extraigo un párrafo: “Fágoos
saber que ha placido a N. Señor, después de muchos y grandes trabajos, gastos y
fatigas de nuestros Reinos, y derramamiento de sangre de muchos de nuestros
súbditos, dar bienaventurado fin a la guerra que he tenido con el Rey y moros
del Reino y Ciudad de Granada, la cual, tenida y ocupada por ellos por más de
780 años, hoy, dos días de enero de este año de 1492, es venida en nuestro poder
y señorío”. ¿Que a qué viene esto? Pues resulta que poco después nació en
Granada, de ilustre linaje, el primer niño cristiano, y aunque<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no se lo merecía, el afortunado bebé fue el
retorcido factor Gonzalo de Salazar, también llamado “El Gordo”). <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126094282;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126094282;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEej_UayAwff62esa4EbeJiJA6cgXMVQO-yMfwLznoXo2LVcACByl_1MYbwi3m-tSHB6UimPsL6N8zptUsGKyT76KuW2Z6DvFdN3WAz5t8kbWZY74rN7fXWM8rbVH9RqGWZnN-hd58ET8eObH8RlswDHFkhrkWWqdnSjf0527laBNafz76kSXG_n0Ik6TW/s1299/bernal%20toma%20de%20granada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="730" data-original-width="1299" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEej_UayAwff62esa4EbeJiJA6cgXMVQO-yMfwLznoXo2LVcACByl_1MYbwi3m-tSHB6UimPsL6N8zptUsGKyT76KuW2Z6DvFdN3WAz5t8kbWZY74rN7fXWM8rbVH9RqGWZnN-hd58ET8eObH8RlswDHFkhrkWWqdnSjf0527laBNafz76kSXG_n0Ik6TW/w640-h360/bernal%20toma%20de%20granada.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-85682766758237874592023-07-10T15:18:00.001-07:002023-07-10T15:18:08.103-07:00(2079) A gran distancia, le llegó a Cortés una carta demoledora. Salazar y Almírez, abusando de los poderes que Cortés les había concedido, se hicieron con el mando en México asegurando que Cortés y los suyos habían muerto.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk126065366"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">(132) –La carta de Zuazo, querido biógrafo, le hizo polvo a
Cortés.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126065366;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Rebobinemos, amado biografiado. Alonso de Zuazo era el letrado que
utilizó Garay para mediar con Cortés, al que el gran capitán recibió con todos
los sibilinos honores que solía utilizar ‘para quebrantar peñas’. Oigamos a
Bernal: “Cuando Cortés leyó la carta que le enviaba el licenciado Zuazo, al que
había dejado en México como alcalde mayor, tomó tanta tristeza que se metió en
su aposento y comenzó a sollozar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(¡el
superman!)</i>, y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no salió hasta el otro
día por la mañana. Y después de oír misa nos rogó que le escuchásemos porque
las<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>noticias de la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nueva España eran que se había echado fama de
que todos estábamos muertos, nos habían tomado las haciendas y las habían
vendido en almoneda, quitándonos los indios<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>y repartiéndolos a españoles que no tenían méritos. Y comenzó a leernos
la carta”. Lo que contaba de España no era tan malo, y ya lo sabemos: los
ataques contra Cortés que el contador de México, Rodrigo de Albornoz, había
escrito a la Corte, apuntalados en persona por Pánfilo de Narváez y otros de su
bando, apenas le perjudicaron. Daba también una noticia que te afecta a ti,
reverendo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126065366;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Para mí, dolorosa, hijo mío: el obispo Fonseca había muerto (a quien
Dios le perdone; amén). Así que, el comienzo de la carta fue agradable para
Cortés; pero lo que seguía, desesperante, y además, consecuencia directa del
incomprensible error que tuvo al abandonar México para embarcarse en el
desquiciado viaje a Honduras. Fijémonos ya en los cuatro protagonistas del
desbarajuste administrativo que enloqueció a la ciudad: el factor Gonzalo de
Salazar, el veedor Pedro Almírez Chirinos, el tesorero Alonso de Estrada y el
contador Rodrigo de Albornoz, quien, como hemos visto, conspiró contra Cortés
desde el mismo momento en que se ausentó. El licenciado Zuazo le contaba en su
misiva a Cortés que, en cuanto aterrizaron en México Salazar y Almírez con los
enormes poderes que le habían arrancado astutamente en Honduras a Cortés (esta
vez ingenuo zorro), se rodearon de cómplices y empezó el baile. Bernal resume
el contenido: “En cuanto se vio el factor con tantos amigos de su bando, dijo
que él y el veedor habían de gobernar, y no el tesorero y el contador, y sobre
ello hubo muchos ruidos y muertes de hombres, quedando finalmente en el cargo
el factor y el veedor, y echaron presos a los contrarios, y cada día había
cuchilladas y revueltas”. (Pobre México). La lista de desastres que recogía la
carta era inquietante. Los nuevos ‘gobernantes’ no se preocupaban en absoluto
de los nativos, gastaban sin control de la hacienda pública en sus caprichos;
además, algunos indios se desmandaron y mataron a varios soldados, sintiéndose
victoriosos y poniendo a México en peligro de alzarse, para lo que el factor
envió una tropa bajo el mando de dos incapaces. Llegó la noticia equivocada de que
Cortés y los suyos habían muerto en Honduras, aprovechándolo el factor Salazar
para consolidar su poder: “Se puso luto e hizo un túmulo en la iglesia mayor de
México para honrar a Cortés <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(un corazón ‘sensible’)</i>,
y luego se hizo pregonar con trompetas y atabales capitán y gobernador de
la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nueva España, y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(hace falta cuajo, o ser tonto perdido)</i> mandó que todas las mujeres
cuyos maridos habían muerto en compañía de Cortés se casasen. Como una mujer
llamada Juana de Mansilla, que era mujer de Alonso Valiente, no se quería casar
y dijo que Cortés y todos nosotros estábamos vivos, la mandó azotar el factor
por las calles públicas de México por hechicera”. A lo que hay que añadir el
esperpento al servicio de la política: “Uno al que yo tenía por honrado, que por
su honor no le nombro, le dijo al factor, delante de otras muchas personas, que
vio en el patio del templo de Huichilobos que ardían en vivas llamas el ánima
de Cortés, de doña Marina y de Sandoval; y lo mismo contó otro hombre al que yo
le tenía en buena reputación. Y todas estas mentiras y traiciones, las dijeron
por congraciarse con el factor o porque se lo mandó decir”.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126065366;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto.- Hagamos memoria. Salazar y Almírez acompañaron a Cortés a
Honduras con la aviesa intención de conseguir que les dejara vía libre para
gobernar en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>México. “Y decía tantas
cosas melosas el factor Salazar, y con tan amorosas palabras, que le convenció
a Cortés para que les diese a él y a Almírez un poder, siendo de esta
condición: que, si viesen que el Estrada y el Albornoz <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(los que habían quedado al mando)</i> no hacían lo que debían al
servicio de Dios y del rey, gobernasen ellos solos. Cuando se despidieron de
Cortés para volverse a México, ¡cuántos cumplimientos y abrazos!, y tenía el
factor una manera como de sollozos”. ¿Cómo es posible que el astuto Cortés no
viera la oscura baba de Judas Salazar? Bernal, por el contrario, contemplaba la
escena con dolor). <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126065366;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126065366;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjASM0F34gEiZKFTYr2DWqwlmMiOH4sZezSvrfTikd7pxxjmkL-9SutDJlAelE3SUtHaEwadIr3kqYnkx7V5aj9_nfE4R1zIv-S8tSCkPMN7USR9FRx7z_Bw1CB6KJm90sqqLNH-ej8bel1eJAwSFf3pGsL1TeF-mF_tCLz7gAD-bdMcl0i3GYs1-2Gsnw7/s555/bernal%20judas%20salazar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="555" data-original-width="373" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjASM0F34gEiZKFTYr2DWqwlmMiOH4sZezSvrfTikd7pxxjmkL-9SutDJlAelE3SUtHaEwadIr3kqYnkx7V5aj9_nfE4R1zIv-S8tSCkPMN7USR9FRx7z_Bw1CB6KJm90sqqLNH-ej8bel1eJAwSFf3pGsL1TeF-mF_tCLz7gAD-bdMcl0i3GYs1-2Gsnw7/w430-h640/bernal%20judas%20salazar.jpg" width="430" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126065366;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk126065366;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-27997235264372522632023-07-09T15:02:00.002-07:002023-07-09T15:02:17.749-07:00(2078) Estando Cortés muy enfermo, Nicaragua fue conquistada por Francisco Hernández de Córdoba, el cual tendrá graves problemas con el cruel Pedrarias Dávila, quien, como sabemos, mató a su yerno, Vasco Núñez de Balboa.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><a name="_Hlk125991102"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(131) –Venga, secre, suéltanos sin anestesia
otra complicación.<o:p></o:p></a></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125991102;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-De momento, padre prior, el susto fue leve, pero indicio de algo grave:
iban a topar con las ambiciones del temible Pedrarias Dávila, tan delicado de
tratar como la nitroglicerina. Andaban por la zona de Naco otros españoles
conquistando a lo bestia. “Enterado Sandoval <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(‘San Doval’)</i>, tuvo gran enojo. Salimos 70 hombres con él, y
llegados donde estaban, los hallamos muy de reposo; de presto prendimos al
capitán y muchos de ellos sin que hubiese sangre. Sandoval les dijo con
palabras algo desabridas si les parecía bien andar robando a los vasallos de su
Majestad, y si<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>era buena conquista y
pacificación aquella. Y mandó que a unos indios que traían con cadenas se las
quitaran, dándoselos al cacique de aquel pueblo”. Buena ocasión, dottore, para
aclarar un importante matiz.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125991102;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Me parece procedente, detallista notario. Vemos ahí un ejemplo de la
maquinaria de conquista en acción; en cualquier caso, muy dura, pero en
este,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>brutal. Para poner un cierto freno
humano a aquellas campañas, había unas leyes, y una de las más sagradas era no
esclavizar a los indios sometidos ‘voluntariamente’; aunque, de hecho,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se les explotaba, pasaban a ser oficialmente
tan vasallos de Su Majestad como los de Castilla. Podemos, pues, decir que
Sandoval era un caballero, porque respetaba las reglas del juego. Y a Bernal le
gustaba eso. Luego sigue contando que apresaron a aquellos españoles y a su
capitán, Pedro de Garro, y no puede evitar hacer una comparación entre la vida
de las dos tropas: “Caminamos hacia Naco con ellos, que llevaban casi todos
caballos y servicio de indios. Y como nosotros estábamos tan trillados <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(qué expresivo)</i> y deshechos de los
caminos, y teníamos pocas indias que nos hiciesen pan, nos parecían unos condes
en el servirse, para según nuestra pobreza”. Y como Bernal, si se le pone una
historia a tiro, la cuenta, continúa; “Quiero decir por qué venían aquel
capitán y sus soldados. Pedrarias Dávila <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(rápidos,
al burladero, que es astifino)</i> había enviado a pacificar las tierras de
Nicaragua a un capitán que se llamaba Francisco Hernández de Córdoba”. (No
podré suspender a ninguno de mis hijos putativos, pero si alguno, Dios no lo
quiera, en el examen final le confunde a este con el Francisco Hernández de
Córdoba que dirigió la armada del primer viaje a la costa mexicana, en la que
iba<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>también Bernal, me partirá el
corazón). Fecha la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>noble advertensia,
prosigamos. “Hernández de Córdoba llegó a la provincia de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nicaragua, la pacificó y pobló. Y como se vio
con muchos soldados, próspero y apartado de Pedrarias, mandó al capitán Pedro
de Garro que buscase un puerto para hacer sabedor al rey de que había
pacificado aquellas provincias, pidiéndole que le hiciese merced de ser el
gobernador de ellas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(gran patinazo, en el
que faltó poco para que se implicara Cortés)</i>”. Al saber Sandoval qué
pintaba Garro por allí, le dijo que “tenía por cierto que Cortés ayudaría a que
quedase Hernández de Córdoba por gobernador de Nicaragua. E ya concertado, nos
mandó ir adonde Cortés al capitán Luis Marín con varios soldados, y algunos de Garro,
yendo todos a pie por pueblos que estaban en guerra. Sería no acabar de presto
contar las guerras que tuvimos, los ríos que pasamos y el hambre que sufrimos”.
Se iban a encontrar a un Cortés atormentado de nuevo por el ‘perro negro’ del
desaliento y la depresión: “Cuando entramos en Trujillo, Cortés vino con
lágrimas en los ojos a abrazarnos, y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nos
dijo: ‘¡Oh, hermanos, qué deseo tenía de veros y saber qué tales estábades!’. Y
se le veía tan flaco que tuvimos pena de él, porque, según supimos, había estado
a punto de muerte de calenturas e tristeza que en sí tenía, y tanto que ya le
habían hecho unos hábitos del señor San Francisco para enterrarle con ellos”.
No estaba Cortés para alegres rebeldías, así que, educadamente, “después de
haber leído la carta sobre lo de Hernández de Córdoba, dijo que haría lo que
pudiese por él”. Por si no bastara la desmoralización que llevaba a cuestas,
Cortés iba a recibir otra carta demoledora…<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125991102;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto.- Vasco Núñez de Balboa, descubridor del Pacífico, tiene ese monumento
en Panamá. Hombre carismático y tratable, muy querido por algunos nativos: su
gran amor fue la india Anayansi, mediante cesión gustosa de su padre, un
cacique local, y de ella misma. Tuvo el destino de cara hasta que tropezó con
el brutal Pedrarias Dávila, quien por puros celos del brillo de Balboa, y sin
que lo impidiera que había concertado la boda de su hija con él, le cortó la
cabeza. ¿En qué acabará la rebeldía de Hernández de Córdoba contra Pedrarias?
Bernal nos deja en suspenso, de momento, porque tiene que hablar antes de la
negra carta que le llegó a Cortés).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125991102;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125991102;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs-bXLG3esKy097hcK5gdrHYRZ8oE4ugOBBvAJ1s_b5MLtrVuaNfgMMQFchlvc9_mcbU5AdlrKzMR2qF8eMlRBw3PQd677mcEyPQ67wFbNn0EfmTJ_2rj6hhtc2iu5s2GEXY7rjUcA497adkdHA1ZRHSi4ktEm4JrSfjauaLW70OC7VeDbAZOasaJJVuQ8/s567/bernal%20estatua%20balboa%20panama.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="396" data-original-width="567" height="446" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs-bXLG3esKy097hcK5gdrHYRZ8oE4ugOBBvAJ1s_b5MLtrVuaNfgMMQFchlvc9_mcbU5AdlrKzMR2qF8eMlRBw3PQd677mcEyPQ67wFbNn0EfmTJ_2rj6hhtc2iu5s2GEXY7rjUcA497adkdHA1ZRHSi4ktEm4JrSfjauaLW70OC7VeDbAZOasaJJVuQ8/w640-h446/bernal%20estatua%20balboa%20panama.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-35642500800808898782023-07-07T15:02:00.002-07:002023-07-07T15:02:38.118-07:00(2077) Sandoval le dijo a Bernal que fueran a enterrar a un soldado que había muerto. El soldado tenía escritos algunos datos. En otro barco hundido murieron varios frailes. Bernal se deleitó saboreando un sitio encantador. <p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk125895650"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(130) –Tenía
razón Bernal, caro amico: Sandoval era un caballero.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125895650;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Certamente, carissimo babbo: valiente y respetuoso con la tropa. Cortés
tampoco estaba a gusto en Natividad (Puerto Caballos), y decidió trasladarse al
poblado costero fundado por Francisco de las Casas, al que le había puesto el
nombre<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de su pueblo natal, Trujillo.
Pero antes de partir le ordenó a Sandoval que fuera a pacificar el pueblo de
Naco.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A su vez, Sandoval, para proteger
el paso de un río, le dejó a Bernal al mando de ocho soldados; cumplieron la
misión y algo más: “Fuimos a unas estancias donde creíamos que habían quedado
indios y españoles dolientes, los encontramos y volvimos adonde Sandoval. Por
el camino, uno de los españoles, que era de los recién venidos de Castilla e
hijo de genovés,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>iba muy malo y se
murió, y no tuvimos gente para llevar su cuerpo hasta el real. Cuando se lo
dije a Sandoval, tuvo enojo conmigo porque<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>no lo trajimos a cuestas o en un caballo. Le dije que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>traíamos dos dolientes en cada caballo e nos
veníamos a pie. Un soldado que se llamaba Bartolomé Villanueva, que era mi
compañero, le respondió al Sandoval muy soberbio que harto teníamos con traer
nuestras personas sin traer muertos a cuestas, y que renegaba de tanto trabajo
y pérdida como Cortés nos había causado. Y luego mandó Sandoval a mí y al
Villanueva que le fuésemos a enterrar. Llevamos dos indios y un azadón, lo
enterramos y pusimos una cruz. Y hallamos en la faltriquera del muerto muchos
datos escritos en un papel. Andando el tiempo, se envió aquella memoria; y
perdónele Dios, amén. Cuando llegamos a Naco, después de aposentar en unos
patios grandes, que es donde<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>habían
degollado a Cristóbal de Olid, vimos que el pueblo estaba bien abastecido, y
también hallamos un poco de sal, que era la cosa que más deseábamos”. Y Bernal,
reverendo, se nos pone tierno.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125895650;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Lo hace, querido novicio, disfrutando de lo sencillo: “Hay en este
pueblo la mejor agua que habíamos visto en la<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Nueva<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>España, y un árbol que en
mitad de la siesta <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(¡oh, la siesta!)</i>,
por recio sol que hiciese, parecía que la sombra del árbol refrescaba el
corazón, y caía de él un como rocío muy delgado que confortaba las cabezas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(que le den el premio nacional de poesía)</i>”.
Luego dice que contará más adelante los trabajos que tuvieron en la zona de
Naco, “porque quiero hablar ahora de lo que Cortés hizo en Trujillo”. (Sea,
pues). “Desde que los vecinos de Trujillo, a los que dejó allí poblados
Francisco de las Casas, vieron que llegaba Cortés, todos fueron a besarle las
manos, porque muchos de ellos eran de los que habían aconsejado a Cristóbal de
Olid que se alzase, y los habían desterrado allí; y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como se hallaban culpantes, suplicaron a
Cortés que los perdonase. Y Cortés, con muchas caricias y ofrecimientos, les
abrazó a todos y los perdonó. Y luego envió a llamar a todos los pueblos
comarcales, y cuando tuvieron noticia de que era el capitán Malinche, como
sabían que había conquistado<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>México, los
indios vinieron a su llamada y le trajeron presentes de bastimento; Cortés les
habló con doña Marina sobre cosas tocantes a nuestra fe y a nuestro emperador.
Y también les dijo cosas doña Marina, que lo sabía bien decir <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(tienes razón, poeta enamorado: esa
princesita india era un tesoro)”</i>. Total: éxito completo. Pero algo le iba a
salir mal a Cortés; los franciscanos y bastantes de los hombres de confianza de
Cortés se habían enfermado: “Y acordó enviarlos a la isla de Cuba con una
relación de todo lo acontecido para la Audiencia de Santo Domingo. Partieron
del puerto de Trujillo, y con un temporal, se hundió el navío, ahogándose los
frailes y muchos soldados; los que se salvaron en el batel y en tablas,
aportaron en La Habana. Y desde allí la fama fue volando por toda Cuba y a
Santo Domingo de cómo Cortés y todos<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>nosotros estábamos vivos. Y desde que se supo, todos se alegraron,
porque ya se tenía por cierto que todos estábamos muertos”. Sin embargo en
México (lo veremos más adelante) algunos rabiaron, porque, sin pruebas
suficientes, iban acaparando todo el poder asegurando interesadamente que
Cortés ya era un ser de ultratumba: tuvieron el cinismo de guardarle luto
oficial.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125895650;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto.- Se le quedó grabada a Bernal aquella siesta memorable entre
tanto peligro y horror: se le refrescaba el corazón y el “muy delgado rocío le
confortaba la cabeza”. Pudo ser en un lugar como el de la foto. Él era
demasiado delicado para mencionarlo, pero ojalá tuviera al lado a su compañera
india -que el Señor me perdone-).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125895650;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125895650;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjb8a8FR2IDkOGX79sz6x5tHoMlxIGHUrPVMClI1BUbUzDW1Fsn6xy17Qnf2I5GPgA3IyhyYKEUE8FupyTEHz7QkQwCSzj1033xkMM6AyUexSBEIklCW-RE-6JMdrD5Oelo_q6osoJzIqkxV5BTfVtJZ0MhN3i1kx177ejWrRxfjBKoyyo-uir2OiHu7fxk/s567/bernal%20siesta%20deliciosa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="355" data-original-width="567" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjb8a8FR2IDkOGX79sz6x5tHoMlxIGHUrPVMClI1BUbUzDW1Fsn6xy17Qnf2I5GPgA3IyhyYKEUE8FupyTEHz7QkQwCSzj1033xkMM6AyUexSBEIklCW-RE-6JMdrD5Oelo_q6osoJzIqkxV5BTfVtJZ0MhN3i1kx177ejWrRxfjBKoyyo-uir2OiHu7fxk/w640-h400/bernal%20siesta%20deliciosa.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-67055474108260353162023-07-06T15:05:00.000-07:002023-07-06T15:05:09.467-07:00(2076) El responsable Sandoval tuvo un enfrentamiento muy peligroso con el prepotente Saavedra. El hambre hizo que muchos españoles murieran por exceso cuando pudieron comer. Cortés fundó un poblado que, finalmente, llevó su nombre.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk125840570"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">(129) –Veamos, caro investigatore, un bonito ejemplo de
‘albricias’.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125840570;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Ha quedado, querido maestro, como exclamación de alegría, pero no era
exactamente eso, sino el premio por una buena noticia, y da la sensación de que
se consideraba obligatorio. “El soldado Alonso Ortiz suplicó a Sandoval que le
diese licencia para adelantarse a llevar las noticias <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(la ejecución de Olid, etc.)</i> a Cortés y a todos nosotros, para que
le diésemos albricias. Y se lo concedió, de las cuales nuevas se holgó Cortés,
y todo el real, creyendo que acabaríamos de pasar tantos trabajos como
pasábamos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(ya, ya)</i>, pero se nos
doblaron mucho más. E Cortés le dio un caballo muy bueno, que se llamaba Cabeza
de Moro, y todos le dimos de lo que entonces teníamos”. Quiso Cortés ir el
primero, con poca compañía, al poblado en el que estaban los soldados de Gil
González Dávila, “e desde que supieron que el que llegaba era él, que tan
mentado era en todas las partes de las Indias y en Castilla, no sabían qué
hacer de placer”. Satisfecho de lo que vio, mandó recado Cortés al resto de la
expedición para que se pusieran en marcha, pero con<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>precaución al atravesar un río peliagudo. Y
hubo otro pique, daddy.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125840570;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Pero Sandoval, my dear son, lo solucionó a la brava, sin ninguna
diplomacia. Cortés le había encargado dirigir la peligrosa maniobra, y, por
respeto, Sandoval mandó que unos frailes pasaran en primer lugar; entonces, un
tal Saavedra le exigió que él y sus hermanos, parientes de Cortés, lo hicieran
antes, pero no lo permitió. En mala hora: “Y como la envidia de mandar vino
desde Lucifer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(¡non serviam!)</i>, no
quiso que Sandoval le pusiera impedimento, y le respondió no tan bien mirado
como correspondía. Como Sandoval no se lo sufría, tuvieron palabras, de manera
que el Saavedra echó mano a su puñal, y aunque Sandoval estaba dentro del río,
arremetió al Saavedra y le derrocó en el agua, y si de presto no los
separáramos, ciertamente Saavedra se librara mal”. El paso del río no era
ninguna broma: “Se ahogó un soldado que se llamaba Tarifa, con su caballo. Y
otros dos caballos, uno de ellos de un soldado que se llamaba Solís Casquete,
que hacía bramuras por su pérdida, e maldecía a Cortés e su viaje”. Entretanto,
la situación de los vecinos de San Gil de la Buena Vista era lamentable, debido
a una sola causa: ¡el hambre!: “eran 40 hombres, 4 mujeres de Castilla y 2
mulatas, todos dolientes y muy amarillos”. Había que remediarlo. Solo se
explica la situación desesperada de los vecinos de San Gil de la Buena Vista
por un círculo vicioso de abatimiento. Cuando vio el problema, Cortés recurrió
a su herramienta preferida: la acción. “Como no teníamos qué comer nosotros ni
ellos, mandó que saliésemos con el capitán Luis Marín a buscar maíz. En unos
poblados que estaban a 8 leguas, hallamos mucho maíz, frijoles y otras
legumbres, y volvimos con diez fanegas de ello, repartiéndose también a los
vecinos de la villa; como se hartaron de tortillas de maíz, se les hincharon
las barrigas, e por estar dolientes se murieron siete. Aportó entonces en la
villa un navío que venía cargado de Cuba con puercos y pan cazabe; Cortés lo
compró todo fiado, repartió de ello a los vecinos, y se hartaron tanto de carne
salada, que a muchos les dio cámaras <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(diarrea)</i>,
de lo que murieron catorce”. Cortés, cuyo prestigio y riqueza le daban una
solvencia absoluta, podía comprar a crédito lo que quisiera; dueño ya del navío
recién llegado, incluidos los marineros, y alistando en sus tropas a los pocos
que quedaron vivos en San Gil después de las “hartazgas” de comida, abandonó el
poblado costero por la misma razón que, poco antes, Francisco de las Casas: no
reunía condiciones. “En ocho días de navegación fue a desembarcar adonde ahora
llaman Puerto Caballos, y que él llamó Natividad”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En realidad, renacería el nombre puesto
anteriormente por Gil González Dávila cuando, para aligerar un barco que hacía
agua, se vio obligado en aquella zona a echar varios caballos al mar. La
carambola final se produjo en el siglo XIX, porque, para darle más lustre a la
población, se la denominó Puerto Cortés. (Foto.- No se me confundan vuesas
mersedes. Lo de la foto no es un cuadro de Tenochtitlán. Estamos en Honduras.
Ahí fundó Cortés la población de Natividad durante su farragosa expedición tas
los pasos de Cristóbal de Olid (e inútil, porque ya le habían ejecutado). Como
hemos visto, volvió a llamarse, durante siglos, Puerto Caballos. En la
actualidad<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tiene el nombre de Puerto
Cortés. Residen en la ciudad unos 130.000 habitantes, y, con su hermosa bahía,
constituye la zona portuaria más importante de Honduras).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125840570;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125840570;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB8glVTdkE9e5ElUPMau5hqmYjzKpN25E9BCja0keN9XL0rFH52P5DxoWozJYvoMWvBYnIiP0F7Zp7dz41tGiBsImBdsffeMIsSzd3ilgmdTgUTie9icrjbxW2gDE3WV8lnyylSphNY60GlYnixigZ6Wux_ndKkp6mJZ2PlLt-OASc5_aoNKDf_FXn4z8N/s567/bernal%20puerto%20cortes.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="567" height="406" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB8glVTdkE9e5ElUPMau5hqmYjzKpN25E9BCja0keN9XL0rFH52P5DxoWozJYvoMWvBYnIiP0F7Zp7dz41tGiBsImBdsffeMIsSzd3ilgmdTgUTie9icrjbxW2gDE3WV8lnyylSphNY60GlYnixigZ6Wux_ndKkp6mJZ2PlLt-OASc5_aoNKDf_FXn4z8N/w640-h406/bernal%20puerto%20cortes.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3688463065209883389.post-29158657045613961812023-07-05T15:08:00.002-07:002023-07-05T15:08:16.371-07:00(2075) Incidentes en torno a la muerte de Olid. La expedición de Cortés llega a Honduras. Se dan casualidades curiosas y trágicas. Gil González le puso a una zona marítima el nombre de Golfo de Fonseca, y así se conserva.<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk125826195"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(128) -Vuelta
atrás, partorcito de Belén, para entender lo que sigue. -Vale la pena, sabio
doctor, porque Cortés se va a encontrar una mezcla confusa de españoles, y,
como siempre, para incorporarlos a sus mesnadas en esta descabellada
expedición. Recapitulemos: Olid llega a la costa del Atlántico y topa con una
gran bahía a la que, por tener aguas muy profundas, la bautiza como Golfo de
Honduras (con esa sencillez surgen los nombres); se subleva contra Cortés, que,
intuyéndolo, manda a Francisco de las Casas para apagar el posible incendio de
ambición. Por allí andaba otro capitán, Gonzalo Gil Dávila, explorando una zona
que le había concedido el emperador. Olid consiguió derrotar y apresar a los
dos, al primero porque era enviado de Cortés, y al segundo, simplemente porque
le hacía competencia. Los dos encarcelados se convierten en grandes amigos, y,
en un descuido de Olid, le acuchillan, lo detienen, le hacen juicio y le cortan
la cabeza (bye, bye). Gonzalo ya había establecido un poblado en el Golfo de
Honduras, al que llamó San Gil de la Buena Vista;<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no muy lejos, había hecho lo mismo Olid,
utilizando el nombre de Triunfo de la Cruz, y después, por ser un puerto poco
fiable, trasladó Francisco de las Casas el emplazamiento unas cuantas leguas al
este, también en la costa. Lo llamó Trujillo, como su pueblo natal. Así las cosas,
los dos amiguetes partieron para México a dar cuenta de todo lo ocurrido,
dejando a sus respectivas tropas con un capitán al mando. Vaya lío.<o:p></o:p></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125826195;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>-Que se enredó<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>más todavía,
veterano plumífero, porque, como sabemos, el impaciente Cortés montó una expedición
a lo grande antes de tiempo, y se puso en marcha para solucionar el problema
Olid; se cruzó en el camino, sin verlos, con Francisco de las Casas y Gil
González Dávila, que iban precisamente a México para contarle todo lo ocurrido.
Vamos a hacer una pequeña reseña de este último, por su interesante biografía y
porque era otro protegido del obispo Fonseca, al que, mal que os pese, hijos
míos, siempre le estaré agradecido. Don Gil comenzó su carrera como criado
de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mi ‘padrino’. Fue a La Española en 1511,
como funcionario. Con la ayuda de Fonseca, le nombraron general del Mar del Sur
(el Pacífico), consiguió esquivar al<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>despótico Pedrarias, se asoció con el piloto Andrés Niño (cuyos restos,
como veremos, reposan junto a Sandoval en el monasterio de La Rábida), y
salieron de expedición. Gil González Dávila y Andrés<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Niño llegaron desde Panamá a una amplia
entrada de la costa de Honduras, en el Pacífico, y el agradecido pupilo del
obispo la dejó llamada para siempre Golfo de Fonseca. Luego se separaron, yendo
Niño por las aguas costeras y siguiendo él, tierra adentro, por<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nicaragua. Una nueva manita del poderosísimo
Fonseca le consiguió autorización para explorar Honduras por la costa del
Atlántico. Pasó después lo que ya hemos contado. Cuando Cortés se enteró de que
en un poblado cercano había españoles, maniobró con datos equivocados por
desconocer aún que Olid había sido ejecutado: “Y mandó a Sandoval que fuese a
ver si eran muchos los que allí estaban con Olid, para que diésemos sobre él de
noche y le prendiéramos”. El grupo de Sandoval se encontró por el camino otra
sorpresa: vieron venir a cuatro españoles; tras una primera reacción de recelo,
llegaron las explicaciones. Eran soldados de los que dejó en su poblado Gil
González Dávila, y andaban buscando desesperadamente alimentos. Por ellos se
enteraron de todo lo pasado con Olid, y de algo más; partido Gil, los soldados
se habían alzado contra su delegado en el cargo, el capitán Armenta, y lo
habían matado. “Sandoval volvió con ellos hasta donde Cortés, a quien le
dijeron los soldados que tenían en la villa un navío que estaban calafateando
para embarcarse todos los que allí vivían e irse a Cuba; y que ahorcaron al
capitán Armenta porque no<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>les había
dejado embarcar y porque había mandado dar garrote a un clérigo que revolvía la
villa”. Perdonen vuesas mersedes el lío de hoy (le otorgaré una bula especial
al que lo tenga claro); pero por lo menos se habrá entendido que aquello era
una casa de locos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125826195;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(Foto 1ª.- Ahí se ve todo: el Golfo de Honduras, en el Atlántico; el
Golfo Fonseca, en el Pacífico. Después de explorar Gil González Dávila el lago
de Nicaragua, creyó, equivocadamente, que había encontrado otro paso entre los
dos océanos. Lo asombroso es que ahora, precisamente por ahí, está en proyecto
hacer un canal, obra más que faraónica. Foto 2ª.- ¡Qué ilusión me hace,
discípulo amado! Así de hermoso aparece el Golfo Fonseca sobre la costa
hondureña del Pacífico. No es solo porque yo siempre le apreciara, sino también
porque se lo merece: trabajó incansablemente al frente de la administración de
las Indias. No me importó gastarme la mitad de mi hacienda en misas por su
alma: conseguí que en el Purgatorio entrara por una puerta y saliera de
inmediato por otra). <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125826195;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk125826195;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4soym3DhUBp797Rgjxnnd-tKkMmrumRl8xvOEcdS6crNTEZTvcD6gve850Y-KdjPYMoBJudfnRJ4LT3XwlcOzVTZotEkffxiTXRL5WWd51s-6-YaNK6JeWIVLFMtq2d7iWUHMibuD_zWpyEgLR6KIo7P73V-eqNiJOAbIdAzDKZNravq3H_DoMFeHTta6/s463/bernal%20incidentes%20en%20honduras%20y%20nicaragua.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="460" data-original-width="463" height="636" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4soym3DhUBp797Rgjxnnd-tKkMmrumRl8xvOEcdS6crNTEZTvcD6gve850Y-KdjPYMoBJudfnRJ4LT3XwlcOzVTZotEkffxiTXRL5WWd51s-6-YaNK6JeWIVLFMtq2d7iWUHMibuD_zWpyEgLR6KIo7P73V-eqNiJOAbIdAzDKZNravq3H_DoMFeHTta6/w640-h636/bernal%20incidentes%20en%20honduras%20y%20nicaragua.png" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsifDDRK2zyQhr4yx72k-VFaIagsAlz4IiB097MyrWY_GtAlh-Zln8qQJ-eOJUEdCUvjcEQQP1W-UNyg-6BojWgvzn6t4xjySEXQd8Gdd8HvDmrtfM82m7HBlPkVMVbmC-HH_m13T9vVuckjcvDuyUKuiAjwdrUrN68lMqwCfWwp62NSDvxN-Ji3V9l5hG/s566/bernal%20golfo%20fonseca.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="351" data-original-width="566" height="396" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsifDDRK2zyQhr4yx72k-VFaIagsAlz4IiB097MyrWY_GtAlh-Zln8qQJ-eOJUEdCUvjcEQQP1W-UNyg-6BojWgvzn6t4xjySEXQd8Gdd8HvDmrtfM82m7HBlPkVMVbmC-HH_m13T9vVuckjcvDuyUKuiAjwdrUrN68lMqwCfWwp62NSDvxN-Ji3V9l5hG/w640-h396/bernal%20golfo%20fonseca.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>Españoles en Las Indiashttp://www.blogger.com/profile/13191435833948224791noreply@blogger.com0